Otra carta, quizá.

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Aunque durmió un rato muy breve y tranquilo sin sueños, Sarah sintió que descanso, se estiró sobre sus sábanas sintiendo unos papeles y tomó el fajo con cartas que la hizo sonreír, estaba apunto de dejarlas sobre su buró cuando le cayó en el pecho una florecita, era la misma de aquella vez. Se sentó de golpe y la abrió.

"Ha sido una semana ocupada por aquí, y tu carta apenas llega. ¿Sabias que el tráfico de cartas últimamente es mayor que al de otros años? Posiblemente estemos recuperando las viejas costumbres. Pero con esto confieso que eres la carta que más me emociono (no recibo muchas) y siempre son las mismas, es la primera vez que puedo apreciar tu letra y es maravilloso. Posiblemente conteste y tal vez tú las leas y aquí muera la conversación, pero me arriesgaré y pensaré positivo.
Sarah Paulson, no soy escritora pero me dedico a buscar escritores en París para darles una oportunidad siempre y cuando se pueda. Te soy sincera no hay nada enfrente de mi departamento, pero cruzando la esquina hay una cafetería hermosa, no sé si yo sea una persona que no sabe romper la rutina pero siempre que llego pido mi pastel de chocolate en las hermosas cajas rosadas y un jugo de blueberry, ¿te gustan?

Xoxo, PhLange"

Sarah lloraba y reía al mismo tiempo sintiendo alivio de leer a alguien y como le importaban cosas tan tontas como que jugó le gustaba, estaba liberando la tensión del día. Dio un salto en la cama y fue al estudio, se tomó el tiempo de imprimir una línea hoja con detallitos al rededor y tomó su lapicero favorito para escribir.

"No sabes el alivio que dio saber que algunas personas tienen cierta monotonía en algunas cosas, llevo comprando mi Pay de limón en la misma pastelería al rededor de 10 años, en jugos quizá si soy un poco variada, de vez en cuando tomo soda. Pero mi rutina es la misma, antes de dormir una rebanada y puedo ir a dormir feliz. Pero mi nueva curiosidad está en tu trabajado, ¿a qué te dedicas? Sabes muchas cosas las cuales yo no tendría ni idea, como las cartas. Déjame adivinas ¿periodista?.

Sarah Paulson"

Metió la carta en un sobre y la dejo donde siempre para que se la llevaran directo a parís, Sarah conocía tácticas para dejar conversaciones abiertas y no dar paso a que la conversación muriera ¿que más daba? No la conocía, posiblemente no pasara y la hacía reír, ¿por qué no contestar otra carta?

I can be that woman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora