¿Con quien estas?

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Jessica comenzó a desesperarse, habían pasado casi 24 horas desde que escuchó y vio a Sarah pensando mil cosas pero a la vez manteniendo una postura firme para la situación. Si algo le hubiera pasado ya habrían noticias por todo lado, y lo único que encontró en la red fue la llegada de Sarah a New York, era una celebridad y la tenían checado al parecer. Pero por qué diablos no se dignaba a llamarla? O un simple mensaje? Y lo que más parecía dolerle es que siempre todo lo que hacía su novia parecía premeditado, parte de una anécdota que pondría en un libro.

A la mañana siguiente Jessica se sentía exhausta, le dolía la cabeza y la soledad retumbaba en el departamento, antes solía despertar con la música en inglés o los silbidos de la otra mujer mientras escribía en su computador. Pero existía un silencio horrible en el espacio, Jess no quería tocar nada del libro de Sarah pero no podía dejar de pensarlo, se sentía atraída como nunca a las líneas, y bueno, si lo arruinaba que más daba? Sarah haría algo.
Se sentó en el piso con las hojas, el computador y las cartas de Sarah en mano.
— concéntrate, piensa... piensa. — se decía a sí misma haciendo algo que nunca imagino, escribiendo. Escribiendo el lado desconocido de la historia, sus sentimientos y a la vez añadiendo en cada página las cartas de Sarah tratando de crear un libro diferente, porque si era el final entonces tenía que ser honesto, después de todo ninguna de las dos había muerto, ¿se iban a quedar juntas? No lo sabía, pero al menos ya se había intentado.

"Mi vida dio un vuelco 180º, un día me encontraba admirándola a distancia, deseando ser interesante para Ella, rogando porque contestara mis cartas y luego a la navidad de ese mismo año esa misma mujer se enredaba entre mis sábanas arriesgando la vida que tenía por mi, ¿podía ser más feliz? A su lado era un si, si podía"

La rubia se perdió entre las líneas sin saber si todo estaría bien o si Sarah lo aprobaría pero después de todo ella misma le había dicho que su marca tenía el permiso de sacar el libro a la venta, que más daba? Si fracasaba ella sería la culpable por alguna razón. Pero si ese libro triunfaba le estaría haciendo justicia a la Jessica que un día limpio pisos y le sirvió a la realeza, habría valido toda la pena. Pero su celular sonó haciendo saltar
"Número desconocido", su corazón dio un salto haciéndola contestar de inmediato.

— ¿Sarah? Sarah... por Dios, donde te haz metido? — preguntó tocándose el pecho mordiéndose los labios y lo que alcanzaba a oír de fondo era música y otras personas hablando, debía ser una maldita broma si se fue de fiesta. Pero supo que era ella por el código de área

— Te amo. Te amo demasiado, ven a New York, soy libre... soy libre ahora — sonrió hablando alto pero bastante en redada por la borrachera, eran altas horas de la madrugada donde estaba, había bailado, bebido como nunca alejándose de sus pensamientos pero jamás de Jess. — contesta!!! — ordenó.

Jess negó tocándose la cabeza — te fuiste de fiesta, maldita sea Sarah. Estoy hace un día entero preocupada por ti. ¿Dónde estás, con quien estás? De quien es este número?

Sarah jalo a Pedro entre risas como podía para ir nuevamente a fuera, ambos eran un desastre pero su ex esposo aún más así que lo arrastra quitándole nuevamente las llaves, pero al menos estaba un poco más claro. Lo metió como pudo y se subió al piloto.
— Es el número de Pedro, no sé dónde está mi aparato, lo dejé en tu casa? — preguntó riendo sin recordar algunas cosas. — salimos a beber, somos amigos... y uhm, que más?

— estás muy ebria. — la voz de Jessica se oía seca y molesta, pero más se asustó cuando escuchó el ruido del auto — ¿que haces? — preguntó con miedo.

Sarah se quitó los zapatos entre risas — debo ir a casa, pero ya no tengo casa... a donde voy? — pregunto metiendo un aceleran fuerte y el carro rechinó haciéndola saltar — sabes? Es que ya...

Jessica la interrumpió muy molesta — Estas haciendo esto apropósito — dijo casi llorando — cierto? Por qué soy el personaje de tu libro, porque piensas que nos encontramos y que me conocías desde antes. Lo haces apropósito!

— Eh? — preguntó Sarah manejando hasta que recordó de que hablaba — ¡no miento! No hago esto apropósito, pero yo ya te conocía, por qué mentiría con algo así? Que te pasa?

— porque Necesitas una historia nueva. Me ocultaste cosas — sollozo — ahora no sé qué pensar de ti, no fuiste honesta. Quizá no estás enamorada solo me parezco a alguien de tu pasado!

Sarah respiro hondo entreabierto sus labios perdiendo un poco el control sobre sí misma — Es en serio? Si fueras mi puto capricho no hubiera cruzado todo USA para irte a buscar, no hubiera dejado mi estabilidad para ir a conocer a alguien, te quise desde el primero momento — grito golpeando el volante haciendo que Pedro parpadeara despertando — ahora desconfías de mi

— Porque estás haciendo las cosas al revés — grito Jessica por el teléfono — comportándote como una inmadura, soy parte de tu libro pero no estoy siendo parte de tu vida porque no confías en mi — gruño apretando los puños.— haces esto apropósito, así es

Los ojos de Sarah se llenaron de lágrimas pisando el acelerador al oír que Jessica pensaba cosas erróneas sobre ambas, dio un grito de rabia limpiando sus ojos sin pensar mucho la situación, lo siguiente estuvo muy borroso para ambas... la bocina del auto, y de otro auto sonó al unísono, Sarah quiso esquivarlo pero fue imposible y chocaron. Pedro, Sarah y los otros jóvenes del auto que venían igual de ebrios.
Jessica sintió su corazón palpitar con fuerza mientras parpadeaba gritando el nombre de Sarah varias veces, pero se oía apenas un par de voces, y luego las ambulancias hasta que la llamada se cortó.

I can be that woman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora