Vete entonces.

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Jessica se quedó bastante asombrada cuando Sarah comenzó a llorar esa tarde por su ex esposo pero a la vez seguían casados, se veía desesperada, aturdida por él... solo por él, Sarah se había desahogado con Jessica como una amiga olvidando su posición de novias/amantes, le había dicho sobre todas sus culpas y sus miedo al estar lastimando a alguien que no tenía culpa. Una parte de Jess lo entendía pero a la vez dolía ver a Sarah así. Jessica se alejó un poco algo sería pensando la situación un momento en silencio solo se podía oír los sollozos de Sarah. Hasta que hablo...

— debería volver... — dijo Sarah de pronto y Jessica sintió palidecer

— Volver...? Para qué? — preguntó casi a la defensiva jugando su bata con nerviosismo.

Sarah no se atrevía ni siquiera a levantar la vista — Porque le hice daño, estuvo mal... nunca le di una explicación solo tomé mis cosas y yo me fui, Jess me encanta vivir aquí pero mi vida está allá. No estoy pensando bien las cosas.

— ¿qué cosas? — Jessica se levantó cruzándose de brazos mientras seguía viendo a Sarah

— mi mudanza... tengo que terminar algunas cosas, hablar con Pedro, despedirme de mi mundo — levanto la vista para luego acercarse a Jessica — espérame, será un tiempo corto amor mío.  Volveré

Jess suspiró tomando el rostro de Sarah — ¿y si no quieres volver? — preguntó dándole suaves besos con miedo a perder a la única persona que le movía el piso, estaba enamorada y la sensación de abandono se sentía muy fuerte en ella.

— Te dejó mis libros, mi libro nuevo... confía en mi, volveré para que tú lo saques. Solo necesito ordenar el desastre que hice — sonrió con sus ojitos llenos de lagrima

—No te comprendo, no tienes por qué arreglar nada.—Contrarrestó Jessica.—Cambia de número para que nadie te moleste, si se trata de lo material, dame una lista y te repondré todo, ¿quieres una casa más grande? Puedo ir a buscar una ahora mismo.

Sarah negó con la cabeza, en el fondo le dolía que su amada, la persona que se convirtió en su refugio y creyó que le entendía mejor que nadie, no estaba respetando su decisión. Sólo pensaba en sí misma y no estaba dispuesta a dejarla ser, estaba actuando como... como Pedro.
—No se trata de lo material y tampoco se trata de desechar toda una vida como si nada.—Aclaró Sarah.—Pedro fue mi compañero, fue mi mejor amigo y mi esposo durante tantos años, él no me está pidiendo que lo intentemos, solamente quiere que cerremos esto como personas civilizadas y yo quiero lo mismo. Para estar contigo, tengo que divorciarme, y él merece encontrar a alguien como yo lo hice.

—Pero ya se acabó, no tienes por qué explicarle nada ni tienes por qué volver hasta allá para complacerlo, ¿lo amas acaso? — Preguntó Jessica con aquel dolor en el pecho

Sarah no hizo más que soltar un sonoro quejido fastidiado. Le frustraba que alguien como Jessica Lange, que parecía entender su mente incluso mejor que ella misma, no parezca querer ni poder entenderla.
—Lo amo como mi pasado, no como mi presente, mi presente eres tú.—Sarah trató de explicarse.

—¿Entonces por qué te aferras tanto a él si es tu pasado? — Jessica se cruzó de brazos

—Esa es la cuestión, aún no lo es, y para que lo sea, tengo que divorciarme, y explicarle todo lo que sucedió. — Sarah se tocó la cabeza aturdida

—Ya veo, vete entonces.—Jessica se apartó un poco, y se dirigió a su habitación, Sarah supo que debía darle un momento de privacidad y esperaba a que ese tiempo a solas la hiciera entender.

I can be that woman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora