Capítulo 8: Yo me opongo

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El novio se paseaba nervioso de un lado a otro. Si bien la habitación estaba llena de gente nadie hablaba, solo se escuchaban las pisadas inquietas de Maripán.

El click de la ventana captó nuestra atención, haciendo que todas las miradas se dirigieran al Erick que la estaba cerrando. Volvió a ubicarse junto a mí en el sillón.

- Es que me da cosa que este weon se tire – me susurró al oído. Mi duque andaba vestido de negro entero lo que hacía resaltar el farol en su cuello. Jugaba impaciente con la pulsera de su reloj dorado, le tomé la mano para intentar darle calma.

La verdad es que el ambiente era bastante tenso. Frente a nosotros, sentados a los pies de la cama estaba el Capi, el Pittbul y el Edu. Apoyado en el frigobar estaba el Arturo jugando con un vaso de whisky; y dándonos la espalda por estar mirando por la ventana estaba el Huaso con las manos en los bolsillos. Todos tiesos.

Bueno, todos menos el Edu, que se había puesto cómodo y hasta se había sacado los zapatos. El Alexis irrumpió por la puerta.

- Tus suegros ya están abajo. Escuché que la novia llega en media hora así que teni que bajar antes – sentenció y se fue a parar al lado del huaso.

Maripán se pasó las manos por el pelo y se desabrochó el tercer botón de la camisa. Estaba envuelto entero en raso, parecía novio de torta.

- Puta la wea, no me quiero casar – dijo bajito, de repente se paró en seco frente al Pitbull – Gary, ¡pégame un combo!

- ¿Estai loco? – se defendió Medel dándole un empujón - ¿cómo te voy a pegar? Aparte tu polola me da miedo.

- A mí también po, por algo no me quiero casar – insistió – ya po Gary, por último imagina que soy Messi, ya po, pégame un combo.

Pero no logró convencerlo. Entonces me miró a mí.

- ____, tú vai a ser doctora, ¿me podi dar algo? Por último pa que me de diarrea – me tomó de la mano y el Erick le pegó un manotazo para que me soltara – porfa.

- Pucha, Memo, no ando con nada en la cartera – respondí mostrándole el sobre con brillos que llevaba, con cuea cabía mi celular.

- Pero yo voy a comprar po – saltó Vargas poniéndose los zapatos camino a la puerta.

- ¡Esa, Turboman! – exclamó el novio con una sonrisa de alivio.

- Eduardo, no seai ridículo – habló Bravo con esa voz de capi que tiene para dirigir – están todos abajo, te van a cachar. Aparte no alcanzai a ir y volver.

Eso era todo, no había nada más que hacer. Esperamos en silencio hasta que el Charles tocó la puerta y anunció desde el otro lado:

- Te están esperando – hizo una pausa – me dijeron que te viniera a buscar.

El Memo ya había pasado por las fases de la desesperación, ahora estaba resignado. Nos miró, respiró hondo y se encaminó a la puerta.

- Espera – lo detuve. Iba todo desarmado. Le enderecé la corbata y abroché los botones que faltaban. Usé mis manos para alisar la espalda alta del terno.

- Se nos va a ocurrir algo pa sacarte, gancho – dijo el huaso tras darse vuelta y presenciar lo afligido que estaba su amigo – anda tranquilo nomás.

...

Sonaba la marcha nupcial y una novia vestida de encaje se hacía presente. Por lo que me enteré minutos antes, era una influencer bastante conocida, así que la mayoría de los invitados estaban grabando y transmitiendo en vivo su gran entrada.

Tenía a la Maithe sentada en mi falda, se había dado altiro conmigo. La bajé de mis piernas para ponerme de pie junto al Erick, y de la manito la acompañé hasta la fila de atrás donde estaban sus papás. La Feña me guiñó un ojo como agradecimiento por haberla entretenido.

Pulgar me rodeó por la cintura. Tenía una expresión imperturbable en el rostro, pero pude percibir la tensión en los músculos de su brazo. Observaba atento la ceremonia, concentrado como si estuviera jugando un partido y Chile fuera perdiendo. Había que recuperar la pelota, en este caso, rescatar al novio. Entonces se escuchó la pregunta que todos esperábamos:

- Si alguien que se oponga a este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre.

Silencio absoluto.

Miré al Erick, él se giró para mirar al Arturo y el Arturo al Claudio.

- Yo me opongo – dijo el capi con voz firme.

- Yo también – se paró rápido el Erick.

- Yo me opongo – le sonreí y le di la mano al ponerme de pie.

Y así se pronunciaron todos los cabros de la selección que estaban presentes. Aprovechamos el shock de los invitados, incluida la novia, para arrancar.

- Permiso – dijo el Edu careraja caminando hacia el altar, agarró del brazo al Memo que todavía no se creía lo que estaba pasando y lo arrastró hasta la puerta. Los seguimos y una vez afuera, rajamos a los estacionamientos.

- Me van a colgar de las patas – se rió el novio mientras corríamos.

- ¡Ándate en ese auto, weon! Sube, sube – señaló con el dedo el Gary.

La idea era que salieran varios autos juntos para que no supieran en cuál iba el novio fugitivo.

El Erick abrió desde lejos su auto para que se subiera Maripán de copiloto. Le tiró las llaves al huaso para que lo encendiera mientras me abría la puerta de atrás y me sujetaba la cola del vestido para poder subirme. Llevaba un vestido lavanda con una falda bien esponjosa, él Erick logró agarrar las muchas capas de tul para empujarlas dentro del auto y poder cerrar la puerta. Apenas entré me hice a un lado para que se subiera él también y Mauricio partiera.

- ¿Pa donde vamos, gancho? – miró por el retrovisor un poco alterado.

Era una re buena pregunta en todo caso. Después de conducir un buen rato sin dirección, al defensa se le ocurrió que podríamos ir al hotel donde iba a ser la noche de bodas para calmar los ánimos y aclarar la mente.

Pulgar me ayudó a bajar. En el camino me había sacado los zapatos, pero incluso descalza me enredaba un poco con el vestido. Maripán abrió la puerta y nos hizo pasar: era un apart hotel con estilo mediterráneo, bastante apartado de la ciudad para darles privacidad; casi todo era de vidrio, blanco o moderno. Recorrí con mi mano las cortinas, al parecer habían preparado todo cuidadosamente para que fuera del gusto de los novios, ya habían enviado su equipaje hasta aquí. Se supone que se quedarían esta noche y luego se irían de luna de miel.

El ex novio abrió con torpeza una maleta y escarbó buscando un buzo. Lo agarró con una mano mientras buscaba algo en el teléfono.

- Listo, nos vamos – dijo empujando a Isla por la espalda – Huaso, me teni que llevar al aeropuerto.

- Espera, ¿y nosotros qué? – se sobresaltó mi acompañante.

- Quédense, pásenlo bien, no sé – se apresuró al salir por la puerta.

- Mañana te devuelvo el auto – gritó desde afuera el huaso.

Y es así cómo de pronto me faltó el aire y me dejé caer en un sillón. ¿Iba a tener que pasar la noche con el Erick?

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¡Buenos días! Estoy escribiendo esto como a las 7 de la mañana antes de irme a la u para que comencemos la semana con todo:) Ahí me cuentan si lo están leyendo en la micro o camino a la uni, colegio, trabajo, etc. 

Cuático el final, ¿o no? jaja ¿qué va a pasar después?

Por último, ¡mañana juega Chile de nuevo! Parece que es cábala comentar por aquí que Chile va a ganar porque funcionó en el partido anterior, ojalá que juegue el Erick <3

Los saludos de hoy son para @Josefa347713 @ignaciaaorellana @jalkdkaksma y @Josefa662 ¡gracias chiquillas! 

Pd. Imagínense al Erick con terno negro como cuando firmó con la Fiore.

Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora