Capítulo 21: La esposa del capi

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Erick's POV

- Eduardo, sácala de acá – escuché decir a la Dani apresuradamente. Presentí que se referían a la ____, quise girarme a mirar pero justo la Alicia me habló.

- Bebé, está súper rico esto, pruébalo.

- Después – aparté el tenedor que sostenía para intentar seguir a dónde se había ido la Pulga – voy a buscar una copa.

Caminé hasta el mesón donde estaba esa torre de copas que formaban una cascada de espumante. Tomé una solo para aparentar mientras miraba a todas partes, nervioso, intentando encontrar a mi ex.

Di con ella al otro lado del ventanal. Iba acompañada del Claudio, ¿qué onda? Conversaron un rato afuera del ascensor, y de repente, ella se dio cuenta de que yo la observaba.

Entonces reconocí esa sonrisa, era la misma que cuando le pasé mi polerón de la Fiore la primera vez que salimos, la misma de nuestra primera noche juntos, la misma que me había hecho enamorarme de ella cuando me esperaba después del entrenamiento.

Pero todo lo demás había cambiado. La encontré más flaca, y me di cuenta de que las ojeras que tenía hace unos meses en mi casa no se habían ido. ¿Estaba bien?

Quise alcanzarla en el ascensor para preguntárselo, pero el brazo de la Alicia se enlazó con el mío atrapándome.

- Preséntame a tus amigos po – me pegó un codazo.

- Bueno – le di en el gusto y la llevé al grupito con el que estaba la Pulga unos minutos antes.

Se presentaron, no de muy buena manera, y mi polola intentó seguir la conversación.

- Erick, ¿dónde está tu ex? La quiero conocer – señaló, ganándose las miradas de odio de las amigas de la ____ - dicen que está vomitando en el baño – agregó.

- No, linda – le respondió la Gala – lo que pasa es que se fue porque mañana tiene que tomar un vuelo temprano.

- ¿A dónde? – no pude evitar decir.

- Se va a pasar unas semanas con nosotros a Alemania – contó la Feña.

- ¿Y por qué no se va con ustedes? – cuestionó la Alicia.

- Porque a la Pulga le gusta viajar po Erick – se metió el Edu – tú la conoces.

Estos cabros me estaban ocultando algo. En el tiempo que la conocí, a la ____ nunca le gustó viajar sola.

La Carla, esposa de Bravo, captó mi mirada de extrañeza.

- ¿Y qué te importa a ti a dónde se fue? – espetó.

- Preguntaba nomás – me defendí.

- Es que encuentro nada que ver que de la nada te vengas a preocupar por ella sabiendo cómo la trataste después del carrete – continuó.

- Oye, eso es entre nosotros – le paré los carros. Me daba lata que todo el plantel se quisiera meter en una discusión que había sido solo de los dos.

- ¿De qué está hablando, bebé? – preguntó la Alicia.

- Ven – la llamó la Gala – vamos al baño porque se te manchó el vestido.

Y la sacó de allí. Suspiré aliviado, no andaba con ánimos de tener que explicarle todo el show a ella.

- ¿Siquiera sabes lo qué pasó en realidad? – me encaró – no po, porque estabai raja curado.

- Cuéntame entonces po – si tanto webeaba, que contara la verdad completa.

- Pasa que mientras voh estabai medio muerto por la caña, la Pulga corrió todo el día cuidándote. Tú no supiste pero te limpió el vómito, te puso suero, te acomodó para que no te marearas... y si no te despertó fue porque tú no reaccionabas. ¡Hasta te tiró agua y no despertaste! Así que no le eches la culpa ella porque no te dejó durmiendo como tú dices, las cosas no fueron así.

Me quedé en silencio procesando todo. La Carla siguió:

- Pero claro, re fácil desquitarte con ella cuando te retaron en el plantel, no fuiste capaz de asumir que la habías cagado tú solito. ¡Te agarraste a puñetes con el Charles po! Agradece que él estaba ahí para que no engañaras a la ____ con esta otra weona, y tú más encima vienes y se te ocurre involucrarte con ella a la semana después. ¿Sabes cómo se sintió la Pulga? ¿Cuánto tiempo esperó a que fueras a buscarla y le dieras la oportunidad de explicarse? – se pasó las manos por el pelo, enojada, y tomó aire para continuar - ¿La acompañaste al médico cuando se empezó a sentir mal?

Agaché la cabeza. No, no la acompañé.

- Mientras tú te paseabas viajando con la Alicia y publicando todo eso, era como si le restregaras a la Pulga que ya no la querías más. ¿Te gustó hacerle daño a propósito? – sentenció e hizo hizo una pausa – Voh deberías haberla cuidado...

- ¿Haberla cuidado por qué? – me preocupé. La confesión me había descolocado.

- Te lo tiene que contar ella – respiró, como si se le hubiera pasado el enojo.

Era lo mismo que me había respondido mi mamá unos meses antes cuando se desmayó en mi casa. ¿Cuidarla por qué? ¿Estaba enferma? ¿Por qué nadie me decía nada?

Entonces se vino a mi mente una avalancha de frases: "Son cosas de mujeres", "el doctor dijo que había que dejarla descansar tranquilita", "Eduardo, sácala de acá", "dicen que está vomitando en el baño". ¿Qué significaban todas esas cosas? ¿Había estado vomitando de verdad? ¿Por eso se veía tan cansada?

"¿Por qué no estuve ahí, Pulga, para cuidarte?", me cuestioné.

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El Erick se va enterando de más cositas:o ¿se habrá dado cuenta de lo que le pasa a la ____? ¿Qué va a hacer ahora que ya se fue?

Falta muy poquito para que conozcamos la verdad de lo que pasó esa noche en el carrete. 

Mañana nuevo cap de Juega conmigo, y el viernes les subo otro de este fic <3  

Y aprovecho de preguntarles, ¿con quién les gustaría que fuera la siguiente novela? Algunas me han dicho que podría ser con el Charles, o con Brereton, pero si tienen otras ideas déjenmelas en los comentarios :D 

Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora