Erick's POV
- ¿Estás seguro de que es aquí? – le pregunté a Bravo con cierta inseguridad.
- Sí – asintió sin mirarme – hablé con el Charles.
El capi tenía las manos fijas en el volante pese a que hace rato el auto estaba quieto. Nos habíamos venido a estacionar afuera del departamento de la ____ pero ninguno quería bajarse todavía.
- ¿Y si no quiere hablar conmigo? – se me quebró la voz.
- Vamos, bájate – evadió mi pregunta, él tampoco sabía qué contestar – te voy a acompañar hasta arriba.
Tomamos el ascensor y lo seguí hasta que se detuvo delante de una puerta blanca que me parecía igual a las otras, estaba entreabierta. Me hizo una señal con el mentón para invitarme a pasar, entré solo. Escuché la voz de un hombre, caminé despacio y lo encontré en la cocina. Me quedé en silencio mientras discutían.
- ¿Y la Dani? – era el Charles - ¿no la trajiste?
- Se tuvo que quedar a en la casa porque no tenía con quién dejar a los niños, pero me dijo que apenas llegue la nana se viene para acá – respondió el Edu.
- Puta que eri weon – lo retó Aránguiz - ¿y no te podiai quedar voh con los niños?
- Es que yo también quería venir po – agachó la cabeza.
- Eri inútil – dijo el Cha Cha.
Ambos se giraron para observar algo a través de la otra puerta de la cocina. Me aproveché de mi altura para mirar por encima de ellos y reconocí a una niñita acurrucada con la cabeza en las piernas de la Feña.
- ¿Qué haci voh acá? – saltó Vargas pero el Charles lo hizo callar, me tomó del brazo y me paré junto a ellos.
Esa niñita era la Pulga. Su pecho subía y bajaba agitado por el llanto y se tapaba la cara con las manos. La Feña se acomodó para apoyar su cabeza en su pecho y poder despejarle el pelo de la cara, pegado con lágrimas, pero aún así no podía consolarla.
- Shh, mi guagüita – le decía dulcemente para calmarla. Parecía ceder durante unos minutos pero luego volvías a oír sus sollozos ahogados – te voy a traer aguita, ¿ya?
Caminó hacia nosotros y no disimuló su desagrado cuando se percató de mi presencia.
- ¿Qué hace este weon acá? – encaró al Charles.
- Es lo mismo que yo dije – se defendió el Edu alzando las manos para que no le echaran la culpa.
- El Claudio habló conmigo – explicó Aránguiz – están los dos pa la cagá po, pensamos que era bueno que se juntaran a conversar las cosas.
- Ah no, es que no puedo creer que estés colaborando con esto, Charles – espetó ella – o sea, mira cómo está, ubícate.
- Porfa – aparté al Cha Cha y di un paso adelante, si el tema era conmigo – dame 5 minutos con ella, si me dice que no, entonces no la vuelvo a molestar nunca más, pero porfa.
Lo dije de forma tan sincera que mis lágrimas amenazaron con salir, y parece que eso la ablandó porque se hizo a un lado, fue a buscar un vaso con agua y me lo entregó.
Caminé con la guata apretada hasta este bultito que lloraba encogida en el sillón. Dejé el vaso de agua sobre la mesa y separé un poco sus brazos para tomarla por la cintura. La acuné en mi pecho mientras la abrazaba con fuerza.
No me rechazó, creo que ni siquiera se dio cuenta de que era yo. Le pasé una mano por el pelo para hacerle cariño y la mecí como si fuera una niña pequeña. Sentí como si estuviera rota, como si apenas la soltara se fuera a desarmar. No quería separarme de ella nunca más.
- Mi Pulguita, perdón... - hablé de repente, olvidando todo el discurso que había ensayado estos días.
Reconoció mi voz y con sus antebrazos intentó apartarse de mí, no la retuve pero tampoco la solté, la mantuve ahí, cerquita mío, desde donde me observaba con los ojos llorosos. Me aclaré la garganta pero no conseguí que dejara de temblarme la voz:
- Fui a nuestra casa en Italia, nuestra casita, ¿recuerdas?, pensé que podía alcanzarte pero cuando llegué ya te habías ido, y te llevaste todas tus cosas, como si nunca hubieses puesto un pie ahí. Cuando estaba en el aeropuerto esperando para venirme me acordé de cuando te encontré en la fiesta, todos comentaban que te estaba pasando algo pero nadie me decía nada, yo pensé que era una guagüita. Sonreí de solo imaginarlo, te imaginaba leyéndole cuentos todas las noches, y yo le podía enseñar a jugar a la pelota... así que pasé a una de estas tiendas del Duty Free donde vendían libros para niños y había uno que se llamaba como tú, Pulgarcita. Cuando lo leí en el vuelo de regreso a Chile entendí todo.
La ____ me miró confundida, tomé sus manos entre las mías y les di un beso. Continué:
- Tú no eras Pulgarcita por mí... tú solita te habías hecho tu propia historia. En el cuento, ella va en busca de aventuras, conoce el peligro y la belleza, recorre varios caminos y se encuentra con distintos personajes. Uno de ellos es un topo que la quiere tener encerrada y triste para que esté solo con él, pero entonces llega una golondrina a rescatarla y se la lleva volando hasta un lugar donde puede ser feliz – le conté, haciendo memoria del libro – ____, no te vengo a pedir que vuelvas conmigo, no podría, pero porfa perdóname, tú no te mereces estar así. Déjame ser tu golondrina para que seas libre otra vez. Ya no quiero que estés atada a mí, sufriendo por mí... Te libero.
Estiró su manito para secarme las lágrimas con la manga de su polerón. Bajó la mirada un segundo y volvió a buscar la mía. Entonces oí su voz, esa que llevaba tanto tiempo sin escuchar, y acto seguido, a mi corazón romperse cuando pronunció estar palabras:
- Erick, no... - negó con la cabeza – no puedo...
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Fin
asdfghjklñ no, es broma, no me peguen jajaja
Les adelanto que faltan 2 capítulos para el final, subiré el penúltimo el viernes y el epílogo el lunes. Sé que lo he dicho muchas veces pero es que me emociona que se enganchen con la historia, que me cuenten en los comentarios qué creen que puede pasar, cuales son sus reacciones al capítulo... Son muy bacanes, gracias por estar siempre dándole amor a este fanfic <3
Así que... nada, ¿alguna lloró? ¿qué piensan de las declaraciones del Erick? ¿de la respuesta de ____?
Dato freak: cuando me decidí a escribir la historia, este capítulo era el único que tenía claro que iba sí o sí, y es la verdadera justificación del título :)
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Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)
FanfictionÉl era un futbolista famoso que viajaba por el mundo, ella era una estudiante de medicina que leía fanfics con sus amigas. Cada uno por su lado hasta que un día comparten el mismo vuelo y... bueno, si quieres saber qué pasó, tendrás que leer esta hi...