¿Qué mierda hago? – pensé cuando por más que moviera al Erick y le hablara, el weon no conseguía despertar del todo. Respondía un par de incoherencias y se quedaba raja de nuevo.
Entonces el teléfono volvió a sonar, pero esta vez no era una alarma, estaba entrando una llamada. Yo nunca le había revisado el teléfono a mi pololo, jamás, pero me sentí obligada a cachar quién estaba llamando: El Gary.
No contesté pero volvió a llamar, y después fue el Huaso, y el Edu. Su insistencia me preocupaba, parece que era algo importante y que el Erick tenía que estar presente sí o sí. Entonces el Charles me escribió a mí:
"¿Por qué el Erick no ha bajado? El profe está preguntando por él".
"Todavía no se repone, el weon está raja" – le respondí el mensaje.
Me paseé nerviosa por la habitación. Sacudirlo no había funcionado, gritarle tampoco. Hasta le había tirado agua pero nada. Ya po Charly responde luego, dime qué hago.
Ya había pasado media hora desde la alarma. Se me iluminó la ampolleta y corrí a buscar a Maripán, si los dos estaban enfermos le podíamos echar la culpa a un "virus" y taparles la borrachera. Llegué con la respiración agitada pero no encontré más que su cama vacía que parecía recién hecha.
Es que no lo entendía, por qué a estos niñitos les había pegado tan fuerte la resaca. Que yo me acuerde, anoche los que estaban más pa la cagá era el Arturo, el Gary, el Huaso... De alguna forma se habían levantado lo más bien para ir a la reunión con Lasarte. A lo mejor era la falta de experiencia.
Volví a la pieza y el teléfono estaba sonando otra vez. No era el mío, tampoco era el Charles salvando la situación, era Claudio Bravo.
Chucha. Dejé que sonara nomás hasta que se cortó. Entonces filo, me metí a revisarle el teléfono al Erick, lo primero que busqué fue el grupo de WhatsApp que tenía con los cabros.
Cuento corto, tenían una reunión súper importante para discutir la estrategia del partido de mañana. Lasarte los había citado a las 20.00, era el compromiso que había hecho con los jugadores para darles la noche libre ayer, y el Erick era el único que faltaba.
El profe ya empezó a cachar que el carrete había estado cuático. Lo empezó a sospechar cuando se dio cuenta de que Aránguiz estaba todo machucado por agarrarse a puñetes, de que Maripán llegó medio zombie de pura caña, y de que nadie lograba inventar una excusa coherente para cubrir la ausencia de Pulgar.
"Ya po cabros, que nos van a cachar", escribió alguien. Iba a seguir leyendo pero entró una nueva llamada del capi. Tomé aire y me armé de valor, ya no podía esconder más a mi pololo.
- Erick Pulgar, ¿dónde mierda estás? – dijo furioso apenas contesté.
- Claudio, soy yo – lo interrumpí intentando mantenerme firme – hay una situación.
- ____, ¿qué onda? ¿qué le pasó al Erick? – se suavizó un poco – Déjame hablar con él, lo estoy buscando urgente.
- Capi – ya, había que contarlo todo nomás – el Erick está hecho bolsa por el carrete de ayer. Vomitó toda la mañana, después se quedó dormido y no lo puedo despertar. Con el Charles intentamos reanimarlo pero sigue con caña.
Lo escuché echar puteadas con otra persona y volvió a hablarme:
- Ya, ____, déjalo nomás, que ya no venga, yo hablo con él después – sonaba súper enojado.
Cortó.
- Puta, Erick, - dije sentándome en la cama, aunque claramente no me escuchaba - ¿en qué problema te metiste? Te van a retar mañana.
Volví a acomodar su cabeza encima de mis muslos, lo único que faltaba era que se pusiera a vomitar de nuevo. Arreglé el cubrecama para taparlo, a esta hora de la noche ya empezaba a hacer frío, y apoyé mi cabeza en la pared para descansar un poco mientras esperaba al Cha Cha para que me contara qué estaba pasando realmente.
Me quedé dormida sin querer. Cuando desperté ninguno de los dos estaba.
Todavía sin despertar del todo, estiré mi brazo buscando el calor del cuerpo del Erick pero parece que se había levantado hace rato porque ese lado de la cama estaba frío. Qué extraño, él nunca se iba sin despedirse, o cuando no quería despertarme me dejaba una notita o el desayuno pedido.
Revisé mi teléfono por si había rastros de él. Nada. Tampoco ningún mensaje del Charly.
Me pasé la mano por el pelo para despejarme la cara. Me dolía el cuerpo, ayer había corrido caleta por estar cuidando a los cabros, dormí a ratos apoyada en la muralla, los tenía que ayudar a acomodarse, levantarlos por la espalda y así. Tomé un mechón de pelo entre mis dedos y resulta que yo también olía a vómito. Le saqué ropa al Erick para poder cambiarme y me metí a la ducha. Esperé todo el día encerrada en esa habitación, dando vueltas esperando a que llegara. Mas ya eran pasadas las 5 de la tarde y ni quiera me contestaba los mensajes, ¿qué onda? ¿Por qué nadie me dice nada?
El sonido de una notificación me hizo pararme en seco. Dudé si ir a revisarla o no, me preocupaba lo que pudiera decir. Era un whatsapp del Cha Cha:
"Pulga... al Erick le pusieron una sanción disciplinaria".
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Hola! Les dije que empezaba el drama.
Imagínense estar en la posición de la Pulga, entre la espada y la pared: saber que su pololo tiene que ir a una reunión importante pero no poder despertarlo, cuático ¿no?
La pregunta es: ¿tendrá consecuencias? Chan Chan. Las leo!
Les comento también que me estoy organizando para ordenar esto y decirles qué días subo capítulos de cada fanfic. Lo estaré publicando en los anuncios.
No olviden dejar sus votitos y comentarios bonitos <3 pronto Pulgarcita va a llegar a las 3 mil lecturas, ¡increíble! ¿Cómo lo quieren celebrar? ¿Otro Q&A? Quizá una maratón, o un especial de datos freaks de las novelas... ustedes eligen:)
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Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)
FanfictionÉl era un futbolista famoso que viajaba por el mundo, ella era una estudiante de medicina que leía fanfics con sus amigas. Cada uno por su lado hasta que un día comparten el mismo vuelo y... bueno, si quieres saber qué pasó, tendrás que leer esta hi...