Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)

Capítulo 10: Cosquillitas en la guata

Recorría sus tatuajes con mis dedos, su piel estaba caliente por el sol. Después de haberme comido con el Erick en la orilla de la piscina nos recostamos un ratito en el pasto para secarnos. Yo, de guatita y apoyada sobre mis codos, disfrutaba el momento.

Se sobresaltó cuando mi mano rozó sus costillas y abrió los ojos despacio.

- ¿Eres cosquilloso? – le pregunté con una sonrisa.

- No, cómo se te ocurre – contestó con sarcasmo.

No le di tiempo para echarse para atrás, me subí encima de él con una rodilla a cada lado y comencé a hacerle cosquillas por todo el torso. Su risa de cabro chico me daba tanta ternura que me distraje, y en un segundo me tomó de los antebrazos con una mano mientras que con la otra se giraba para quedar él arriba. Forcejeé un poco para liberarme de su agarre pero la verdad es que no quería tampoco.

Sus dedos buscaron los costados de mi abdomen, me miró confundido.

- Cagaste, no soy cosquillosa – le dije anticipándome a lo que me iba a preguntar. Bueno, eso no era del todo cierto, las cosquillitas que sentía en la guata cuando estaba con el Erick eran reales, y lo confirmé cuando se inclinó más hacia mí para darme un beso en la frente. Y otro en la nariz, y en las mejillas y así...

- Me encanta que seai así conmigo – habló después de un rato, poniéndome un mechón de pelo detrás de la oreja.

Me incorporé sobre mis codos para quedar más alta y hacerle cariño en su carita hermosa. Pasé por la línea de su mentón, y sin pensarlo mucho, puse mis manos en sus hombros para atraerlo más hacía mí.

...

Desperté porque lo sentí moverse.

Anoche, cuando nos vinimos a acostar, me di cuenta de que el Erick se cortó entero cuando asumió que íbamos a tener que compartir la misma cama. Es que era extraño, no tanto por tener que dormir juntos, sino porque esa cama estaba ahí para que los novios tuvieran su noche de bodas, no para nosotros que no teníamos esas intenciones. Pensamos en todas las opciones: que uno durmiera en la cama y el otro en el piso, poner una almohada al medio para separarnos, uno encima y el otro abajo del cubrecama, etc. Pero al final siempre terminábamos hablando del matrimonio fallido del Memo y la influencer, sin poder dormir.

Entonces, para evitar tener que dormir juntos en la misma cama porque sería incómodo, y como los 2 éramos igual de imbéciles, dormimos apretados en el sillón de la sala de estar.

Con la cabeza apoyada en su pecho, sentí cómo sus músculos se contraían para estirar el brazo por encima de mí. Se giró un poco para alcanzar el teléfono. Parece que estaba sonando hace rato.

- Shh, vuelve a dormir – susurró mientras me acomodaba con su brazo libre para volver a pegarme a él. Su voz ronca de recién despertado era la cosa más sexy del mundo.

Revisó el celular y lo volvió a dejar en el suelo. Su mano se quedó a medio camino, en mi pelo, para hacerme cariño.

Volvieron a llamar. Me separé un poco de él para que pudiera contestar.

- Hola... ¿Ahora?... No po, un ratito más – lo escuché decir – es muy temprano, chao.

Cortó. No se había terminado de acomodar cuando golpearon la puerta.

- Aweonao – gritó el Edu – estamos afuera hace rato.

Me senté de rodillas frente al Erick, tapándome la boca para aguantarme la risa. Se paró a abrir.

- Los vinimos a buscar po – continuó el Charles – supe que te dejaron sin auto.

Miró por encima del hombro de Pulgar, que seguía de pie en el marco de la puerta.

- Hola ____ - me saludó con la mano – espera, ¿qué onda ustedes dos?

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Los pillaron :o jaja

Me da la impresión de que es el capítulo más lindo del fanfic hasta ahora, ¿o no?

Mientras esperan el próximo cap, las invito a que vayan a darle amor al fic con Montecinos <3 ¿a cuántas más aquí les gusta jugar a la pelota?

Se me habían olvidado los saludos! Los de hoy son para @MelanyConcha @fPoncef @Nataliabelenarce0 @BelenAguilar018 y @annabelsavka ¡gracias chiquillas!