Capítulo 12: El carrete

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Acostada de lado y acurrucada sobre su pecho, dormía junto a mi duque una vez más. La puerta se abrió de forma brusca, sus brazos me acercaron más a él. El calor que emanaba de su cuerpo me hacía sentir protegida.

- Ya po cabros, ¡despierten! – gritó alguien a la vez que aplaudía para hacer aún más ruido. Sentí un manotazo en la espalda.

- ¿Por qué me pegai? – dije somnolienta.

- No le pegui, weon – me defendió el Erick sin abrir los ojos.

- Chucha, sorry ____, no sabía que estabai acá – hizo el gesto de hacerme cariño en la cabeza pero sin llegar a tocarme, entonces caminó hasta la otra cama y le agarró las patas al Charles para despertarlo – Despierten po, el profe dijo que nos dejaba salir temprano hoy día si íbamos altiro.

Mi pololo le tiró una almohada para que se dejara de webear.

- Flaquito, voh también. Pa que salgamos a carretear po. Levántense – insistió Vargas.

Me separé un poco de él y me pasé una mano por el pelo para sacármelo de la cara. Había llegado anoche a Chile y me colé en el hotel donde se estaban quedando los cabros para su próximo partido. Se supone que no estaba permitido meter minas, pero como el Erick era muy piolita y no tenía problemas de conducta nadie andaba pendiente de él. A los que sí controlaban caleta era al Arturo y al Edu.

- Quédate a dormir un ratito más – me susurró sentándose en la cama.

- No, tranqui – me incorporé yo también – si igual me tengo que ir temprano para que no me cachen.

- Hace frío afuera – se estiró para alcanzar un polerón – toma.

Antes de que pudiera contestarle, Turboman volvió a hablar:

- Oye Pulga, ayúdame a convencer al Erick pa que vaya a carretear con nosotros po, anda tú también.

- Ya – me reí mientras me abrigaba – nos vemos a la noche, chao Charly – me despedí de él antes de que entrara a la ducha.

Me agaché para tomar mis zapatillas y así, descalza, me fui del hotel.

....

Llegué en un taxi con la Dani Collet. Ella me había ayudado mucho a integrarme a este mundo de farándula y futbolistas, si yo no cachaba nada. Era muy buena onda, a pesar de nuestra diferencia de edad, se había convertido en mi amiga altiro, asimismo pasó con la Gala, la Feña y, sorprendentemente, con la esposa del capi.

Después de haber pasado toda la tarde juntas entre el gym, la peluquería y elegir la ropa, el Edu le mandó la ubicación pero les dijimos que no se preocuparan por pasarnos a buscar, así se iban directo del entrenamiento.

Me bajé del auto con cuidado, todavía inexperta en el uso de tacos tan altos, y me encontré a mi Duque parado afuera de la disco esperándome.

- Nada que ver con el mío – se rió la Dani y nos dejó solos.

Adentro todo era descontrol total. Luces, humo, música estridente. Flaite eso sí, para qué estamos con cosas. Y, por supuesto, alcohol por todas partes.

Como a la 1 ya estaban todos curados, algunos en calidad de bulto. El Erick se había quedado al ladito mío todo el rato, con suerte se había tomado una piscola. Me daba lata igual po, no quería que sintiera que lo estaba paqueando.

Pasé mis manos por encima de su cuello y le di un beso.

- Amor, me voy a ir con la Dani a su casa, es que todavía ando media trasnochada por el viaje.

- ¿Me voy contigo? – se inclinó para decirme al oído, era difícil escucharlo con la música tan fuerte.

- No po, flaquito – le sacudí el pelo – quiero que lo pases bien con tus amigos – se quedó mirándome como pidiéndome permiso – ya po, que después van a pensar que te tengo amarrado.

Lo hice reír.

- Ya – accedió – me voy a quedar un ratito más, ¿llámame cuando lleguen?

- Bueno – le fui a buscar un pisco sour y se lo puse en la mano – pero desordénate un poco.

Me saqué los tacos. Los llevaba en una mano y con la otra sujetaba a la Dani por la cintura porque estaba más curada que la cresta. La Gala también se vino con nosotros, si era su noche de hombres había que dejarlos, así llegaban motivados al partido de pasado mañana.

Un par de horas después desperté en la cama matrimonial del departamento de mi amiga. A mi lado no había nadie, me levanté de puntitas a buscarlas, a lo mejor ya se habían levantado y yo era la única indecente que no despertaba todavía.

Me paré en seco cuando encontré a la Dani raja curá en la alfombra del otro lado de la cama.

- Dani – le susurré – Dani, acuéstate en la cama, te caíste.

Me respondió puras incoherencias.

- Me voy al hotel a juntarme con el Erick – continué, aunque dudaba que la mina me estuviera pescando – gracias por el alojamiento.

Me duché y le saqué un buzo del closet para cambiarme de ropa. Era lo único que me cabía, si la Dani era un palo. Cerré la puerta con mucho cuidado para no despertar a la Gala que dormía toda doblada en el sillón y salí a tomar micro.

A estas alturas ya era experta en colarme en los hoteles. Le escribí al Charles para saber si estaba despierto y si me podía pasar las llaves de su pieza.

"Está abierto, entra nomás", me respondió.

Al abrir la puerta me quedé impactada por la escena que me encontré. Ay, no, Erick, ¿qué mierda hiciste anoche?

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Hola bbys! 

Les dije que empezaba el drama. ¿Qué cagá se mandó el Erick?

No les cuento nada más!! <3

Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora