Ya había pasado casi un año desde esa tarde en la piscina. Cuando se enteraron sus compañeros de equipo Maripán fue el que más nos webeó, dijo que esa noche en el hotel había sido su regalo de bodas adelantado para que no se lo cobráramos después.
Ser la polola del Erick era un poco diferente a cómo lo imaginaba, a ratos se me olvidaba que era un futbolista famoso, en esos momentos era mi Duque nomás, mi mino de los tatuajes.
Pero a veces no todo era tan fácil, como cuando nos teníamos que separar. Habían temporadas donde el Erick se tenía que ir a Italia mientras yo me quedaba en Chile, o al revés, como cuando me tocaba estudiar en Florencia por el intercambio y a él lo citaban a jugar por la selección.
Lo bacán era que siempre, de alguna forma, intentábamos coincidir. Fuera en un estadio, en un aeropuerto, o en la recepción de un hotel, encontrábamos la manera de estar juntos un ratito.
¿Se acuerdan de la foto que nos sacamos la primera vez que salí con Pulgar? Justo antes de que nos mojaran los aspersores. Fue esa la foto que el Duque subió a Instagram para dar a conocer nuestra relación, escribiendo abajo "Pulgar y Pulgarcita".
Con ese apodo se referían a mí en la tele también, y es que era bastante obvio el porqué, aparte sonaba bonito. "La polola del 13 de Chile", llamó mucho la atención porque el Erick era piolita, y más encima que yo no fuera ni modelo, ni influencer ni famosa... Era como cuando la Megan se casó con el Príncipe Harry, a otra escala eso sí.
Sorprendentemente, las fans igual me querían harto. Yo pensé que me iban a odiar porque, para qué estamos con cosas, yo también le buscaba pifias a las pololas de los futbolistas que me gustaban. Pero resulta que no, siempre fueron un amor conmigo.
Hoy es otro de esos días en que nos despedíamos en un aeropuerto. Habíamos pasado unos días en Venecia juntos, de vacaciones, pero a mí me tocaba volver para empezar las clases en Santiago. El Erick se iba a quedar acá porque seguían tramitando los fichajes y transferencias para la nueva temporada.
Nos sentamos en el piso, yo delante de él para que me abrazara por la espalda. Mi cabeza descansaba sobre su pecho.
- ¿___? – me separé un poco para mirarlo, entonces continuó – quiero prometerte algo.
Me volví a acomodar para que hablara. Tomó mi mano, yo iba a entrelazar nuestros dedos pero él no me lo permitió. Simplemente la sostuvo.
- Algún día – sostuvo mi dedo anular entre su índice y el pulgar – quiero poner un anillo en este dedo.
Me quedé sin habla. Entonces se metió la mano al bolsillo y sacó una cajita. Me ayudó a ponerme de pie.
Abrió la cajita frente a mí mostrándome un anillo de oro, finito, con zafiros azules. Lo dejó a un lado, sonriendo, a la vez que agachaba la cabeza para abrir el broche y sacarse la cadena que solía llevar puesta siempre. La pasó por dentro del anillo y caminó hasta quedar detrás de mí.
- Te lo prometo – dijo mientras ponía el collar en mi cuello. Sentí el peso del anillo, de su promesa y de lo que aquello significaba.
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Hola! Sé que es un capi cortito, pero afírmense que desde el próximo comienza el drama.
¿El Erick cumplirá su promesa? ¿y si ____ no está segura todavía?
Por cierto, me fijé en las estadísticas que hay gente de otros países que me lee, como Argentina o Uruguay, ¡qué genial! ¿Tienen crush de otros países? Si me dicen, podría escribir un fanfic de ellos también. Yo por ejemplo, asumo que encuentro re mino a Dybala jaja.
Finalmente, gracias por darle amor esta historia, y no olviden irse a dar una vuelta por el fic de Montecinos. Como les dije, son tramas distintas, las protagonistas tienen personalidades diferentes... Así que go, go, go.
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Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)
FanfictionÉl era un futbolista famoso que viajaba por el mundo, ella era una estudiante de medicina que leía fanfics con sus amigas. Cada uno por su lado hasta que un día comparten el mismo vuelo y... bueno, si quieres saber qué pasó, tendrás que leer esta hi...