Me saqué una foto frente al espejo, ahí mismo sentada sobre el piso todavía, apoyada contra la pared para recuperarme un poco. Acerqué las rodillas al pecho y busqué un ángulo de tal forma que el celular me tapara la cara.
"Si lo que sentía cuando estaba contigo eran mariposas en el estómago, hoy vomité mariposas muertas", escribí en la descripción y subí la foto a Instagram. Si él iba a hacer declaraciones, yo también. Era mi forma de decir que por mi parte también habíamos terminado.
Entonces caí en cuenta de que ser la polola del Erick me había privado de una identidad. Cuando lo hicimos público, en todas partes me decían Pulgarcita o la polola de Erick Pulgar: de repente dejé de tener nombre, de repente sin el Erick yo no era nadie.
Y ahora que habíamos terminado, ¿cómo iba a recuperar eso?
...
Los siguientes días mantuve mi teléfono apagado. Cuando volví a encenderlo me enteré de que la prensa había tomado mi publicación como la confirmación de la ruptura y no me iban a pedir más explicaciones. Eso era bueno, quería que me dejaran tranquila, yo ya no pertenecía a ese mundo.
También tenía que agradecerle a las fans que nos shippeaban. Fueron bien pesadas con los periodistas que insistían en inventar rumores o llenaban mi publicación de preguntas.
Por otra parte, el ambiente en la selección estaba mal. El Charles me contaba que cuando el Erick volvió a entrenar con ellos empezaron a haber caleta de discusiones en los camarines. En los últimos partidos la tensión había llegado hasta la cancha, se armaron bandos, algunos jugadores ni siquiera se hablaban... Estaba la escoba, hace rato que no lograban meter un gol.
Luego pasé a revisar los mensajes que tenía de las chiquillas. Aparte de preguntar lo obvio, me estaban invitando a salir, decían que me haría bien, podríamos ir a comer algo o al gym juntas aprovechando que la Gala y la Dani estaban en Chile y podíamos coincidir.
Lo pensé mejor. El Erick lo estaba pasando la raja con su mina, sus redes sociales eran puros viajes, fiestas, salidas juntos, y yo no podía quedarme escondida para siempre.
Si iba a salir, quería que el mundo me viera contenta, linda, pasándolo bien. No me iba a mostrar en pijama, subida de peso, deprimida y llorando por un weon. Eso estaba decidido, aunque tuviera que mentir.
Le pedí a la Dani que fuéramos juntas al gimnasio, y se transformó en nuestro panorama de siempre.
...
- ¡Basta! - escuché a lo lejos.
Estaba concentradísima en pegarle en mi saco de boxeo. El sudor me caía por el cuello, ya llevaba más de una hora haciendo cardio pero todavía quería más.
- Double Jab, Hook, Uppercut, Swing - me repetía. Quería pegarle más fuerte - ¡Agh!
Gritaba cuando me dolían los nudillos. Los tenía hechos bolsa, sangrando, pero quería seguir.
- ¡____, para! ¡Te vas a lastimar! - insistió.
Di un traspié hacia adelante por el impulso que llevaba. Las paredes empezaron a girar y tuve que dar un paso para no caer. De pronto las luces parecían brillar demasiado y con cierta intermitencia, el suelo bajo mis pies se convirtió en algodón, y mi corazón acelerado se sentía en todo mi cuerpo. Volví a sentir náuseas, así que intenté profundizar mi respiración para no vomitar pero no podía. ¿Qué estaba pasando? Me empecé a preocupar.
Todo se fue a negro. Me dejé caer.
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Capítulo inspirado en una vez que me desmayé en educación física por no tomar desayuno jaja ya saben, niñas, comer en la mañana es importante
Pd. Este fic está a punto de llegar a las 4 mil lecturas :o ¿creen que podamos llegar a las 5 mil antes del final de la novela? Sería muy bacán:)
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Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)
FanfictionÉl era un futbolista famoso que viajaba por el mundo, ella era una estudiante de medicina que leía fanfics con sus amigas. Cada uno por su lado hasta que un día comparten el mismo vuelo y... bueno, si quieres saber qué pasó, tendrás que leer esta hi...