Ya ha pasado una semana y todavía no sé nada de él, no hemos vuelto a hablar.
Después de que salió de la pieza, me quedé sentada sintiendo que el pecho me quemaba desde adentro. Las lágrimas caían por mis mejillas pero no me molesté en limpiarlas, dejé que cayeran.
- ____, escuché que gritaban – dijo el Charles al otro lado de la puerta - ¿puedo entrar?
Estaba demasiado atontada como para responder. Tuve que cerrar los ojos cuando la puerta se abrió de repente porque entró demasiada luz.
- ¿Estás bien? – se arrodilló en frente de mí, mientras que estiró la manga de su polerón para secarme la cara.
- Sí – asentí, intentando convencerme a mí también – creo que debería irme.
- Espera, no, no te puedes ir así – me detuvo agarrándome por el brazo.
Me estaba ahogando, no podía quedarme en esa habitación un minuto más, así que accedí a que me fuera a dejar. El asunto era ¿a dónde? No podía volver a la casa que compartía con el Erick. Se me ocurrió pedirle al Cha Cha que me llevara al departamento donde vivía antes de conocerlos.
- ¿Estás segura de que te quieres quedar aquí? – dijo preocupado observando los posters del Erick que tenía pegados en la pared – la Feña no quiere que te quedes sola, no tiene problema de que te vayas a la casa con nosotros.
- Te dije que la historia de los posters era verdad – le regalé una sonrisa triste. Quería evadir su invitación, así que lo hice recordar nuestra conversación cuando nos conocimos en el avión. Sentí que las piernas me temblaban de nuevo al sacar el tema.
Y bueno, desde eso ya ha pasado una semana, como les dije. La Feña y la Dani me escriben todos los días para saber si estoy bien, y el Charles dice que apenas pueda vendrá a verme pero que de momento está ocupado con los entrenamientos. Yo les respondo a todos de la misma forma, que muchas gracias pero no se preocupen, que estoy bien.
El problema es que no me gusta mentir.
Los primeros días los pasé pegada al teléfono. Pensé que el Erick me iba a escribir, a buscar, que se iba a preocupar por mí cuando volviera a nuestra casa y no me encontrara, pero cada vez estoy más segura de que cuando dijo "hace la wea que querai", fue su forma de terminar nuestra relación.
Hace un rato llegó el Edu, me trajo una caja de galletas de parte de la Dani, dijo que eran para pasar la penita.
- Déjalo solo, el flaquito es inmaduro todavía, seguramente se asustó – comentó él – cuando lo vuelvan a citar en la selección y se de cuenta de que todo está bien te va a venir a buscar, no te preocupi, si se nota de lejos que te quiere mucho.
- Gracias Edu – hice una pausa, dudando si decir en voz alta lo que iba a preguntar a continuación - ¿él te ha preguntado por mí?
Vargas miró al suelo y se rascó la nuca nervioso. No había mucho más que decir, era obvia su respuesta.
Cuando se fue, me acosté en el sillón y prendí la tele. Cambiaba de canal sin buscar nada específico, solo quería tener ruido de fondo para distraerme un poco. Dejé puestas las noticias y abrí la caja de galletas que me habían regalado, me las comí despacito, mirando el techo.
La voz de la periodista llamó mi atención, me enderecé cuando escuché el nombre del Erick:
- "El jugador Erick Pulgar fue visto hoy paseando por Fiorentina acompañado de una modelo chilena. Cuando se les preguntó por su relación, él mismo aseguró que se trataría de su nueva novia. Recordemos que el futbolista sigue suspendido de los encuentros de la selección chilena tras una sanción disciplinaria por haber bebido de más en una fiesta y no poder presentarse al entrenamiento del día siguiente. Este episodio ha sido nombrado como el "Bautizazo 2.0", dadas las similitudes con lo sucedido en el año 2011, donde estuvieron involucrados personajes como Jorge Valdivia y Arturo Vidal. Al respecto, cercanos a Pulgar afirman que fue en ese carrete donde conoció a su actual pareja. La pregunta es: ¿qué pasó con Pulgarcita? ¿se acabó la historia de amor que parecía sacada de un cuento?".
Entonces mostraron el video donde mi Duque daba declaraciones, y junto a él, tomados de la mano, sonreía una rubia curvilínea, vestida con un abrigo blanco y ostentosas joyas de oro.
- Erick – le preguntó un periodista - ¿es verdad que la conociste en el carrete que hizo que te suspendieran?
- Sí – asintió – sé lo que hice, estoy consciente de que tuvo consecuencias, pero aún así no me arrepiento, gracias.
Con eso cerraba la entrevista. Y con eso se confirmaba que había terminado conmigo.
"Qué rápido te conseguiste a otra, Erick", pensé y los ojos se me llenaron de lágrimas. No escuché lo que comentaron después.
De repente sentí como si me hubieran golpeado en el estómago. Mi pulso retumbaba por la habitación como si el corazón se me fuera a salir, y era como si no pudiese mantenerme de pie en forma estable. La presión que tenía en el pecho subió hasta mi garganta y me dio arcadas.
Tuve que correr al baño y me dejé caer de rodillas. Entonces la angustia se liberó.
Vomité mariposas muertas.
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Debo confesar que tuve que recordar mi etapa de adolescente tumblr para escribir este capítulo en un intento por lograr que ustedes pudieran sentir lo mismo que ella, ojalá haya funcionado:)
¿Todavía piensan que el Erick le va a pedir disculpas a la Pulga? No está muy afectado parece.
Pd. Me encanta cuando me cuentan lo que piensan que va a pasar después o cómo se sintieron leyendo el cap. Es que ustedes son las mejores!:)
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Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)
FanfictionÉl era un futbolista famoso que viajaba por el mundo, ella era una estudiante de medicina que leía fanfics con sus amigas. Cada uno por su lado hasta que un día comparten el mismo vuelo y... bueno, si quieres saber qué pasó, tendrás que leer esta hi...