Capítulo I. Confesión

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Tras cumplir dieciséis años, Azahara no podía aguantar más, no podía seguir guardando el secreto, su alma le decía que el secreto debía salir a la luz. Llevaba tanto tiempo ocultándolo, llevaba tanto tiempo queriendo sacar el secreto que ya no podía seguir con ese peso encima. Lo que no sabía era a quién contárselo, debía ser alguien en quien realmente pudiera confiar, alguien que no la juzgara a pesar de su acto delincuente, alguien que la ayudara a encontrar una solución.
No podía contárselo a su padre, ya que trabaja para en la iglesia y también contribuye a hacer que se cumplan las reglas de Alá, entre ellas, la prohibición de la homosexualidad. Y además de eso su padre posee el TOC religioso, que es un trastorno que se basa en una obsesión excesiva con la religión. Azahara sabía perfectamente el peligro que había en contárselo a alguien, ya que si alguien lo descubría, Azahara podría tener problemas muy serios.

Después de varias semanas de meditación, estaba lista, aunque era muy reservada, pensó en contárselo a su mejor amiga. Azahara sabía que era la única persona en quien podía confiar, ya que sus hermanos no vivían con ella y su madre había fallecido en un accidente automovilístico cuando ella era tan solo una niña pequeña. Así que solo le quedaba su mejor amiga, Abir, que además, para Azahara, era como de la familia. Llevaba casi toda su vida conociéndola, desde que empezó párvulos. Se conocieron en febrero de 2010, ese día, a Abir le picó una culebra, y como por aquella zona sólo estaba Azahara, la socorrió, y gracias a ella pudo recibir una rápida asistencia médica y salvar su vida. Desde aquel día se hicieron mejores amigas y Abir le juro a Azahara que siempre que estuviese en problemas la ayudaría, sin importar la gravedad del problema y hasta ahora, Abir siempre ha ayudado a Azahara en todo, era la persona más especial que había conocido nunca. Así que quedó con ella para contárselo.

Ellas siempre habían tenido un sitio secreto, para hablar de sus cosas sin que nadie las molestara. Era un lugar donde sus padres nunca pensarían en buscarlas, que se situaba detrás de un vertedero. Es una pequeña cabaña de que construyeron con madera y otros materiales que obtenían de aquel vertedero, no tenían presupuesto para comprar materiales, y nada más entrar se podía percibir perfectamente por detalles como que las tablas del suelo chirriaban al pisarlas, el techo estaba hecho de cartón y en el interior de la caseta sólo hay dos neumáticos que usan para sentarse. Siempre quedaban allí, así que no nunca fue necesario citar un lugar.
En cuanto Azahara llegó, Abir llevaba ya 10 minutos esperándola, ya que no se tomaba a la ligera las palabras de su amiga. En cuanto Azahara se sentó, Abir la empezó a decir que lo contará ya, porque como siempre, tenía muchas ganas de poder ayudarla. Tras unos minutos, Azahara se armó de valor y lo contó:

- Hola... Te he hecho venir aquí para contarte algo muy importante. Es algo que llevo mucho tiempo ocultando. Sé que no debería contarlo a nadie, ya que es una locura, pero no puedo más, no puedo vivir sin contárselo a nadie ¡Mi alma me obliga a sacar este secreto a la luz! Así pues, debo decirte, que soy homosexual - Reveló Azahara entre lágrimas.

Abir se quedó pálida tras oír la noticia, no sabía cómo reaccionar. Como siempre, quería ayudar a su amiga pero no sabía que aconsejarle...

- Azahara, no sé que decir... Ojalá fuese una broma, pero al ver la manera en la que me lo has contado puedo percibir que no. ¿Sabes que eso es un delito? Yo como amiga tuya que soy, te recomendaría que te olvides de eso, ¿Tú sabes lo peligroso que será si alguien lo descubre? ¡Te matarán, seguro que te matarán! Y yo no quiero quedarme sin mi mejor amiga, porque te aprecio muchísimo, eres como una hermana para mí y si te pierdo pues... mi felicidad se irá toda a la mierda, por que tú eres mi felicidad ¿Entiendes? No podría vivir sin tí, y no quiero perderte tan solo por que decidas cambiar tu orientación sexual.-

Azahara se quedó mirando a su amiga por unos minutos, porque después de aquellas hermosas palabras, su mente estaba en blanco.

- Abir. Entiendo lo que me quieres decir, sé que lo dices por mi bien, y te lo agradezco de verdad, pero no puedo dejar de ser lo que soy, por que así he nacido. ¡No puedo vivir siendo alguien que no soy! Y además, tengo... tengo una... emmm...
- ¿Qué es lo que tienes? ¡Dímelo ya!
-¡Tengo una amante!
- ¿Cómo? ¿Pero, cuanto tiempo llevas con ella?
- Emm... Es que, no sé si debo decírtelo. La verdad es que no es cosa de poco tiempo...
- Azahara, dímelo porfavor.
- De acuerdo. Llevo con ella casi un año y medio.
- ¿Cómo dices? ¿Un puto año y medio? ¿Sabes que corres el riesgo de que te descubran y que si lo hacen te pueden matar? Es muy peligroso, no sé cómo se te ocurre. ¡Te van a descubrir!
- No me descubrirán, es imposible. Si llevamos un año viéndonos y nadie nos ha visto nunca será por algo. Tenemos un sitio en el que es muy poco probable que alguien nos encuentre. ¿Sabes cuál es el callejón ese al que está prohibida la entrada? Pues mira, detrás de los edificios que allí hay, podrás encontrar una pequeña entrada, siempre nos vemos allí los miércoles a las 20h. Nadie va a entrar allí, porque como ya te he dicho está prohibido.
Mira, no puedo vivir sin ser quien soy, y te cuento todo esto porque eres mi amiga y sé que puedo confiar en ti. Porfavor, prométeme que te llevarás mi secreto a la tumba.
- Bueno... Está bien, lo prometo.
- ¡Muchas gracias Abir! Una cosa más, he conseguido una pareja hombre.
- ¿De veras tienes pareja?- Preguntó Abir muy extrañada.
- Sí, mi padre cree que es mi prometido, y él también lo cree. Le uso para ocultar mi secreto.
- Vaya... Es una idea muy ingeniosa ¿Cómo se llama?
- Su nombre es Amir Saadi
- ¿Amir Saadi? Pero...

Después de escuchar el nombre de el novio de Azahara, Abir salió corriendo de allí, corría y corría lo más rápido que podía. Azahara corrió tras ella y la gritaba que se detuviera, pero Abir no paró de correr hasta perderla de vista. Llegó hasta el bosque y se tumbó en la hierba a llorar, mientras que susurraba una y otra vez:
- Amir, cariño ¿Porqué me has traicionado?
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(La imagen de inicio de capítulo pertenece a www.alami.es)

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