Capítulo VI. La llegada del peligro

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Azahara ya llevaba bastante tiempo viviendo con el anciano, habían sido las mejores semanas de su vida, el anciano la trataba como si fuese su hija de verdad o mejor. La preparaba siempre comidas esquisitas, jugaban juntos al Backgammon, leían revistas al lado de la chimenea, hacían deporte juntos, de vez en cuando Azahara se juntaba con los amigos del anciano, pero no muchas veces, ya que el anciano había dejado de estar con sus amigos para pasar más tiempo con Azahara, hacían manualidades juntos, ordenaban juntos la colección de figuritas, Azahara ayudaba al anciano a hacer todas las labores de casa, como limpiar el baño, recoger la cocina, ordenar los trastos viejos y muchas cosas más, también, el anciano le contaba a Azahara historias de su pasado y cosas así. En general lo hacían todo juntos. Azahara ya sentía como que el anciano fuese de su familia, lo quería muchísimo, ya no podía imaginarse sin él. La entristecía mucho pensar que en no demasiado tiempo, iba a tener que abandonar al anciano para siempre.

Un día, estaban los dos viendo una película de terror, y no paraban de gritar y reírse a cántaros. Una mujer que pasaba por allí, escuchó los gritos y se puso a cotillear por la ventana. En cuanto vio a Azahara, la reconoció enseguida, porque resulta que había salido por la tele como buscada. Asi que la señora decidió mandar un correo a las autoridades para enviarles la localización de Azahara y a ver si conseguía algo por su acto heroico.
El anciano, vio como a alguien en la ventana y fue a ver qué había, la señora se marchó rápido al ver que se acercaba, y cuando el anciano miró por la ventana, no había nadie, asi que no le dió importancia y se fue a la cama.

A la mañana siguiente, el anciano se despertó con unos fuertes golpes en la puerta. Eran las 6 AM, el anciano se levantó enfurecido porque tenía sueño, y le parecía de muy mala educación llamar a la puerta tan temprano. Por otro lado, estaba muy extrañado, ¿quién llamaría a estas horas? Asi que se puso las zapatillas de casa y salió a abrir la puerta.

- ¡¿Quién llama a estas horas?!- Preguntó el anciano con un tono maleducado.

- Buenos días señor, y perdón por molestarle. Somos del cuerpo de policía, y nos gustaría hacerle una pregunta.
Mire, un individuo desconocido nos a comunicado que usted esconde a una delincuente en su casa, ¿es eso cierto señor?

- ¿Una delicuente? ¿En mi casa? Por supuesto que no, yo jamás haría algo así.- Respondió indignado.

- A ver, escúchanos ¿sabe usted que aunque mienta le vamos a descubrir, verdad? Porque estamos muy seguros de lo que decimos. Vamos a repetirle una vez más la pregunta y usted va a responder sinceramente, o si no, me temo que tendrá muy serios problemas.
De acuerdo ¿vive con usted Azahara Ben Haluf?

- Si. Pero ¿es una delincuente?

- Por supuesto que sí ¿Usted no lo sabía?

-No.

- Pues lleva casi dos meses siendo buscada. Porfavor, traiga aquí a la niña.

El anciano estaba muy dolorido. Creía que estaba ayudando, y en realidad estaba encubriendo a una delincuente.

- De acuerdo. Acompañenme, Azahara se encuentra en el piso de arriba.

Azahara había escuchado toda la conversación, asi que bajó sigilosamente al sótano y salió por la misma ventana por la que había entrado hace 2 meses. Empezó a correr a una velocidad muy rápida, en consecuencia de esto, se tropezó con una piedra y cayó al suelo, se golpeó en la cabeza y quedó inconsciente.
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(La imagen de inicio de capítulo pertenece a es123rf.com)/


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