Capítulo VII. Decepción

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Azahara despertó de su desmallo. Se encontraba en una cama muy grande y cómoda, en una amplia y fresca habitación.

- ¡Azahara, ya te has despertado! Oh dios, creí que te había perdido ¿Cómo te encuentras?

- ¿Quién eres?- Preguntó Azahara con la vista borrosa.

- ¿Cómo que quién soy? Soy Abir, tu amiga ¿me recuerdas, has pedido la memoria tal vez?

- Abir, amiga, cuanto tiempo sin verte. Una pregunta ¿Cómo he acabado aquí?- Preguntó Azahara desconcertada.

- Te encontré tirada en el suelo y te traje aquí. También te he curado una herida que tenías en la cabeza ¿Recuerdas cómo pudiste hacertela?

- ¡Ah sí, ya me acuerdo! Creo que corrí demasiado rápido, tropezé y me quedé inconsciente en el suelo.

- De acuerdo. Oye ¿dónde has estado los últimos dos meses?

- ¡Es cierto, lo había olvidado! Buah, no te lo vas a creer. Resulta que han descubierto lo que tenía con mi amante.

- ¿De veras, cómo es eso posible?- Preguntó Abir con un falso rostro de sorpresa.

- Lo sé, yo también me quedé muy sorprendida. El caso es que nos empezaron a perseguir, corríamos súper rápido, pero por desgracia, la muerte alcanzó a Basima, mi amante. Me dolió mucho su fallecimiento.

- Vaya, lo siento mucho. Y tú ¿cómo conseguiste salvarte?

- Mira, yo seguí corriendo hasta llegar a un callejón sin salida. Una vez allí, pensé que estaba acabada, pero vi a mi lado la ventana de una casa abierta y entré. Cuando llegaron las autoridades, pensaron que volví por donde había venido, así que regresaron.

- Agradéceselo a Alá, tuviste demasiada suerte.

- Cierto.

- Y después de eso qué. Responde a mi pregunta inicial ¿dónde has estado los últimos 2 meses?

- No seas impaciente, estaba a punto de decírtelo. Escucha, después de entrar en aquella casa, decidí quedarme allí, porque si salía fuera me iban a matar.

- ¡¿Te quedaste a vivir en la casa de un desconocido y no te descubrió?! Wow, estoy impresionada.

- No, no. Sí que me descubrió, pero al cabo de tres semanas.

- ¿Y qué te dijo?

- Me dijo que podía quedarme con él. Me inventé una historia de que mi padre me quería matar y no sé que más, y le di pena. Fue super bueno conmigo, me trató como a una hija, y me siento mal por haberle mentido.

- ¡Wow! Y si te cuidaba tan bien ¿por qué te escapaste?

- Vino la policía a buscarme y me vi obligada a marcharme.

- Oye, si quieres puedes quedarte aquí conmigo, te esconderé genial.

- ¿De verdad harías eso por mi? Oh, muchas gra...- Abir la interrumpió

- Espera, antes de que decidas si quieres quedarte o no, debo contarte una cosa.
Seguramente pensarás que soy una cerda asquerosa después de contarte esto, pero sería todavía más mala si no te lo cuento.

- Dime.

- Fui yo la que le contó a tu padre que eras homosexual.

- ¡¿Qué cojones, por qué hiciste eso?!

- Es que Amin era mi prometido y me sentí tan enfadada por su engaño que no fui consciente de que tú no tenías la culpa y lo pague contigo.

- ¿Qué? Pero habérmelo dicho, ya sabes perfectamente que no quiero a Amin.

- Ya pero él si te quiere a ti.

- Y qué, yo no tengo la culpa. Fui una incrédula al pensar que podía confiar en ti.

Azahara salió en ese de la casa de Abir en ese mismo instante. Se sentía muy decepcionada y no quería volver a ver a Abir nunca más.
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