Cuatro años habían pasado, y podía recordar todas las sensaciones que se apoderaron de mí en mi adolescencia, cuando lo conocí. Recuerdo la primera vez que sentí ese cosquilleo que recorre todo tu cuerpo, e invade tu estómago como si hubiera un tormenta tropical dentro de él.
Como si un tsunami golpeara una y otra vez tu interior queriendo salir de esa jaula.
Eso causaba Jake Park en mí.
Y con solo mirarme hacía que mi mundo se derrumbara en miles de pedazos. No sé cómo logró meterse debajo de mi piel, pero poco a poco él hizo que mi corazón fuera suyo sin siquiera intentarlo.
Y definitivamente eso se había vuelto mi perdición. Porque yo sabía que su corazón nunca me pertenecería
—¿Qué dices, bonita? —preguntó mi mejor amigo mientras caminábamos; con una linda sonrisa plasmada en sus labios procedió a mirarme directamente a los ojos, aquello solo hacía que mis piernas temblaran. En cuanto escuché ese lindo apodo por el cuál solía llamarme desde siempre -sin agregar el tan famoso "soleil"-, hizo que mi corazón comenzará a later con fuerza
—Eh, sí. Por supuesto, sabes que si eso es lo que quieres, por mí está bien—respondí casi que de manera automática.
—Otra vez te perdiste en tus pensamientos, ¿Verdad? —preguntó con una voz que me pareció tierna.
—Sí...—contesté en un murmullo—. Pero ahora soy todo oídos, así que cuéntame
—Es que... —rascó su nuca con nerviosismo, como si dudara—. Hay una chica... Y en verdad creo que estoy enamorado o algo así, se podría decir que es recíproco.
Esperé que la ola de la sorpresa se apoderara de mí. Sin embargo, eso nunca pasó, de alguna forma, ya había sentido hace un tiempo que su mente y su corazón pertenecían a alguien. Su comportamiento era tan fuera de lo común, siempre inmerso en sus pensamientos, actuando tontamente. Ya lo había notado.
—¿Quién es la pobre chica? —interrogué con falsó pesar, y una sonrisa fingida.
—Es.. Es —comenzó a titubear un poco en cuanto fijé mi mirada en sus ojos, hasta que bajó su mirada y pronunció sin más—. No puedo decírtelo, es complicado.
—¿No confías en mí, cierto?—pregunté sin el afán de presionarle—. No te preocupes, no es necesario que lo digas.
Lo vi dudar, abrir y cerrar la boca de forma inmediata. Como si buscara la forma perfecta de enterrar la daga en mi corazón sin herirlo más de lo necesario.
—Es Ava—soltó con los labios apretados
Tremenda mierda
Un pequeño baúl de recuerdos fue abierto en mi memoria. Pasando los recuerdos como una tira de película de los 40s.
Ava Miller; Ella fue mi mejor amiga, mi confidente, fue casi mi hermana. Cuando mis padres decidieron divorciarse, hace 8 años, ella -y por supuesto Jake-. Tendió su mano para mí.
«Estuvo conmigo durante la mejor y la peor faceta de mi vida, me apoyó todas las veces que me sostuve en su hombro cuando sentía que el mundo podía mucho más conmigo que yo con él; un día Ava solo desapareció. Se había ido de California, nunca supe el por qué.
Ese día sentí mi primera ruptura, no esa amorosa de la que todos hablan. Porque, quizás perder un amor dolía. Pero quién te hablaba de lo que desgarraba perder una amistad, a tu mejor amiga; tu hermana. Ava me enseñó que el amor podía ser incondicional, independientemente de si compartiera un lazo sanguíneo. Su partida me dolió, casi tanto como el abandono de mi madre.
—Genial—dije apretando mis párpados con rabia, comencé a caminar a cualquier lugar que me llevara lejos de Alex, antes de que dijera cualquier cosa que ocasionara un arrepentimiento tardío
Era como si la vida deseara jugarme esa broma de muy mal gusto. En la que poco a poco te arrebata lo que quieres sin ninguna buena lección de por medio.
—¡Hey, Valerie! —corrió hacia a mí atrapando mi muñeca con una cara de culpa, como si realmente esto le estuviera doliendo—. Por favor, no te enojes conmigo
—Es tu vida, Park. No es de mi incumbencia lo que hagas con ella, simplemente no es mi problema—respondí tajante, soltándome de su agarre ocasionando que diera un traspié. Obviamente mi fuerza contra él no le movía ni un cabello, pero era la crueldad y el veneno presente en mis palabras el que lo hacía ceder con facilidad—, el simple hecho de que estés enamorado... —dejé la oración al aire
Su amor por alguien más no era lo que me lastimara en demasía. Sin embargo, verlo amar a alguien que me lastimó y se deshizo de mí en lo que pudo, era como si me rompiera por dentro. Porque, nunca esperé que Jake Alex Park me amara.
Simplemente yo no esperaba nada.
«—¿Sabes qué? No importa. De verdad espero que sean muy felices—expresé bajando un poco lo exaltada que estaba, al fin y al cabo, el amor era así, y en el corazón no mandabas.
Yo lo sabía tan bien, que dolía; ardía.
—Val, escúchame—intentó explicar—. En mis planes no estaba sentir algo por ella. Tampoco lo hice porque quisiera lastimarte —respondió ofuscado, restregando sus manos en su rostro—. Sé que lo de Ava fue difícil para ti, pero yo la quiero, realmente, lo hago... —sus palabras se separaban grandemente al pronunciarlas—, yo... la quiero
Murmuró esa última oración hacia él mismo
Me sentía como una perdedora, estaba aquí de pie escuchando la declaración de amor de algo de lo que ni siquiera tenía certeza. ¿Acaso era esto un maldito karma creado solo para mí?
—Jake, déjame ir—farfullé tratando de retener las lágrimas que picaban dentro de mis ojos—. Porque yo nunca te prohibí que amaras a alguien, pero excediste los limítes; mis limites.
—Por favor, Val...
—Adiós, Jake—fue lo último que mis labios dijeron antes que tomara la decisión de subirme al primer taxi que encontré.
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Baby, why?
Novela JuvenilValerie Gamble siempre soñó con un amor de película. De esos de los que te hacen suspirar en su primera cita, de los que te hacen creer que el amor si te da la felicidad, ella quiere tener la típica cita cliché en donde el chico la lleva al cine y f...