Capítulo 8

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 Otro día de clase. El que aún sea jueves, me hace pensar que aquí los días duran más de 24 horas. Esta semana se me está haciendo eterna. Busco en mi cartera los libros de primera hora y los coloco en mi pupitre.

—Hola.

Levanto la vista sorprendida, ya que sé a quién corresponde la voz, pero no termino de creerme que se esté dirigiendo a mí.

—Hola —le respondo a Ángel mientras se sienta a mi lado—. No ha sido tan difícil, ¿verdad?

—Dímelo tú. —Me hace un gesto con la barbilla y al mirar en esa dirección, veo que algunos de clase ya se han fijado en que estamos hablando, entre ellos Paula. Después tendré que responder a su interrogatorio.

—Bah, no pueden evitar buscar algo sobre lo que cotillear. —Intento restarle importancia, pero Ángel mantiene el gesto contraído. No parece cómodo siendo el centro de las miradas—. Aunque si no te crees capaz de soportarlo, puedes volver a ignorarme.

Mis palabras le hacen salir de sus pensamientos y me mira.

—No, para nada. Serás tú la que diga basta, no yo.

Me preocupa que dé por hecho que en algún momento voy a recular pero eso demuestra que no me conoce. Cuando me empeño, no cambio de opinión con facilidad.

La clase comienza y ya no tengo oportunidad de continuar la conversación. En el recreo, las chicas me interrogan impunemente pero no saben que se me da muy bien escaquearme, así que al final, no sacan nada en claro de mis respuestas. Aun así insisten en que mañana por la noche, no tendré escapatoria. Ahora sí que me estoy planteando seriamente buscar una excusa y no ir a dormir a casa de Paula.

Por la noche cumplo con mi ritual de whatsappear con mis amigas y Naiara insiste.

"Quiero una foto".

"¿De qué me hablas?"

"Foto de Ángel. ¿No me has dicho que le tienes como amigo? Guarda una de su perfil en el ordenador y me la mandas. Ya".

"Vale. Pesada".

Parecerá increíble, pero aunque he hablado con él por Messenger, aún no he entrado en su página. Me sorprende ver que tiene un gran número de amigos. Para alguien que no trata prácticamente con nadie del pueblo, resulta curioso que en la red tenga tantos contactos. Quizás sea de los que se siente más cómodo relacionándose así. Aunque veo que con parte de ellos también trata en persona ya que hay muchos comentarios en plan, "El otro día cuando quedamos...", "Acuérdate de que la próxima semana nos vemos en...". Vaya, quién lo hubiera dicho. Entro en las fotos para elegir una y me encuentro con muchas más de las que esperaba. Algunas son fotos que él ha hecho, paisajes, cosas, Aquiles... Otras cuantas con amigos, en fiestas, reuniones y cosas por el estilo. Y otras tantas, con chicas. Va a resultar que lo que dijo Paula de que las buscaba fuera del pueblo era cierto y parece que le gusta cambiar a menudo de compañía. Quizás parte de ellas sean solo amigas... o quiero engañarme pensando eso. Busco una en la que está con Aquiles, la guardo y se la mando a Naiara. No tardo ni dos minutos en obtener respuesta.

"Buaaa. Pero ¡¡¡si esta bueniiisimooo, tia!!! ¡¡¡Serás cabrona!!! Y tú quitándole importancia...".

"Da igual que esté bueno. No todo se reduce a eso, Naiara".

"Cierto, pero a nadie le amarga un dulce".

"Aun así, tiene un montón de fotos con distintas chicas y no quiero otro Miguel. Ya lo sabes".

"Pues si yo estuviera ahí, no me lo pensaría dos veces".

"Pero yo no soy tú, mona. Me voy a dormir ya. Estoy agotada. Muxuss".

La vida de UxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora