Capítulo 1. Casa para mí sola

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—¡Al fin una vida de independiente! —gritó la pelirroja con sus dos amigos.

—¡Esto es genial! Podremos hacer fiestas y desvelarnos hasta el amanecer —mencionó con emoción el peliblanco delante de sus amigas.

Después de varios meses, Merida por fin había logrado encontrar un lugar en donde poder rentar y dejar los cuartos que ofrecía la escuela. No estaban mal en realidad, pero tener que compartir regaderas, baños, vestidores con cincuenta chicas más le resultaba algo incómodo. Vivir con sus padres tampoco resultaba ser una opción, bueno, si pensaba volver a la zona rural en dónde la escuela le quedará a seis horas de transporte, tanto de ida como de regreso, no era preferible. Pero por fin había conseguido un departamento a un precio accesible tanto para ella, como para sus padres.

Los tres amigos se adentraron a la preparatoria con emoción, aunque la odiaran en realidad. Jackson, Rapunzel y Merida habían sido amigos desde primer semestre, desde ahí, jamás se han separado aunque un semestre estuvieran en distintos salones, pero ahora estaban juntos nuevamente. En el camino entre los pasillos, varias chicas empujaban a la pelirroja que respondía con quejidos o incluso empujones.

—¿Y ahora a estás que les pasa? —protesto mientras intentaba guardar un libro en su mochila.

—¿Acaso no lo ves? —dice su amiga jalandola hacia el barandal que tenía una gran vista al comedor.

Es entonces que veía a varias chicas ruborizadas contemplando a un chico que se encontraba pasando entre las mesas. Era alto, tal vez más que Jack, cabello castaño y piel bronceada.

—Es Hiccup Haddock.

Patético.

—En lo poco que llevamos del semestre ya se ha vuelto de los tres primeros.

—¿Tres primeros? —dijo incrédula para recibir un golpe por parte de su amiga.

—¿Dónde has estado este último año? Cada grado selecciona al mejor chico de su generación, más inteligente y guapo de su año; convirtiéndolo en los tres primeros.

—Con razón el anciano no está ahí. —dijo con gracia para recibir un golpe por parte de su amigo.

—El año pasado lo fui, solo que ahora me gano esté por dos votos del grupo trescientos dos. —ahora fue él quién recibió un golpe por parte de la rubia.

—"Esté" tiene nombre. Tuvo el mejor promedio en su anterior escuela e incluso a ido a concursos estatales, he escuchado rumores que es modelo en sus tiempos libres. El hombre perfecto —suspiro para que sus amigos rodarán los ojos.

La pelirroja únicamente hizo una mueca en su rostro al apreciar con más detenidamente a aquel chico. No importaba cuántas cosas escuchará de aquel castaño, no era más que una cara bonita paseando por los corredores de la preparatoria.

El día de los tres amigos se volvía tan lento y ellos se comían de la emoción, no esperaban la hora de que la chicharra sonara y por fin pudieran conocer el nuevo departamento de la pelirroja. Era cierto que la chica solo lo había visto en fotos y una sola vez lo piso, pero moría de la emoción. Y la chicharra sonó sonó por fin.

Aquel trío salió disparado del aula directo al estacionamiento, podían cortar un poco su trayectoria por aquel lugar y podían ver al equipo varonil de fútbol americano entrenando, cosa que a Rapunzel le encantaba.

—¿A dónde tan rápido? —habló una voz deteniendo a aquellos chicos.

—¡Liam! —exclamó la pelirroja saludando al chico.

Liam se trataba de uno de los tres primeros, del último año, era mayor que aquellos amigos; aunque únicamente se conocían por Merida.

—¿A dónde tan feliz, rojita? —dijo revolviendo su cabello con amor y atrayendola a él, cosa que ella odiaba.

Mericcup: Viviendo con el enemigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora