Y ahí estaban ambas chicas, en el departamento de la pelirroja.Dos pares de zapatos en la entrada de distintas tallas; suéteres en el perchero, diferentes gustos; dos tazas; dos habitaciones, dos de todo. Los ojos de la rubia no podía creer lo que decía su amiga hace algunas horas, al parecer, fue real. Cuando le dijo que la acompañará al departamento, sin antes pasar por la prenda del chico pensó que se trataba de un juego, uno muy malo. Si solo tenía una relación con Haddock tenía que haberlo dicho desde un inicio, no se hubiera molestado; pero esto era tan extraño.
—Dejame ver si entendí —exclamo la rubia recostada en la cama de su amiga—. Tú e Hiccup, fueron estafados, no pueden irse por el precio y tienen que vivir juntos hasta encontrar alguna alternativa. ¿No olvide nada?
—No, resumiendo, así fue todo —exclamo mientras dejaba caer una almohada sobre su cabeza mientras yacía en el suelo.
—Entonces, fingen ser novios para que no descubran la verdad toda la escuela ¿estoy en lo cierto?
—Debo de aclarar que yo jamás estuve de acuerdo, fue algo que él creo en el momento.
—Ya veo —musito Rapunzel por lo bajo—. ¿Pero, no es esto fantástico? —exclamo para que su amiga alzará una de sus cejas sin comprender a lo que se refería— ¿Cada cuánto puedes vivir con el chico más popular de nuestra generación? Puedes aprender cosas de él, llevarías un paso más que ese tonto club de fans e incluso, podrían enamorarse. Todo como una historia de amor.
—Frena tus carriles amiga —dijo la pelirroja—. ¿Enamorarnos? ¿Es acaso, esto, una historia sacada de una aplicación que escriben las personas en sus tiempos libres? Yo jamás me fijaría en ese idiota, estos días logré conocerlo y no es el príncipe azul que crees. Es un ogro de uno noventa de estatura.
—Sigue siendo lindo para mí —concluyo Rapunzel cruzandose de brazos—. Y que tal si tú podrías echarme la mano; tal vez logré interesarse en mi y seamos pareja. A menos que...
—¿A menos que?
—Llegues a sentir algo por él.
La pregunta que hizo aquella chica provocó un huracán de carcajadas por parte de Merida, la panza le comenzaba a doler a medida que pasaba el tiempo.
—¿Interesarme, en Haddock? Debes de estar bromeando. Preferiría besar a un sapo antes que aquel engendro —exclamaba entre risas mientras limpiaba sus lágrimas.
—Si es así, ¿me ayudarías?
—Hiccup no me simpatiza, Rapunzel, tú eres un sol a lado de ése. No sé sí te convenga en realidad, pero haré el intento.
La tarde fue demasiado tranquila, no hubo noticias de aquel castaño y jamás se enteró que Rapunzel entro y salió de aquel lugar. Merida no sabía con exactitud dónde estaba todo el día su compañero, había ocasiones que, el fin de semana, llegaba a altas hora de la madrugada agotado dejándose caer en el suelo. Muy fácilmente podría ser un peleador de peleas callejeras, pero no lo creía pero tampoco le importaba.
La mayor parte de las pláticas que tenía con su amiga no dejaba de hablar a cerca de lo grandioso y lo guapo que era Hiccup Haddock. Aunque la pelirroja odiara hablar de él, tenía que ayudar a su amiga a andar con él o por lo menos que abriera los ojos de lo tonto que es. Aquellas conversaciones siempre terminaban en el momento que su amigo el albino llegaba.
Jack sabía sobre la relación de Merida con el castaño —¿quién no, en realidad?—, pero jamás quiso tocar el tema estando cerca de Rapunzel. Podría ser algo incómodo que tu amiga comenzará una relación amorosa con la persona que te gusta, así que evitaba el tema lo más que podías; aunque le sorprendía la manera de como Rapunzel lo había tomado. Parecía ¿feliz?
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Mericcup: Viviendo con el enemigo
Romance[EN ACTUALIZACIÓN CADA QUE LA AUTORA TIENE MOTIVACIÓN] ENEMIES TO LOVERS ¿Alguna vez has imaginado librarte de tus padres y comenzar tu vida independiente? No tener una hora de llegada, no más peleas, no más tr...