Mariposas de Colores [Sukuna Ryomen]

4-...El rojo me fascina

—Bien Sadashi, no hagas fiestas, no invites a chicos ni hagas estupideces.— Recordó Allison a su hija, quien le miraba con mueca sería.

—Querida, Sadashi ya lo sabe, sube o llegaremos tarde al aeropuerto. ¿Segura que no quieres nada?— volvió a preguntar, sonriendo en la pequeña frase dicha.

Ella negó y beso las mejillas de sus padres, luego ellos se subieron al auto junto con la familia Ryomen, Yujii le sonrió a su madre y Sukuna alzó su mano despidiéndose de su padre. Luego, ellos ya se había ido y ambos quedaron completamente solos.

La pelirroja volteó su vista a su mejor amigo, este le sonrió y camino hacia su casa, llegando y abrazándola fuertemente, la de hebras rojas soltó unas pequeñas lágrimas bajo ese abrazó, pasar casi dos semanas sin sus padres sería un infierno. Me preguntó ¿Como podrá seguir sin ellos más adelante? Digo, cuando se tenga que ir de casa, formar una familia etc, quizás con el tiempo logré cambiar eso.

—¿Vendrás hoy?— preguntó su mejor amigo, comiendo palomitas dentro de un plato.

Ambos estaban mirando una película animada; Atlantis a decir verdad.

—No, me quedaré en casa y quizás invite a Meg y a sus perros.— respondió ella con su vista en la pantalla.

Yujii bufó; será lo mismo siempre. Pensó.

Luego de que todo quedará en silenció, el gemelo -por dos minutos- menor se levantó diciendo que tenía que arreglarse para dicha fiesta. Ella solo rodó los ojos asintiendo.

Por mas rato Sadashi quedó en su sofá, terminando aquella película animada. Se puso de pie dirigiéndose a su habitación, directamente al baño para tomar una ducha, por el camino le envío un mensaje a Megumi, ofreciéndole venir a casa, Nobara ni si quiera respondía sus mensajes del día de ayer. Así que solo serían el y ella.

Dejó caer su cuerpo desnudo sobre el agua tibia y burbujeante, tenía su cabello atado en un chongo mal echo, con algunos mechones cayendo sobre su cuello y rostro, soltó un pequeño gemido de satisfacción al sentir como sus músculos se relajaron ante el tacto del agua.

Abrió sus ojos cuando sintió la puerta abrirse y cerrarse, como todo estaba en silenció se podía oír todo desde la planta baja.

«—Quizas es Meg.—» pensó por un minuto, hasta que sintió el sonido de su celular.

“Lo siento, acompañaré a papá al cine.” Era lo que decía aquel mensaje.

«—Si no es Megumi... ¿Entonces quien carajos es?—»

Digamos que Sadashi poseía una imaginación demasiado... Demasiado.. mmh, solo digamos que tenía imaginación, así que su mente a voluntad propia comenzó a hacer escenarios de todos los sucesos posibles, las formas de defenderse, las palabras que diría o cómo sería su ruta de escape. Sin más espera salió del agua en silenció, por lástima su ropa la había dejado encima de su cama y no se arriesgaría a salir y encontrarse con la persona husmeando por ahí; así que se envolvió en una toalla que cubría lo necesario.

Y desde la planta baja, Sukuna estaba revisando si todo estaba bien en casa, claro... Allison le había pedido amablemente si el podía cuidar de la niña de sus ojos, el acepto con gusto, así podría molestarla a gusto y ver como su rostro se tornaba rojo de enojó o vergüenza; a él le encantaba sacarla de sus casillas.

—Sadashi, Sadashi, tendrás que hacer las compras...— susurro sacando un cereal de los muebles y leche del refrigerador —O ni modo que vallas a comer a mi casa, obviamente te cerraré la puerta en cara si vas.