Capítulo 37

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Si Buda dijera, renuncia a tu apego. ¿Cómo podría aceptarlo sin afligirme?


Hwang Hyunjin estaba furioso mientras lanzaba patadas y tiraba mesas, cada vez era más violento cuando perdía el control, por lo que era más difícil lidiar con él.

—Vete. —Yongbok le murmuró entre dientes a Changbin.

—No.

—Si quieres ser de ayuda, ve con Ah Ram, él no escuchará a Beomgyu y esos bastardos de la corte lo abrumarán si está solo. ¡Vete! ¡Esto es asunto mío y de Hyunjin, no te metas!

Changbin sabía muy bien que la prioridad principal de Yongbok era su hijo, pero aún estaba renuente a dejarlo a solas con ese demente de Hwang, sin embargo, también sabía que su presencia podría empeorarlo todo, por lo que apretó los dientes y asintió, apresurándose a marcharse antes de que Hyunjin pusiera sus ojos en él o que los oficiales de la corte ofendieran al pequeño Ah Ram mientras estaba desprotegido.

—¡TRAE AL NIÑO DE REGRESO! —Hyunjin rugió hacia el eunuco Park y sus guardias personales.

Aunque Yongbok estaba tan enojado que incluso se sentía mareado, tuvo que conservar la calma para conseguir el tiempo suficiente para que Beomgyu y Changbin se llevaran a Ah Ram a la residencia. Tragó la ira en su interior, utilizó una apariencia indefensa a su favor y se lanzó en brazos de Hwang, aferrándose a su túnica imperial.

—Hyunjin, ¿qué quieres hacer con Ah Ram? ¡¿Quieres decepcionarlo y mostrarle la verdadera cara de su ídolo a quien llama "Padre"?! ¡Es un niño, está tan confundido porque le gritaste de repente! ¿Organizaste esta fiesta para perjudicarlo? ¡Los niños guardan rencor fácilmente, no me vayas a culpar si él no quiere volver a verte!

La furia de Hwang pareció bajar varios niveles por aquellas palabras y por el rostro afligido del más bajo.

Como los guardias ya habían recibido una orden, ellos estaban por salir y traer al Príncipe Heredero, cuyo llanto aún era débilmente audible.

—Hyunjin, vamos a hablar primero. No lo asustes más.

Hwang tomó una larga respiración y volvió a ordenar:

—¡Quiero a todos fuera de mi Palacio! ¡Asegúrate que ninguno de ellos se quede rondando por aquí! Y deja al Príncipe volver a su residencia.

—¡Sí, Su Majestad! —El eunuco Park hizo una reverencia y se apuró a hacer lo ordenado.

El gran salón fue desalojado, Hyunjin respiraba desigualmente a la vez que envolvía a Yongbok en un abrazo posesivo; el más bajo soportó tanto como pudo la repulsión que lo recorría ante la cercanía del más alto, hasta que eventualmente parecía haberse calmado.

Yongbok se deshizo del agarre bruscamente y le dio una mirada cargada de desprecio, que dejó confundido al Emperador.

—¡Ni siquiera pienses en volver a alzarle la voz a mi hijo! —Exclamó dándose la vuelta a la vez que agitaba las mangas de su túnica—. ¡No permitiré más visitas!

Hyunjin se rehusó a dejarlo ir y le cortó el paso, Bang alzó una ceja y lo empujó para que dejara de bloquearlo, lo que ocasionó un jaleo insistente de un par de minutos.

—¿Por qué te vas? Dijiste que íbamos a hablar.

—Jódete.

—Me abofeteaste delante de toda la corte, tienes que compensarme. Quédate conmigo esta noche.

Finalmente, la irritación y la cólera se apoderaron de Bang Yongbok.

—¡Hwang Hyunjin! ¡Eres de verdad despreciable! —Jadeó con enojo—. ¡¿Qué demonios me estás pidiendo?!

Corona Imperial (ChangLix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora