capítulo 5, omega coqueto

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Scaramouche era de personalidad difícil, llegaba a ser muy contrario en varios aspectos, mandón pero mimoso, sin vergüenza pero elegante, coqueto pero inalcanzable para Casi cualquier alfa.

Y eso, le daba el toque a su personalidad, muy pocas veces se había sentido mal consigo mismo, hasta que sucedió la relación con Dottore, y por lo arcontes que tanto irrespetaba, fue una tortura, no fue más que una marioneta con la que experimentó hasta el cansancio, hasta destruirlo.

No podía negarlo, gran parte de su corazón se amargo ante el suceso, y apenas tuvo la oportunidad permitió a la arconte electro deshacerse de la mujer por la que había sido cambiado, a día de hoy, algunos meses luego de la muerte y resurrección de Signora seguía sin arrepentirse de lo sucedido, aunque las cosas seguían horriblemente tensas en su trabajo, luego de ser casi expulsado de su puesto como heraldo y haber llegado a un trato con la arconte cryo, todos sus subordinados se habían tomado casi la libertad de tratarlo peor que antes, claro, siempre que no estuviera cerca para reducirlos a polvo con su ataques, porque sí, la mayoría eran unos cobardes.

Gracias a lo vivido había descuidado su apariencia por un tiempo, vistiendo no más que la ropa casual que siempre usaba, luego de tantos meses se sentía extraño, mimarse de la forma en la que lo hizo ese día fue reconfortante y ver que aún gran parte de su atractivo seguía intacto, le subió el ego.

Todo proceso de belleza que pudo probar lo tomo, dispuesto a deshacerse de cualquier arruga presente en su piel, por más pequeña que fuera. Masajes, cremas, mascarillas, todo lo hizo con tal de mimarse, incluso tuvo el atrevimiento de usar un vestido que había mandado a confeccionar para una noche de juegos con Dottore, aunque por una pelea al final había terminado tirado en su armario.

Era bastante elegante, pero altamente coqueto, el kimono era casi un calco a la ropa de la arconte electro, solo que con sus colores y toques a su estilo, llevaba unos pequeños shorts, más cortos que de costumbre pero que cubrían bien lo que debían de cubrir.

Adorno sus manos con unos lindos guantes, y completo con su sombrero y unos tacones a juego, había gastado toda su tarde arreglándose y vistiéndose lo más bonito que pudo, incluso arriesgándose a usar ropa interior de encaje, No esperaba atrapar entre sus piernas algún alfa para llevarlo a la cama, oh claro que no, pero amaba lo fantásticamente bien que podía llegarle a quedar la lencería.

Pero no podía mentir, había un alfa en especial que deseaba llamar su atención, aunque no lo llevará a la cama, con tal de tener una pequeña plática se conformaba, jugueteo nervioso en su habitación en espera de la hora de la fiesta, no quería ir y ver que al alfa que buscaba no estaba, no, no quería volver a quedar vestido y arreglado para alguien y quedar plantado, aunque al escuchar las campanadas que indicaban el inicio de la fiesta nocturna supo que debía bajar por más que no deseará, reglas son reglas, nadie debía quedarse en los cuartos luego del inicio de las horas de convivencia.

Bajo las escaleras con la frente en alto, tan arrogante como siempre, no dudando en ser un cretino y gritarle a aquellos que se atrevieron a estorbar en su caminar, o mirar más abajo de su kimono, solo había una persona esa noche con permiso de llevar su mirada por debajo de aquella tela y para su mala suerte, parecía no estar presente.

Sintiéndose algo devastado al notar que se había arreglado para nada se sentó en la misma silla que la noche anterior, pidiendo esta vez jugo de uva como bebida.

Estuvo tomando tranquilamente cerca de 20 minutos antes de notar molestas feromonas por parte de algunos alfas idiotas de turno, decidió no estresarse y simplemente ignorarlos, aunque se Sentía ciertamente intimidado al ver tantos alfas rodeándolo, sabía que la época de celo de los alfas estaba pronta a comenzar y aquello realmente le atemorizaba, su celo por fecha era más cercano al de los alfas que al el resto de los omegas, ese hecho era peligroso y si no encontraba un compañero, debía de esconderse muy bien, se negaba a volver a ser utilizado sin su consentimiento como un objeto indefenso.

omega particular, alfa curioso [Diluc/Scaramouche]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora