capítulo 7, omega quiere un vestido

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Scaramouche se sentía, diferente, muy diferente luego de esa cita, ahora que estaba completamente solo luego de aquella encantadora pero imprevista salida se sentía protegido, no recordaba haber parloteado tanto tiempo sin ser callado o ignorado por su acompañante desde hace muchos años, claro, refiriéndose a una conversación tan casual, fuera del ámbito laboral.

evitar dar pequeñas carcajadas de felicidad mientras daba algunas vueltas en la cama, abrazando a su almohada, se sentía de nuevo como un adolescente lideando con su primer amor, se acurrucó en la cama riendo de nuevo, disfrutando de la calor de la misma mientras fantaseaba un poco sobre cómo podrían desarrollarse las cosas con el alfa.

Suspiró suavemente, antes de enderezarse, esperaba que de verdad Diluc cumpliera con su pequeño capricho sobre el vestido, ya que no sabía que más colocarse, ¿había traído varios trajes elegantes más?, Sí, pero ni de lejos eran tan encantadores como para seducir a un alfa, no negaría que se vería hermoso portara lo que portara, era atractivo y fascinante a la vista, pero, a su opinión los trajes no le dejaban lucir su cuerpo tanto como le gustaría, sus caderas se disimulaban junto a su cintura, escondiéndose de la misma forma que hacían cuando lucia su ropa habitual.

Se levantó luego de pensarlo un poco, si el alfa no lo conseguía, además de darle una buena descarga eléctrica debía de buscar con rapidez algún vestido o kimono que se adaptará a su cuerpo a la perfección, como dos fichas de un mismo rompecabezas.

Caminó ciertamente inquietado, frunciendo su ceño como siempre hacia cuando algo le fastidiaba o alguno de sus subordinados hablaba sin recibir orden, era fácil hacerlo enojar o disgustarse, era por eso que también se le dificultaba encontrar pareja, sus altos estándares y demandas llegaban a hacerlo insoportable, todo debía hacerse como quería y en el momento que quería, o si no un estallido de gritos haría presencia, para ser un omega poseía una personalidad de un alfa la mayoría del tiempo, siendo duro y dominante, que se había forjado con ira, desolación y desgracia luego de ser abandonado a su suerte por la shogun, con la cual tuvo que luchar y suplicar para no ser destruido, aunque sus súplicas no evitaron que fuera dejado a su suerte en Inazuma.

Aunque no era todo lo que tenía para dar, también tenía una parte dulce y sumisa, que gustaba ser dominada, cuidada y guiada, a veces era demasiado para él tener que poner orden en su vida por si solo, y ya no solo la suya, si no la de sus subordinados, que parecían ser demasiado estúpidos para llevar acabó alguna tarea eficientemente sin supervisión, sobre todo cuando se trataba del viajero, no entendía como, pero siempre fracasaban.

Tuvo que balancear suavemente su cabeza de un lado a otro para despejar sus pensamientos y calmarse, a esa hora ya no podía salir de la sede por las reglas, a menos de que lo hiciera a escondidas, pero no consideraba que valiera la pena, dudaba que hubiera algún lugar donde pudiera conseguir un kimono de su agrado.

Mordió su labio inferior moviéndose aún inquieto, intentando pensar fríamente, si no conseguía el vestido debía adaptar alguno de sus trajes a lo que quería para lucirse, termino por suspirar de nuevo, mirando a su alrededor hasta mirar el papeleo acumulado en su escritorio, tampoco podía olvidar para que había sido mandado a mondstadt en primer lugar, por temas políticos, así que con todo su pesar y odio en su cuerpo se sentó en el escritorio.

- Más le vale darme el maldito vestido - gruñó antes de tomar los primeros documentos del todo el montón que tenía acumulado - Será una noche pesada - bufo comenzando sus tareas.

Se mantuvo las siguientes horas despierto, no rescostandose hasta que todas las hojas estuvieron llenas y bien diligenciadas, durante el transcurso mismo del tiempo en su mente los recuerdos mínimos pero para este puntos endulzados por cariño que tenía con Diluc habían logrado mecer suavemente su corazón, dándole una paz que llevaba tiempo buscando.

Con una sonrisa se levantó de la silla antes de recostarse en la cama, mirando el techo, el cabello rojo brillante del de visión pyro estaba presente, se veía tan suave y sedoso a pesar de siempre estar recogido en una colega desordenada, que el impulso de querer peinarlo y arreglarlo como era debido llegó a él, de cierta forma su parte más perfeccionista quería tomar un cepillo para ordenarlo correctamente, aunque no podía no notar que ese estilo más relajado le daba un aire encantadoramente juvenil al alfa.

- Voy a perder la cabeza - susurró para si mismo, cubriendo sus ojos con su brazo, acomodándose dispuesto a dormir, sintiendo como varias de sus emociones latían inquietas por su cuerpo, intentando ser procesadas por su confusa y desconfiadamente, el temor de volver a entregarse a una relación y ser destruido de nuevo estaba más presente que nunca, no quería volver a equivocarse, no quería volver a confiar, no quería volver a ser el títere de alguien, simplemente ya no quería perderse a si mismo por una relación abusiva.

No tuvo que hacer mucho esfuerzo antes de caer dormido, estaba agotado física y mentalmente, por lo que se permitió un pequeño descanso, agradeciendo que esa noche la tranquilidad al recordar cómo Diluc lo defendió de aquel alfa le meció como la más dulce tonada de cuna.

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Sigue siendo raro para mí volver a escribir, sigo sin saber cada cuanto actualizar y que tan poética me puedo permitir ser.

omega particular, alfa curioso [Diluc/Scaramouche]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora