Mohamed Östürk es un hombre acostumbrado a la sumisión y complacencia de todos a su alrededor, su nombre es bien conocido en la alta sociedad turca, así como en las profundidades del mundo criminal.
Todo su mundo se verá de cabeza cuando un ser ind...
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POV YESIN
balanceo la cadera sobre la erección de Mohamed dejando que el Vaivén incesante de mi intimidad sobre su dureza sea lo que nos marqué el ritmo, sus manos en mis caderas buscan controlar mis movimientos pero no lo permito
Sus ojos son un par de faros llenos de fuego que amenaza con consumirme, los primeros gemidos escapan de mi ante la rígida erección firmemente atrapada entre mis pliegues empapados, le elevo y aparto de su cuerpo viendo cómo se incorpora y retira el pantalón de chandal a la vez que hago lo mismo con las bragas
Sonrío coqueta viendolo acecharme mientras doy pasos en dirección a el vestidor, con mi dedo índice hago una seña instándolo a acercarse, una vez dentro cierra la puerta evitando que los sonidos salgan y perturben el descanso de Mustafá.
Corro al menos cinco pasos y de un salto quedó enredada en su cuerpo, el firme agarre de mis extremidades tiembla ante el beso arrollador que me da, mi cuerpo impacta contra la pared del lugar, mi cuerpo se estremece y mis pezones se fruncen ante el frío.
Me percato de la superficie a mis espaldas recordando el gran espejo, jadeo cuando lo siento posicionarse en mi entrada y adentrarse con un solo movimiento de si cadera.
Muerdo su labio conteniendo el gemido inútilmente ya que las cinco penetraciones seguidas logran arrancarlos de mi garganta. Rompe el beso en medio de gruñidos pero no se aparta por completo ya que afinca sus dientes en mi garganta, la cual arqueo dando más espacio para que tome de mi, cuánto quiera.
El golpeteo de su glande en mi interior me hace contraer mis paredes sacando gemidos y palabras inentendibles que lo motivan a continuar.
Su cadera se recarga sobre la mía un momento deteniendo los embates a mi coño, sus manos antes ubicadas en mis nalgas se corren pasando las por debajo de mis muslos, jadeo cuando aún dentro de mí me eleva abriéndome lo mas posible para el.
— agárrate fuerte.
Son sus última palabra antes de separarse, mis brazos se cruzan más fuerte tras su cuello y sin evitarlo grito cuando mi cuerpo rebota en sus brazos como si apenas pesará unas pocas libras, me eleva saliendo casi por completo de mi coño antes de dejarme caer de golpe y sacar todo el aire de mis pulmones.
No puedo ni gemir ante la bruma de sensaciones que me invaden, y aún más cuando repite la acción una y otra vez sin dejarme procesar lo que producen mi cuerpo, en la misma posición después de unos minutos intensos me apoya contra una parte libre del vestidor.
Los azotes de su miembro duro a mi intimidad son implacables y estar sostenida por la pared los hace aún más fuertes, muerdo mis labios cuando su boca tortura mis pezones sin detener los impactos en mi ingle, chillo cuando tira de uno con sus dientes y aquella sensación conocida en mi bajo vientre se intensifica.
— Maldición!
Escucharlo es todo lo que necesito, las contracciones en mi sexo se vuelven imposibles de contener y en medio de gemidos irrefrenables me dejó ir en un orgasmo arrollador, pero Mohamed no se detiene.
