33. EPÍLOGO

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POV MOHAMED

Las calles de nuestro lugar de vacaciones están animadas, todo es fiesta y disfrute para quienes nos rodean, mientras yo estoy perdido en la visión de la silueta perfecta que camina hacia mi, el sol del atardecer hace brillar su piel bronceada, el bikini de dos piezas ámbar que usa, hace resaltar el vientre redondeado en el que mi hijo se forma.

Siete meses y luce majestuosa, una sirena preciosa que es toda mía, nuestro hijo mayor juguetea aún lado de donde me encuentro con Amina mientras Hurrem los vigila, mi hija mayor tiene doce años y es la cosa más hermosa y perspicaz que pueda haber, mantiene contacto permanente con Lattiffa quien lleva estos cuatro años internada, luego de estas vacaciones por fin podrá pasar a ser la huésped de una preciosa casa que Hurrem se encargó de decorar para ellas.

Mi niña de rizos oscuros y ojos plata vivirá con su madre la mitad del año, cuando me lo pidió no pude negarme, ellas han formado una relación que ha Sido capaz de traspasar las barreras del tiempo y la distancia, además que vivan juntas no quiere decir que mi hija estará alejada de su familia.

Finalmente Yesin llega a mi lado y tras tomar una toalla y secarse, se cubre privandome de la visión Perfecta que su cuerpo me da, así que tiro de la tela hasta arrancarla dejándola expuesta para mí, sus ojos me miran con un reto claro en ellos pero la sonrisa mal fingida me dice que está todo, menos enojada.

— tengo frío, deja que me cubra. — refunfuña trantando de recuperar la toalla, Hurrem no disimula la risa que le genera la situación.

— Si quieres calor yo pienso dártelo, no me vas a impedir ver a mi hijo. — aclaro dejando la toalla a mis espaldas.

— Estás demente, hombre posesivo. — se cruza de brazos haciendo sobresalir sus grandes tetas en el corpiño del bikini.

Han crecido desde que nos enteramos del embarazo, fueron meses que se transformaron en años de sexo sin protección, antes que me confesara que tras el nacimiento de Mustafá se había colocado un implante anticonceptivo, todo esto a petición de su padrino a causa de las complicaciones que tuvo durante la gestación de nuestro hijo.

Me molesté? Por supuesto que sí, le dejé el culo tan rojo y adolorido que tardó casi un mes para sentarse a gusto, la follé hasta el cansancio porque me dolió que no halla confiado en mi para decirme eso, no tanto por no estar en embarazo puesto que de igual manera tendría a mis hijos solo que cuando ella se sintiera lista.

— No soy posesivo, simplemente no puedes negarme la visión de algo que me pertenece. — le aclaro acariciando la piel húmeda de sus muslos.

— El bebé aún está dentro de mi, así que técnicamente es mío. — espeta en medio de una sonrisa triunfante mientras acaricia el hogar que nuestro hijo ocupa.

— Ok, solo dime algo, quien puso a ese niño ahí dentro? Además no puedes olvidar que tú eres mía, mi mujer, mi esposa, mi amante y cada recoveco de tu cuerpo me pertenece. — sigo diciendo suavemente mientras deslizo las manos por sus caderas y vientre sin detenerme en mi ascenso.

La jalo por el brazo dejando que se siente en medio de mis piernas, pelea un poco pero al final cede dejando que sea yo el vencedor, su sonrisa me llena el pecho, ese dónde su nombre y el de mis hijos se encuentran grabados con tinta, decorando a el águila que por tantos años me pesó tener.

Pienso en todo lo vivido, en cada sacrificio que tuve que hacer y cada vez que me tragué los sentimientos por pensar que era una señal de debilidad, descubro que viviría todo de nuevo, cada pena, cada decepción, cada infortunio con tal de tener lo que hoy poseo, una familia, un hogar, amigos y todo lo que desee tener mientras crecía sumido en un mundo de apariencias, ambición y muerte.

DEMONIO TURCO +21 ( Bilogía Amor Turco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora