Capitulo 13

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-Lo siento, pero no aceptamos estudiantes de secundaria- Era lo único que había estado escuchando por días, nadie me contrataba para trabajar en ningún lugar y aquello me desesperaba. -¿Cómo Woohyun podía trabajar en aquella tienda de móviles?- Me preguntaba algo enfadado ya. Me sentía de todas las formas, menos feliz, aunque no podía hacer mucho sino más que ser fuerte y seguir. Mis padres antes de volver habían pagado todas las facturas pero… ¿Qué iba a hacer cuando me tocase pagar lo siguiente? Suspiré mientras caminaba hacia el metro. -¡Eh! ¡Chico!- Gritó un hombre tras de mi a lo que me giré para mirar y vi cómo se acercaba a mí. Era un hombre de unos 30 años muy bien vestido, de lo mejor diría yo. –Escuché que estabas buscando un trabajo, ¿No es así?- Me preguntó aquel mientras yo lo miraba y asentía. –Tengo un club nocturno cerca de aquí y necesitamos un camarero, creo que tu valdrías muy bien, eres guapo y seguro que atraerías a más gente.- Lo miré con los ojos un tanto más abiertos de lo normal, no me gustaban ese tipo de lugares, para nada. Sabía de sobra que allí solo iba mala gente y a buscar peleas, pero… ¿Qué podía hacer? Era lo único que había podido encontrar hasta ahora.

Aquel hombre notó como lo miraba y supongo que supo lo que le diría por lo que aquel me cortó y se puso a hablar de nuevo. –Venga, acéptalo…cada noche puedes ganar 300.000 ₩- Me dijo. Abrí los ojos aún más con la boca ligeramente entreabierta, estaba sorprendido. ¿De verdad me podía ganar cada noche tanto dinero? Me preguntaba por lo bajo.

-¿Qué es exactamente lo que tengo que hacer?- Pregunté muy curioso ya que jamás había ido a sitios como esos. –Solo tienes que servir las copas y sentarte con aquellos que deseen tu compañía, nada mas.- Por un momento dudé, pero debía coger el trabajo, era lo único que tenía. –Bien, lo acepto. Gracias por darme esta oportunidad.- Le dije sinceramente al hombre pues era el único que había sido capaz de ofrecerme trabajo aun sin tener nada a cambio que darle.

-Muy bien, ven mañana a las 21:00 y vamos a hablar de tus horas de trabajo, ¿Te parece?- Preguntó antes de entregarme su tarjeta de visita y yo la observaba, era cierto que quedaba cerca de aquí, en una de las calles más transitadas en la vida nocturna.

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Me tiré toda la noche sin pegar ojo, pensando en si había hecho bien en aquello, no sabía si aquel trabajo realmente era lo que aquel hombre me había dicho y no estaba seguro de nada. ¿Qué ocurriría si la escuela lo descubría? No se permitía a estudiantes trabajar y aunque entendieran la situación que tenía, no creo que me dejasen trabajar en un  club nocturno, me expulsarían, seguro. Por la mañana me levanté muy cansado, me dirigí hacia el instituto y dejé que la mañana pasara rápidamente, teniendo cuidado de no encontrarme a Woohyun en ningún momento. Cuando terminé, sin comer ni nada me puse en camino hacia donde se encontraba el local, a lo lejos veía el gran letrero con aquellas luces iluminándolo, al ingresar dentro de aquel local, el aire se sentía cargado, el olor a alcohol y a tabaco me desagradaba, no sabía si aguantaría allí mucho tiempo.

-¡Viniste!- El hombre del día anterior había aparecido y se había acercado a mí, dándome un abrazo muy confiado, algo que me molestó. Agarró mi brazo y me hizo caminar con él entre toda la gente para meterme en una habitación, miré hacia cada lado algo desconfiado. Al parecer era su despacho y su nombre era ‘’Jin’’ sin más, no me dijo ningún apellido ni nada de nada acerca de él y de aquel lugar. –Trabajarás de 21:00 a 2:00 a.m. y no puedes tener pareja. ¿Tienes? Si es así no podrás trabajar con nosotros.- Me extrañé, pero me encogí de hombros ya que no tenía ni pensaba tenerla en aquel momento, era la única regla para trabajar allí y la cumpliría. –Arriba dejé algo de ropa que tendrás que usar aquí, como un uniforme, más o menos.- Me dijo mientras me entregaba una llave y me decía que en aquel local podía entrar cualquier persona, algo que me causaba algo de miedo. Cuando terminó de hablar, Salí de allí y me dirigí hacia las escaleras que me había indicado y las subí para entrar en otra habitación, el vestuario, supuse al ver a más chicos allí cambiándose. –Hola…- susurré muy bajo escuchando como algunos reían y me miraban. Me limité a ir a mi taquilla y a sacar la ropa para empezar a cambiarme. -¡Chico! ¿No deberías estar en la escuela?- Dijo uno entre risas. –El jefe cogió a otro niñito. Ten cuidado, no sabes dónde te metes.- Me dijo otro. Pero…¿Qué sabían ellos? Si no hubiese ocurrido todo aquello yo no estaría en esa situación ni aguantando a esos imbéciles que había en aquella habitación.

Vi como casi todos salían de allí para ir sus puestos a excepción de uno -¿Por qué aceptaste este trabajo?- Preguntó. –Porque necesito dinero.- Respondí algo seco, aquel no tenía por qué saber mis motivos para estar allí.  Me vestí, la ropa era algo ajustada y marcaba todo mi cuerpo, pero no podía hacer nada, por lo que bajé y cumplí con mi deber.

Era miércoles y estaba muerto de cansancio, apenas tenía tres horas de sueño al día, si seguía así bajaría mis notas, aparte de que siempre terminaba dormido sobre la mesa y me llamaban la atención. No quería que me expulsaran, pero no podía hacer nada. Aquel trabajo era algo duro, aunque solo era servir copas, cansaba, aunque ayer, una mujer algo borracha intentó sacarme de allí a la fuerza y llevarme con ella, aunque pude deshacerme de ella de la manera más amable y educada posible. El jefe me dijo que tuviese cuidado con la mujer, era una de las VIP y la mujer de uno de la mafia, que la próxima vez hiciera todo lo que ella le pidiera, pero yo no acepté, ni aceptaría. Mientras pensaba, me quedé de nuevo algo adormilado hasta que una voz bastante fuerte, me hizo espabilar. -¡DONGWOO! Es la cuarta vez que te quedas dormido en mi clase, ve ahora mismo a la oficina del director.-  Me dijo señalando la puerta. Me levanté y caminé hacia allí, tardé menos de cinco minutos en llegar, e intenté explicarle al director lo que había ocurrido. Le dije que había sido por todo lo ocurrido de mis padres, omitiendo la parte en la que trabajaba. –Entiendo…entonces debería ir a casa y descansar, venga cuando se encuentre mejor.- Lo miré algo sorprendido, pues pensaba que el director no me creería, pero aprovecharía esas horas para hacer lo que me había dicho.

Le di las gracias y salí de allí para ir a casa. –¡Dongwoo!- Escuché gritar de una voz muy conocida. –No…esa voz no…- susurré para mis adentros, notando como mi corazón se aceleraba y cerré los ojos mientras sentía como tomaba mi brazo y me giraba para quedar cara a él. -¿A dónde vas?- Su voz era dura, fría y se notaba lo molesto y enfadado que estaba en aquel momento, por mi culpa. No había estado respondiendo ni a sus llamadas ni a sus mensajes en todos estos días, pero no quería que se enterase que estaba trabajando, no en un bar alterno. –Me voy a casa…- le dije en un tono apenas audible. Sentí como su mano apretaba con más fuerza mi brazo, pero el dolor que sentí en aquel momento no se comparaba con el que sentía en mi pecho en aquel momento. -¿Por qué no quieres hablarme?- Preguntó más molesto que antes. Le ignoré aquella pregunta y lo miré a los ojos con los labios apretados. -¿Puedes soltar mi brazo?- Espeté secamente, el me miró sin entenderme y cuando me soltó, corrí, corrí muy lejos de él. No quería estar cerca de él, no quería volver a verle, no quería seguir sufriendo por no poder estar a su lado y por no poder contarle por todo lo que estaba pasando. 

Frío como el hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora