Frío como el hielo.

Capitulo 17

Nos habíamos quedado dormidos juntos, sin separarnos en toda la noche y yo había sido feliz, después de todo lo que me había pasado, lo merecía, o al menos lo creía. Al abrir los ojos me encontré con los de él, aquellos ojos que me hacían perderme y sonrojarme. Escuché una leve risa por parte de él, y puso la mano sobre mi mejilla para acariciarla con suavidad y sonreí, de seguro parecía un completo idiota pero me daba igual; quería sentir sus labios de nuevo, pero no me veía capaz de acercarme a él y besarle, así que me conformé con pegar mi cuerpo todo lo que pude a él y juntar nuestras frentes. Nuestra respiración era tranquila y ninguno de los dos apartábamos la mirada, pero quería saber, quería preguntarle y que me dijese algo de lo que sentía. -¿Desde cuándo?…- Pregunté mientras me mordía el labio inferior. –Desde que chocaste conmigo aquella vez en la escuela…te dije algo feo, lo siento.- Susurró y lo miré con los ojos muy abiertos, pidiendo perdón y encima…desde aquel día, tanto tiempo guardándolo. –Idiota…bueno, idiota yo.- Reí con él, y me sentí aún mejor, Woohyun estaba sonriendo, de verdad y al fin. Me mordí de nuevo el labio, pero sentí como él se acercaba aún más a mí y me besaba, un beso suave y tierno, un beso de lo más inocente pero que me hizo sonrojar aún más. –No te muerdas el labio, no lo hagas de nuevo, Dongwoo. Vamos a levantarnos, tenemos que desayunar.-

Le hice caso y me levanté de la cama; Cogí la ropa que me iba a poner y me comencé a cambiar delante de él, ya no debía de sentir vergüenza, pero al mirarle lo vi sonrojado y se levantó para meterse en el baño, muy raro en Woohyun que se comportase de aquella manera, pero sonreí para mí y terminé de vestirme, esperando ahora por él. No tardó mucho en salir y se acercó a mí para agarrar mi mano y sacarme de la habitación –Vamos.- Dijo mirándome de reojo

Me llevó hasta la cafetería y allí nos encontramos con los demás, desayunamos y una vez listos todos, nos dispusimos a salir de allí.

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Íbamos de camino a la playa, estaba un poco lejos, pero el bus que el colegio tenia nos llevaba. Esperaba a que el viaje se hiciera mucho más divertido porque en aquel momento, me estaba aburriendo y miraba de reojo a Woohyun que le había tocado sentarse junto a una chica que no paraba de mirarle con ojitos, aunque Woohyun la ignoraba completamente y eso me hacía muy feliz, aunque de un momento a otro, noté como Woohyun se levantaba de su asiento y se acercaba al mío; Miró bastante mal al chico que estaba sentado justo a mi lado y le ordenó quitarse de allí. Me dio algo de miedo el verle tan serio pero su mirada se suavizó cuando me miró y se sentó a mi lado, agarrando mi mano con suavidad y captando la mirada de algunos, pero ni él ni yo, dimos mucho importancia a eso. Apoyé la cabeza en su hombro y cerré los ojos, quedando al poco rato completamente dormido.

No sé el tiempo que había pasado, pero cuando el bus paró, Woohyun me movió suavemente y abrí mis ojos para mirarle y después mirar alrededor, algo aturdido hasta que pude espabilarme y darme cuenta de que ya habíamos llegado. Cuando todos bajamos, pude ver como algunos habían corrido hasta el mar y como otros, ayudaban a los profesores a sacar algunas cosas del autobús, entre aquellos estaba Woohyun, como siempre, todo un caballero; Pero de pronto me dieron ganas de vomitar, y salí corriendo hasta los baños que había junto al bus. Al vomitar, mi boca sabía mal y me ardía, incluso un par de lágrimas me habían caído por las mejillas, pero cuando iba a salir del baño, escuché las voces de unos chicos y pude darme cuenta, de que estaban hablando de Woohyun. –Oye, ¿Cómo pueden estar las chicas detrás de Woohyun siempre?- Dijo uno entre risas. –No lo sé, desde que pasó lo de sus padres captó la atención de muchos en el colegio y las chicas empezaron a darse cuenta de que existía, aunque creo que algunas lo hicieron por pena- Dijo otro. Me quedé sorprendido ¿De que hablaban? Me preguntaba sin entender nada de nada. Tapé mi boca para que no escuchasen mi respiración y seguí escuchando lo que el chico contaba. –No estoy muy seguro de los detalles, pero esto se lo escuché a unos que eran amigos de Woohyun antes. Sus padres fueron asesinados cuando unos ladrones entraron en donde Vivian y les robaron, cuando Woohyun llegó, encontró los cuerpos de ellos.- -¡¿QUÉ?!- Grité saliendo de allí de golpe y miré a los chicos, aquellos me miraban algo alarmados y sin darles tiempo a que me dijeran nada, salí corriendo en busca de Woohyun.

Seguí corriendo y buscándole, aunque frené y paré en seco. No sabía si a él le molestaría el que yo lo supiera, si no me lo había contado era por algo y encima…le había hecho la vida más problemática y le había causado dolor, me sentía horrible, pero quería que el compartiera su dolor conmigo. Las ganas de vomitar volvieron a hacerse presentes, y mi cabeza empezó a dar vueltas, tenía un fuerte dolor en el pecho y terminé cayendo al suelo, sin apenas poder ver bien, hasta que todo quedó completamente negro.

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-Dongwoo, Dongwoo…¡Dongwoo!- Mis ojos se abrieron de golpe y rápidamente me incorpore, sintiendo todo el sudor caer por mi frente y como Woohyun se sentaba a mi lado y me abrazaba con fuerza. –Tranquilo…ya está.- Me dijo en un susurro y me aferré a él, notando como las lágrimas comenzaban a salir de nuevo, me sentía culpable, y no tenía ningún derecho a estar así con él, pero no sabía si tenía el derecho a preguntarle…ni siquiera sabía la relación que realmente tenía con él. Estábamos en la habitación y pude ver como en la mesita de al lado había una bandeja con algunas cosas para comer. –Debes comerte eso, seguro que te desmayaste por no alimentarte bien.- Suspiró y me lo dio para que me lo comiera, y así hice, para hacerle feliz.

-Woohyun…antes…bueno, antes…escuché de unos chicos una historia sobre ti y…quería preguntarte…-susurré haciendo que él me mirase sin comprender. Me había terminado toda la comida así que dejé la bandeja en la mesita de noche y cogí algo de aire para seguir hablando. -¿Puedo saber…que les pasó a tus padres? ¿Es cierto lo que dicen?…- Alcé la mirada y vi como sus ojos se habían vuelto completamente negros, me miraban llenos de furia, de enfado, de dolor…tantos sentimientos que hicieron que mi corazón se encogiera. No quería que se enfadase, no quería verle sufrir, pero necesitaba saberlo. Él se levantó muy enfadado y de un manotazo tiró la bandeja de la mesita de noche al suelo, rompiendo el vaso y los platos. -¡No tienes derecho a saber nada!- Me gritó con odio y me encogí por el miedo, me había asustado y noté como mis lágrimas caían con fuerza por mis mejillas, viendo como él se iba de la habitación dando un portazo.