cinco.

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❝accident❞

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❝accident❞

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—Lea, es tardísimo para la escuela. —John me sacó las cobijas de encima.

—Déjame en paz. —volví a echarme las cobijas.

—Te quiero abajo en cinco minutos. —salió de la habitación.

Me quité con brusquedad las cobijas de encima, me paré de la cama y me puse mi uniforme, lo bueno es que me había bañado por la noche del día anterior.

—¡Lea!

—¡Ya voy! —terminé de cepillarme los dientes.

Tomé mi mochila y bajé las escaleras. John me estaba esperando en la puerta.

—Al menos te hubieras peinado. —quiso llevar su mano a mi cabello pero lo alejé.

Me encamine hasta el auto y entré.

El tráfico está atascado, y viéndolo bien, no creo que avance en unos diez minutos, por alguna razón hay una aglomeración excesiva de autos y gente por todos lados. Si no llegaba en menos de cinco minutos, me cerrarían la puerta en la cara y ya no me dejarían entrar, y justamente hoy, la maestra Young tenía que aplicar examen de ecuaciones de primer grado.

—Papá. —renegué.

—No es mi culpa que seas una floja y te hayas levantado tarde, no me quieras culpar a mi. —recargó su cabeza en el vidrio de la ventana.

—¿Sabes qué? Yo me iré sola, no necesito que me lleves. —abrí la puerta del auto.

—¿A dónde vas, Lea? Regresa al auto.

—Adiós, John. —salí corriendo del auto, algunos autos tocaron el claxon pero no me importó, llegué hasta el otro lado de la calle.

Ahora tenía que apurarme para correr las cuadras que faltan para llegar a la escuela. Nunca fui buena en atletismo o en algo que tuviera que ver con rapidez, ahora es cuando mis piernas no podían fallar. Tomé aire y empecé a correr.

Pasé entre algunas personas que me miraban raro, en algunas ocasiones tuve que sostener mi falda en su lugar para que no se viera más de lo debido. Sólo faltaba doblar una esquina y ya estaría a pocos metros de la escuela, y aún faltaban dos minutos para que cerraran la puerta.

Doblé la esquina, y de pronto, sentí el impacto del frente de un auto.

No había sido un golpe tan fuerte, pero aún así, caí al suelo de rodillas. Tuve que quedarme sentada porque me dolían un poco.

—¡En serio lo siento! ¿Estás bien? —se agachó a mi altura.

Alcé la mirada.

Oh Dios, dime qué esto no es cierto.

DADDY ISSUES || Kim SeokJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora