El joven de orbes azules salió del almacén de la tienda llevando en sus brazos varias bolsas, las colocó sobre el mostrador tomando una llena de gomitas y yendo hacia los dispensadores.
Abrió uno de los recipientes transparentes y le realizó un corte a la bolsa con sus manos, la vació por completo bajando la tapa de nuevo, todo esto bajo la mirada expectante de su amigo de cabellos castaños que inflaba un par de globos.
—. ¿Por qué estás tan callado? Siempre tienes algo sobre qué hablar. — El chico de cabellos dorados se quedó de pie abriendo otra bolsa al escuchar la voz del más alto.
—. No lo sé, Dave, quizás porque no tengo tema de conversación para hoy, es muy temprano para que estés mamando riata, ¿Sabes? — Vacío la bolsa con chocolates en el dispensador frío.
—. Ora, ayer pidiendo que respetara al viejo choto y ahora vienes tú faltando el respeto. — Terminó el arreglo de globos dejándolo en uno de los estantes.
—. Es un señor mayor, obviamente tienes que respetar, a menos que te haya hecho algo, lo cual claro que no hizo, no te faltó el respeto en ningún momento. — Al vaciar la última bolsa tiró todas en el depósito detrás del mostrador.
Fue junto a Dave para sentarse tras el mostrador en las sillas que ahí se encontraban, todo ya parecía estar en completo orden para empezar con su trabajo.
Pasaron las horas atendiendo a cuántas personas cruzaran la puerta del local, realizaron varios arreglos florales, otros con globos, incluso tuvieron que ordenar varios postres a la repostería del frente para hacer un precioso regalo para un aniversario.
Luego del almuerzo la fluencia de gente bajó, fue mucho más calmado, Kurt golpeaba los talones de sus botas mientras le daba un vistazo a su celular, Dave en cambio estaba practicando hacer origami justo cuando el sonido de la campana les hizo alzar la mirada.
Ambos se sorprendieron al ver que el mismo hombre de ayer había llegado al local, Kurt curvó una amplia sonrisa mostrándose amable guardando el celular en su bolsillo.
—. Bienvenido, ¿En qué puedo ayudarle? — Pateó a Dave bajo el mostrador al ver que tuvo la intención de hablarle pero se le adelantó.
—. Mmh, el regalo de ayer le gustó mucho a mi esposa, quería llevar otro. — Mencionó el ojiverde acercándose al mostrador, el chico rubio dió un pequeño asentimiento.
—. ¿Le gustan los regalos... Mmh, ya sabe, clásicos? Peluches, cartas, cosas de ese estilo. — Se apoyó sobre la superficie fría sin apartar la mirada del mayor.
—. Es fan de esos detalles, sí. — Kurt se sentía realmente contento de ver a alguien intentando ser romántico con su esposa.
—. Tengo una idea bonita. — Se alejó yendo al almacén dejando al hombre de cabellos rojizos junto a Dave.
El castaño hizo una mueca y apartó su mirada del mayor para evitar tener que hacer conversación, el rubio regresó llevando un peluche en sus manos y un rollo de papel transparente decorado con corazones rojos.
Empezó a armar el arreglo colocando unas flores en el moño que sujetaba el papel, lo acercó al pelirrojo esperando una opinión acerca de lo realizado.
—. Está muy bonito, ¿Cuánto es? — Tomó el arreglo con cuidado de no arruinarlo y sacó su billetera.
—. Lo mismo de ayer, señor. — Recibió el dinero y sacó el cambio de la caja registradora, el ojiverde negó con su cabeza yéndose del local.
Kurt soltó un suspiro viendo como el pelirrojo se iba del lugar con un gesto enternecido, guardó de nuevo el dinero en la caja volteando a ver a Dave.
—. A veces siento ganas de patearlo a ver si rueda. — Admitió el castaño soltando una risita apoyándose en el mostrador.
—. ¡David! ¡Por favor! — Pateó la silla del chico tirando a Dave de la misma.
—. ¡Pero Kurt-! ¿Por qué lo defiendes? — Se levantó de golpe cruzando sus brazos sobre su pecho haciendo un pequeño berrinche infantil.
—. Es adorable, cállate.
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໒❛ 𝐌𝐀𝐋𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈
Fanfiction𝕰𝖘𝖊 𝖈𝖗𝖎𝖘𝖙𝖆𝖑𝖎𝖙𝖔 𝖗𝖔𝖙𝖔. 𝖄𝖔 𝖘𝖊𝖓𝖙í 𝖈𝖔𝖒𝖔 𝖈𝖗𝖚𝖏í𝖆. 𝕬𝖓𝖙𝖊𝖘 𝖉𝖊 𝖈𝖆𝖊𝖗𝖘𝖊 𝖆𝖑 𝖘𝖚𝖊𝖑𝖔. 𝖄𝖆 𝖘𝖆𝖇í𝖆 𝖖𝖚𝖊 𝖘𝖊 𝖗𝖔𝖒𝖕í𝖆. 𝕰𝖘𝖙á 𝖕𝖆𝖗𝖕𝖆𝖉𝖊𝖆𝖓𝖉𝖔. 𝕷𝖆 𝖑𝖚𝖟 𝖉𝖊𝖑 𝖉𝖊𝖘𝖈𝖆𝖓𝖘𝖎𝖑𝖑𝖔. 𝖀𝖓𝖆 𝖛𝖔𝖟...