Capítulo nueve

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Se vistió con una camisa negra con el estampado del logo de una banda, un jeans del mismo color, sus botas de siempre y un abrigo, todo de negro como si fuera un maldito emo. Se colgó su mochila al hombro saliendo de su departamento, se fue hacia la parada de autobuses esperando su transporte, solo tuvo que tomar uno para llegar a la residencia de casa donde vivía el pelirrojo, sin embargo tuvo que caminar un poco para llegar a la vivienda.

Se quedó de pie frente a la puerta unos largos segundos, aún sentía mucha vergüenza de entrar como si fuera su casa cuando no lo era, por tanto tocó el timbre por mera costumbre, la puerta se abrió poco después dejando ver a una mucama.

—. Yo... Vine a hornear a mi cocina... — Murmuró sintiendo un rubor cubrir sus mejillas por la vergüenza.

—. Oh, eres Kurt, ¿Cierto? El señor Rose dijo que vendrías, por favor pasa y no te preocupes, ve a tu cocina. — La mujer le dió el paso dentro de la vivienda, él tuvo que pensarlo un poco antes de poner un pie dentro de la misma. —. El señor Rose tuvo una emergencia en el trabajo y no se encuentra presente, pero dijo que intentaría volver pronto, que te sientas como en casa y si necesitas algo solo llámame, mi nombre es Cynthia.

—. De acuerdo, muchísimas gracias, Cynthia. — Le sonrió con amabilidad encaminandose hacia el patio, en la sala se encontraban dos personas.

La mujer de cabellos castaños y un chico bastante joven, por lo mismo solo se apresuró a salir hacia el patio, sin percaterse que ambos se fueron tras él para ver a dónde iba y por qué.

—. ¿Tú no eres el chico de la tienda de regalos? — Soltó Stephanie de golpe, el rubio se tensó pero no se detuvo, al llegar a la cocina sacó las llaves de su bolsillo. —. Oye, respóndeme, estás en mi casa.

Abrió la puerta corrediza y se adentró cerrando la puerta y colocando el seguro, a los segundos llegaron la mujer y el chico a la puerta, se le quedaron viendo con confusión cuando se alejó yendo hacia la isla para dejar su mochila en el suelo.

Planeaba preparar un pink velvet con una cubierta de mantequilla italiana, fue sacando los ingredientes poco a poco hasta que notó que la castaña seguía parada frente a la puerta observándolo con detenimiento, sentía que le estaba juzgando y eso le daba risa porque su historial estaba más limpio que el de ella.

Terminó de preparar la mezcla y la colocó en tres moldes circulares, tomó dichos moldes para meterlos al horno y luego empezó a preparar el merengue, alzó su mirada notando que Axl ya había llegado e iba hacia la cocina, claro que fue interceptado por la mujer, parecía hastiado desde el momento en que ella empezó a hablarle. El pelirrojo siguió su camino hacia la cocina ignorando las palabras de la castaña, abrió la puerta y se detuvo al ver que la mujer tuvo la intención de entrar, la volteó a ver haciendo un gesto de molestia.

—. Stephanie, detente de una puta vez y vete a firmar la petición de divorcio de una vez, te dije que te fueras de la casa a más tardar ayer y sigues aquí. — Cerró la puerta corrediza en el rostro de la mujer haciendo que ella se mostrara molesta.

Kurt apartó su mirada regresando la atención a la mezcla que estaba preparando, fingió demencia incluso cuando notó que el mayor ya estaba cerca de la isla, siguió batiendo hasta que escuchó el timbre del horno.

—. Huele bastante bien. — Su tono parecía un tanto más relajado a cuando se dirigió a la mujer de cabellos castaños.

—. Es pink velvet con cubierta de mantequilla italiana. — Explicó yendo hacia el horno, se colocó los guantes sacando los tres recipientes y los llevó a la isla, apagó el horno dejando los guantes a un lado.

—. ¿Cuántas recetas conoces? Siempre haces algo distinto. — El rubio soltó una risita llevando con él un cuchillo para darle forma a las tres capas.

—. Conozco muchas, por eso también intento practicar lo más posible. — Empezó a darle forma al pastel con ayuda de la mezcla que ya había hecho.

Repartió la mezcla en cuatro recipientes, a uno lo dejó del color que era y los demás les dió un rosa, un naranja y un verde, todo tomó un tono más suave del que en realidad era y los pasó a una manga pastelera. Alrededor hizo un cinturón de flores y hojas, colocó pequeños puntos con el tono blanco y cuando acabó dejó todo a un lado.

—. ¿Te gusta? — Los orbes de color esmeralda fueron del pastel al rostro lleno de ilusión del menor.

—. Bastante. — Admitió logrando que el rubio curvara una sonrisa bastante amplia, fue a dejar los utensilios sucios en el lavabo y luego fue por un plato, un tenedor y un cuchillo.

Cortó un trozo del pastel y lo dejó sobre el plato, se le entregó al pelirrojo para poder irse a lavar todo lo que había utilizado, era la peor parte de hornear pero en verdad que disfrutaba de hacer todo eso, guardó todo de vuelta en su lugar volviendo hacia la isla.

—. En serio, deberías dedicarte a esto, eres muy bueno. — El ojiverde jugó con su tenedor antes de darle otro bocado al dichoso postre.

—. Tal vez algún día tenga mi propia repostería, desde ya estás invitado. — Avisó soltando una risita, apoyó sus brazos sobre la isla observando con atención el pastel que acababa de hacer.

—. Me casaría con este pastel si pudiera. — La broma del pelirrojo logró que sus risas no se cortaran, se apartó de la isla para ir a buscar un topper.

—. Mi mamá me dijo que al corazón de una persona se llega a través del estómago. — Sacó un topper no muy grande yendo de vuelta a la isla, cortó dos trozos que le llevaría a Karen y Dave.

—. Así qué, ¿Quieres llegar a mi corazón? — Para cuando Kurt se dió cuenta de lo que había dicho ya era muy tarde, se tensó en su lugar mientras pasaba los trozos al recipiente.

—. ¿No había llegado ya? — Colocó la tapa observando al pelirrojo de reojo, el hombre soltó una risa bastante leve.

—. Tienes razón.

໒❛ 𝐌𝐀𝐋𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora