Capítulo 12: Amuletos

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A lo largo de cada año, década, siglos y milenios, la experiencia permite conocer como es la humanidad, seres curiosos y enigmáticos, cuanto más relacionados estas con ellos, más te muestran los colores que esconden sus almas y no se habla de la magia que habita en ellos, aunque lo desarrollen o no, pero hay colores que te permiten conocer esa esencia; cada secreto, cada emoción, cada detalle de ellos es algo que forma parte de esta y la que los forma ante el mundo.

Hay colores tan vividos y cálidos que poseen; colores como el rosa color de los recién nacidos y los niños que viven disfrutando su día a día, no viven preguntando el porqué de las cosas, ni porqué lo hacen, viven confiando ciegamente en los adultos.

El rojo que sobresale en los corazones de aquellos que aman con pasión y una fuerza desconocida que los hace cometer las locuras e irracionalidades que ellos justifican como "las locuras del amor".

El amarillo que por lo común habita ya en los que la experiencia les ha permitido aprender a soltar, perdonar y vivir en relativa "paz", muchos son los ancianos que solo miran a los jóvenes cometer sus mismos errores y dejarlos aprender de estos para poder superarse o... hundirse.

El verde color característico de los miedosos, caprichosos y repletos de envidia, seres que viven codiciando algo de otra persona, seres inseguros que no saben mantener lo suyo y por lo común pierden la estabilidad, lo material y la vida, en algunas ocasiones.

El negro un color que no detalla nada de lo bueno o malo de una persona, no te permite saber cómo actuará, muchos por el hecho de pensar que es negro es malo, siniestro y debe ser erradicado, pero es un color tan voluble que subestimarlo te puede costar caro, porque no sabes si actuarán de forma correcta o no.

El azul seres con el espíritu de guerra, arrogancia y manipulación en la sangre y en todo su ser, sujetos que saben lo que quieren y como conseguirlo a cualquier costo.

Sus ojos blanquecinos se dirigen hacia el gran palacio que se encuentra en el lado oeste de la ciudad.

El color verde con tintes negros se encuentra en el jardín de uno de los tantos palacios que tiene, está solo y su color verde brilla con fuerza desde su pecho. Hay dos colores rojos cerca, que brillan con tal intensidad que sabe que nunca podrá ser destruido. Dos colores amarillos se aproximan a las entradas del gran palacio, su rostro crea una sonrisa y bufa al saber que los peores colores también son los más escandalosos y chillones.

Sus ojos se mueven al notar ese brillo especial y característico que tiene ella.

Blanco...

Un color que se puede teñir de cualquier color, que fácilmente se puede corromper, tan suave, tan puro, tan frágil. Un color que nunca había visto en otra persona. Tan maravilloso y tan triste a la vez, tantos horrores que ha vivido y sigue transmitiendo ese color...

Su rostro se deforma ante el disgusto que tiene. Dos arrogantes, prepotentes y grandes magos no deberían vivir en el mismo tiempo, lugar y espacio, es una bomba en conteo regresivo, lento y con grandes cantidades de destrucción cargadas al sistema de aniquilación que llevan.

Solo es cuestión de tiempo para que ambos destruyan al ser que tanto trabajo le costó traerla de regreso.

Suspira.

Su mirada se dirige hacia su palma, donde yace el "encargo" de la princesa. 

Los objetos relucen ante la plata y el oro por el que fueron creados y sus diseños son peculiares, sonríe al imaginar para quienes son tales amuletos.

Lágrimas de Sangre ~ WHO MADE ME A PRINCESS ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora