Lágrimas de Sangre ~ WHO MADE ME A PRINCESS ~

Capítulo 15: Lamentos y corazones rotos: Parte l

Holi~ las saluda su autora-chan (UwU)//.

Quería continuarles con la serie de mini pack que tenía planeada pero este capítulo lo fragmentare en partes ya que está largo y lo ire subiendo poco a poco, recuerden tenganme paciencia.

Acabo de concluír mi servicio y tuve un periodo breve de trabajo (si es que leyeron mi mensaje en mis conversaciones), así que me atrase en mis otros proyectos, porque yo escribo de acuerdo a mi inspiración, mi loca imaginación y que tan deprimida me sienta con las canciones que escucho para traerles la trama xd.

Recuerden dejarme su voto, sus bellisimos comentarios y brindenme apoyo que a veces caígo en la depresión de escritora y se me va la inspiración UnU!

Mucho amor, mis bellos soles que arden con la pasión de la mirada iracunda de Claude. ^3^

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Félix se encontraba estático mirando un punto inexistente en la nada de aquel inmenso bosque, sus ojos estaban abiertos por la impresión y el shock, sus pupilas estaban dilatadas y la cordura se le estaba escapando de las manos.

No podía respirar correctamente ya que su cerebro no estaba coordinando correctamente las emociones y las necesidades fisiológicas que necesitaba su cuerpo.

Su mente le recordaba aquellas palabras de su princesa:

—No me haga lamentar el perderla a usted también.

—Félix —llamó por su nombre, era la primera vez que lo llamaba por su nombre, sin necesidad de etiquetas o formalismos, la miró asombrado— yo jamás los dejaría solos.

Su cabeza daba vueltas sobre aquellas palabras que no hace mucho ella había mencionado.

«No... usted no pudo haberme mentido»

El viento soplaba con braveza y mecía con fiereza las copas de algunos árboles junto a las grandes ramas de los mismos, las capas de sus uniformes se ondeaban en sintonía con el vaivén y sus cabellos rojizos se alborotaban.

*Crip*

Ese helado y espeluznante frío, que no forma parte del viento, erizó la piel de los soldados restantes, se quedaron estáticos al sentirlo, el instinto humano pedía que retrocedieran, que se apartaran ante la bestia que comenzaba a sacar los colmillos.

Era como la naturaleza que avisa las futuras catástrofes por venir.

Claude, por su parte, se encontraba dando respiraciones pequeñas. Estaba helado, estaba sudando frío, ese nudo en su estómago lo hacía querer devolver lo que llevaba en este.

«No, no, no...»

La sensación de perdida venía nuevamente a él. Esa sensación que ya conocía, pero que no recordaba con claridad quien la producía.

«No pudo marcharse de esta manera...»

Alzó la vista hacia el cielo y miró como las oscuras nubes cargadas de tormenta eléctrica se aproximaban hacia el imperio. Era un caos, todo esto era una catástrofe. Las lágrimas de Athanasia, sus sonrisas, sus solicitudes, sus atenciones para con él volvían como un remolino que lo atacaban sin piedad. Su corazón se estrujaba y daba gracias a que los relámpagos retumbaban con fiereza a lo lejos sino todo mundo escucharía como este se volvía añicos.

Quería disculparse por sus errores...

¿Pero cómo hacerlo si ella se había ido?

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no noto la espada que iba contra él, sino fuera por uno de los soldados que lo quitaron del camino él sería herido de gravedad.