En silencio permaneció frente al cadáver, sin moverse. Transcurrió una hora completa, manteniendo el mismo sacro silencio, propio de quien contempla la santidad de este, en la posición propia de quien ruega, y también agradece la bondad.
Al alzar la mirada, su rostro y facciones eran rígidas como la piedra, y su mirada mostraba la resolución propia del héroe homérico Aquiles.
- Gracias, señor Kvothe, ahora podré ponerle un fin a esto.
Abrazó el cadáver y después caminó hacia la puerta principal. Miró atrás. Dudó. Bajó la vista y abrió la puerta. Ya en el exterior, recorrió un tramo del nevado camino y volvió a ver atrás. Una mano de hielo le oprimió el corazón, provocándole angustia, melancolía... Por fin había sentido el ser amado... La cercanía y el amor de un padre... Parecía ser una ilusión, pero había sido real.
Extendió una mano frente a su rostro, como si intentara cubrir con ella aquella devastada y pequeña villa, ahora convertida en un cementerio.
- Nunca los conocí, pero dieron su vida por mí a través de kvothe... Por él, vivirán siempre en mi memoria... Gracias por todo... Descansen en paz.
La nieve cubrió la villa en su totalidad, sepultando a los muertos y haciendo desaparecer aquello que una vez estuvo lleno de risas, juegos y vida. El ojo del ángel lloró.
En su rostro se reflejaba la inocencia de un niño, y la resolución de un demonio. La yuxtaposición de esta contrariedad le impregnaba de una extraña dignidad y grandeza que le elevaban por sobre el género humano. Inocencia y culpabilidad. Pureza y capacidad de matar. Beatitud e indignidad. Ángel y demonio. Dos mentes conjugadas en un solo ser, el cuerpo y la vida de alguien que nunca conoció el ser compadecido y perdonado. Aquel que conocía el dolor, pues era él mismo quien lo repartía.
- Juro que mis manos no derramarán más sangre que la de los culpables... ¡Lo juro por mi sangre! ¡Haré sufrir a quienes anhelan el mal, a quienes los han matado a ustedes! ¡A quienes han destruido a Chise, los mismos que me han vuelto el ser más miserable sobre la tierra! ¡Serán los únicos a quienes asesine! ¡Después de eso, mi vida podrá terminar! ¡Pero sea yo aún más miserable si mis manos hieren a otro inocente, muera yo antes o sea incapacitado, me castigue quien me ha hecho revivir!
Mirándose la mano que había extendido, la cerró en un puño con fuerza.
- Baldr, me prestarás tu fuerza, ¿no?
- Respuesta, ahora somos uno solo, por lo tanto, estaré siempre contigo.
- Muy bien –cerró los ojos--. Baldr, si te preguntara algo acerca de los Trescientos, como su ubicación, ¿podrías responder con exactitud?
- Respuesta, es información de la que no tengo conocimiento ni seguridad, pero podría basarme en un análisis de datos y probabilidades para generar una respuesta cercana a las verdaderas posibilidades, no obstante, mi margen de error sería sumamente amplio.
- No importa, quiero saber dónde podrían estar reunidos en este momento.
- Analizando... El cabecilla podría encontrarse ahora junto a los altos mandos en la sala de reuniones en su base de Tokyo, mientras el sujeto Chise se encuentra en el sótano del Hospital General de Tokyo AH.
- Ya veo... Hay seis horas de diferencia entre Rusia y Japón. Puedo reducir la fricción con el aire y tomar control de los vectores para volar con mayor rapidez, pero, aunque llegara en cinco segundos no cambiaría la naturaleza del horario...
- Observación, el ritmo cardiaco de Clöth ha aumentado considerablemente. Recomiendo respirar hondo y-
- Matarlos, eso tengo que hacer... --interrumpió, agachándose.
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Science Adventure Gigalomaniacs;Angel's End
FanficHan transcurrido varios años desde el último suceso atribuido a la Locura de la Nueva Generación y Nishijou Takumi, no obstante, esa tranquilidad no es más que una fachada para distraer la atención de todos en Shibuya. Alguien, el verdadero culpable...