Petulante/editado

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Me lo había dicho

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Me lo había dicho. Me amaba... sin embargó no supe que decirle, no fui capaz de mirarlo a los ojos. La actividad a nuestro alrededor había dejado de ser consiente para mi. Se me hizo un nudo en la garganta y me obligué a no llorar, al menos no frente a el. No podía creerme que el fuese tan cínico como para burlarse de mi con Sandra y al siguiente día...decirme que me amaba. El único acto que pude hacer como respuesta fue alzar la mano contra su mejilla.

-Mad...

-¡Basta!

 Gruñí.

-No te molestes. Negué.

-No te molestes en dar algo que no podrás. 

eleve las cejas.

-Estas enamorada de mi, me amas Madeleine.

 Cerré los ojos, lo sabía, yo no, había sido capaz de ocultarlo, no había sido capaz de contenerme

-Lo sabes. Entonces esas ultimas palabras dichas por el, de manera petulante; me hicieron abrir los ojos de golpe.

-Quizás...estás en lo cierto. Esa sonrisa que me enamoro sin importar el echo de que fuese petulante, apareció nuevamente-Quizás no, y aunque fuese así yo no estoy dispuesta a ser la segunda opción de nadie.

-¿Segunda opción?

 Río.

Ruedo los ojos.

-Acepta de una vez frente a mi que me amas. Lo miré por unos momentos con incredulidad.

-Cole Sprouse, tu eres petulante y orgulloso, ¿Por qué no puedo serlo yo también en una situación como está?

 Y entonces ese don que mi madre me heredo para poder canalizar mis sentimientos apareció.

-No te quise en mi vida, cuando te conocí en aquel concierto ¿Crees tu que ahora si?, Cole Sprouse solo deseo no verte nunca más. Le sonreí.

Su sonrisa y todo aquel rastro de petulancia  se esfumó y vi en sus ojos como mis palabras habían herido tan profundamente a su ego.

-¿Eso es lo que, quieres he?

No hice nada por responderle, ya estaba más que clara la respuesta.

-Bien, ¡bien! señorita Velásquez. 

Adaptando su postura más neutral se me acerco de lleno y por un momento fue un respingo el que se me escapo al sentir tanta cercanía

Me tomo del mentón mientras nuestros cuerpos se rosaban entre la lluvia, su aliento era la poca calidez que podía sentir en mi piel.

-Solo quiero....un recuerdo, no te tiene que importar ya que ninguno siente nada por el otro.

Solo mire su mano sobre mi mentón, mi mente me gritaba que me alejara, pero mi corazón me gritaba que soportar todo el dolor que vendría después valdría la pena; me atrajo hacia el hasta que sentí sus labios delgados apretarse con fuerza a los míos, el los movía tan bruscamente...tan, fríamente que cada vez escuchaba más fuertes los crujidos de mi corazón. Yo en cambio apenas y los moví, apenas fui capaz de besar con neutralidad.

𝐂𝐚𝐫𝐢𝐬𝐢𝐚𝐬 Ⓘ︎𝗻𝗼𝗰𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀   Ⓛ︎#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora