Vacío/editado

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De solo, abrir los ojos

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De solo, abrir los ojos...puedo recordar todo, puedo sentir ese vacío en mi. Que preferiría seguir durmiendo. Lo primero que veo al abrirlos, es aquel oso de peluche. Que si. El me regalo. De solo recordarlo; una lagrima me brota, resbalando por toda mi mejilla hasta bajar a mi cuello, tengo que respirar por la boca durante unos instantes porque eh comenzado a sentir la falta del aire.

No entendía, simplemente no podía....entender que era lo que, estaba mal conmigo como para que el, simplemente no quisiera...estar conmigo.

Quizás lo que habían dicho: era inocente.

Inflé mis mejillas, sin poder contenerme.

Sabía que el amor existía, sabía de el desdé pequeña. Mamá siempre me leía cuentos sobre una princesa y un príncipe; ambos luchan contra los obstáculos y terminan en la torre más alta, o incluso en un castillo siendo felices.

¿Por qué yo no podía tener lo mismo?

Todos esos recuerdos me hacen mucho daño.

Ese vacío, ese dolor que solo crese; hace que mis ganas de levantarme, y convivir con los demás...se vuelva cada vez más débil hasta desvanecerse.

——

-Madi...

Abro un poco los ojos, notando que Cami esta a mi lado. Vuelvo a cerrar los ojos sin ganas de levantarme.

-No me gusta ver a mi heroína así de derrotada solo por un estúpido chico.

Me sorbo la nariz, cansada.

-¿No has dormido en toda la noche?

Niego.

-Madi. Me reprocha.

-Voy a dejar que duermas, y al rato mamá y yo te traeremos de comer.

La tomo de la muñeca antes de que se levante por completo.

-¿Piensas que soy inocente?

Se sentó otra vez.

-¿Quien te lo ha dicho?

-Eso no importa. Niego.

-Si, por supuesto que si.

Suspiró, me siento a un lado y me pongo un cojín en las piernas, pues se que esto va para largo.

-Además, si fuese así ¿Qué es lo que tiene de malo?

-Que nadie me acepta, todo el mundo me ve como si yo fuera algo anormal.

-Pues no debería importarte eso, la inocencia es algo muy bonito y especial...Lo que lo hace todo más bonito, es que a pesar de tu edad, la conservas, a pesar de todo lo nuevo que aprendes.

-Se que existe una enfermedad, que te hace pensar y decir, he incluso ver todo con inocencia. Le digo.

-Lo descubrirás con el tiempo. Me encojó de hombros en un suspiro.

-Por ahora, solo sigue siendo tú, sabes que si necesitas consuelo...Mamá y yo estamos aquí, nos quedaremos un tiempo.

-¿Que ha sucedido entre tú y kj?

-Pues...antes de venir, el me conto que creía sentir algo por una chica.

-Tú.

-No lo creo, ni siquiera se mostraba raro o nervioso conmigo, y es una pena porque por fin creía que el me diría que sentía lo mismo.

Hice una mueca.

-Las hermanas Velásquez han sido derrotadas. Intente animar el ambiente.

Si embargó, yo estaba tan derrotada que cualquier clase de intento para sacarles una sonrisa a los demás, era inútil.

-Bueno.

Me da un abrazó, al cuál me aferro por unos instantes.

-Dejaremos que descanses un poco, por la noche te llamaremos para cenar...y mañana por la mañana te tenemos una sorpresa. Aplaude.

Con esto, ya sabía que había sido idea de mamá. Y lo agradecía, a pesar de todo lo malo, de este mundo tan prejuicioso, tenía a mi mamá.

Cami cerro la puerta, dejándome con mi silencio sepulcral otra vez, solo me avente ala cama, mire fijamente al gran oso; hasta que decidí abrazarlo a un lado mío para enterrar mi cara en su gran pansa.

——

Decidí salir, después de muchas horas envuelta en mi bata rosada, y pantuflas de conejito. Olfatee un olor delicioso que hizo a mi estomagó rugir. Había un montón de comida preparada en la mesa, y era poca...pero si antes de esto comía poco, ahora no tenía apetito.

-¡Cariño!

Mamá casi corrió hacía mi.

-Prepare unas de tus comidas favoritas para cenar juntas.

Mamá odiaba la cocina, admito que estaba sorprendida y agradecida, pues a pesar de que detesta la cocina , mamá había puesto de su esfuerzo en eso solo para hacerme sentir mejor. Medio sonreí y le di un abrazo.

-Gracias mamá.

-Anda, siéntate y come.

 Me sonrío.

-Anda Cami. 

Cami asintió y se sentó frente a mi.

Mamá se sentó en medio de ambas en la mesa, y comenzamos a comer en silencio. Hasta que escuchamos un azotón arriba, para después ver como Vanessa bajaba las escaleras algo apurada.

-¿Vanessa?

Pregunto mamá, pero Vanessa paso de largo. Seguramente no la había siquiera escuchado.

——


𝐂𝐚𝐫𝐢𝐬𝐢𝐚𝐬 Ⓘ︎𝗻𝗼𝗰𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀   Ⓛ︎#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora