La universidad de Harvard en california se caracterizaba únicamente por su pasión por los animales. Hace un año la mesa directiva decidió darles resguardo a estos cuatro peses de un lago con escases de agua. Recuerdo ese día, varios de nosotros fuimos seleccionados para ayudar en la construcción de está misma fuente que tengo frente en estos mismos momentos.
En Harvard se encargan de inculcarte el amor por los animales, nos han inculcado siempre cuan importante es ayudar a los animales desamparados o en problemas, ya que a pesar de que no sean personas; siguen siendo seres que viven...sí de una manera algo distinta alas personas, pero que ala vez siguen sintiendo y aún así hay personas despreciables que solo saben ser crueles. Vacío unas cuantas migajas del trozo de pan que traía en mis manos hacía la fuente observando como los peses dejan de nadar alrededor tranquilamente.
Finalmente me di la vuelta. fruncí los seños, una sonrisa torcida se delinea en mis labios. Aquella cereza me observa perpleja a unos metros de distancia, la noche en mi concierto llega a mi mente, la manera en que de un momento a otro me enfrento con una increíble neutralidad. La manera en que no puede dejar de mirarme solo hace que mi ego se eleve más, meto las manos a los bolsillos de mi pantalón para comenzar a acercarme, noto como comienza a apretar su mandíbula.
—¿Asombrada?—pregunto, ella se remueve un poco mientras yo orbito alrededor de ella—.
Suspira.
—¿Que?—pregunta algo desconcertada mientras aprieta con algo de fuerza algunos libros contra su pecho—.
Me detengo frente a ella.
—Te quedaste perpleja al verme—rueda los ojos—.
—Eso es lo que has querido desde aquella noche de tu tonto concierto—responde entrecerrando levemente los ojos—pero no es algo que podrás tener—.
Alzó una ceja.
—¿Estás segura?—ella solo asiente con la cabeza—siempre tengo lo que quiero—.
—Siempre hay una excepción para todo—se encoje de hombros para alejarse sin más, dando pequeños saltos al caminar—.
Esa chica con personalidad de niña, se enamoraría de mi. No tenía ninguna duda.
Una chica se acerco a mi acompañada de su mejor amiga, querían autógrafos, fotografías conmigo.
——
La ultima clase llego a su fin, nadie espero ni un solo segundo más cuando el timbre toco, yo solo me tome mi tiempo, colgué la mochila en uno de mis hombros para caminar sin prisa hasta los arcos. Finalmente podría volver a casa para descansar. Subí a mi auto y arranque hacía casa, mi auto era mi tesoro.Al llegar a casa lo primero que escuche fueron ladridos y risas. Rodé los ojos.
—¡Coleta!—.
—Llegue—.
Me libre de la mochila permitiéndole finalmente un glorioso alivio a mi espalda, camine al comedor. Betty salió de inmediato con un cachorro en brazos.
—Cole, ¿Cómo te fue?— Me encogí de hombros.
—Normal, ya sabes, chicas y chicas por doquier—.
—¡Ah! Claro— Rueda los ojos—Encima tuyo ¿no?—.
—Si, acepto una— Ruedo los ojos al recordar a cierta chica—.
Betty, en ese momento alza la ceja con intriga.
—Wow, ya me ha caído bien— La miro ofendido—.
—¿Quién es ella?—.
—Te daré un resumen, una chica desagradablemente indiferente y pelirroja—.
Me encojó de hombros, y, al volver a voltear hacía Betty; frunzo los seños confundido.
—En fin, ven, hay pavo para cenar—.
Betty tiene una pasión extraña por la comida, se que quizás muchos se pregunten: "¿y quien no?". Pero cuando menos me los espero, en la mesa espera por mi un platillo extravagante.
Ya al estar servida la cena, comienzo a cortar un bocado. Entonces oigo un desagradable chillido, allí abajo.
—Oh no, Betty
—Sisi, tío Cole, no seas malo, dale un trozó. Me alza las cejas en advertencia.
Bufó y de mala gana le aviento un trozo de mi plato. Este perro con lo poco que lleva aquí come mejor que yo.
——
■■Este capítulo es corto, por lo tanto no tendrá una canción.
Editado✅
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𝐂𝐚𝐫𝐢𝐬𝐢𝐚𝐬 Ⓘ︎𝗻𝗼𝗰𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀 Ⓛ︎#2
फैनफिक्शन¿Quien dirían que dos jovenes unirían sanguíneos entre dos enemigos? **** MADELAINE VELASQUÉZ GUERRINI; hija de un abogado muy destacado y millonario, de una ex modelo también muy destacada y millonaria. Acostumbrada a las comodidades y seguridad qu...