Antes del Sol

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Geali: ¡ALEJATE DE MI HOMBRE MUJERZUELA!— Las lanzas estaban manchadas por una oscuridad agobiante, la desesperación era tal que se estaba dejando consumir por la ira y el rencor.

Tamier: ¡Debes detenerte Geali, mírate!

Geali: ¡A ustedes qué les importa como me vea! Cuando más necesite de su apoyo me dieron la espalda, me dejaron tirará como un perro en la calle. Se que volverán a hacerlo... No... No estoy dispuesta a volver a la Luna... No me quedaré sola ahí otra vez.

Concentrando el máximo de  sus energías sabía que debía ser ella quien diera el golpe final, su cuerpo ya desgastado no aguataría mucho más, con dificultades regulaba su respiración, no quería con otra derrota en su mente. Si ella y Mael no estaban juntos se aseguraría de al menos castigar a los culpables; si antes de que el Sol y la Luna se separarán creaba un Ark suficientemente poderoso acabaría con todos los que la rodeaban incluyéndose. La muerte era preferible a cualquier otro castigo como la soledad.

Elizabeth: ¿Qué tanta magia planea usar?— El brillo se asemejaba a la luz que irradiaba el Sol en un caluroso día de verano, era una intensidad inimaginable.

Ban: ¿Nos quiere matar a todos?

Gloxinia: ¿En serio estas dudando de eso?— Se giro a donde Merlin muy calmada levitaba.— Hey ¿Tus cubos perfectos servirán para contrarrestar esa monstruosidad?

Merlin: No creo, el nivel que esta manejando es muy grande, será interesante verlo accionado.

King: ¡Este no es momento de pensar en tus experimentos locos! ¡Algunos queremos vivir!

Una idea se le vino a la cabeza a Clarise, el arma que sujetaba era la misma con la que apareció en su primera lucha contra el ángel por ende debía contener algo de su poder (aun siendo en menor cantidad) a tientas se acercó al Dragón de la Ira palpando su hombro para llamar su atención.

Clarise: ¿Crees poder usarla para Contraataque?— Extendiendo el arma frente al más bajito espero una respuesta.

Meliodas; Sate Sate Sate si que puedo pero es probable que no resista el impacto ¿Estas segura?

Clarise: Muy segura, no quiero nada que ver con esa loca mujer.

Meliodas: Muy bien, Elizabeth, vienes conmigo— Al verlos irse buscó a otra persona, si no funcionaba o por alguna razón no sobrevivían deseaba morir junto a esa persona especial. Desesperada corrió en su dirección tomando su mano apenas estuvo cerca.

El pelinaranja se sorprendió por el contacto repentino mirando a la pelinegra, ambos reflejaban dolor en sus ojos.

Escanor: Mi señorita Clarise, permítame usted disculparme por mis erróneas ideas. Al pasar tanto tiempo juntos me di cuenta de lo maravillosa que es, me acepta tal y como soy, jamás debí pensar en su persona como una herramien...— Callándolo con un beso se dispuso a disfrutar esos momentos con ese hombre, por su parte Escanor salió del shock inicial para corresponder el acto.

Clarise: Por ahora solo quiero que seamos tú y yo, prométeme que si salimos de esto me explicarás como es debido— Se sonrieron, a pesar de ambos ser guerreros el miedo a la muerte no desaparecía menos cuando encontraste algo tan valioso para tu vida. Se aferraron al otro como si del in del mundo se tratase pero seamos honestos, puede que para ellos lo fuera.


Todos se protegieron como pudieron: de parte de los demonios la mayoría usaba la propia oscuridad como escudo, la maga de los pecados capitales resguardo a sus compañeros dentro de sus cubos perfectos potenciados con la magia de King, los ángeles crearon sus propias protecciones contra el ataque con las que justamente Mael cubrió a Chiara. Eran minutos para que el alba se cerniera sobre sus cabezas, minutos para determinar si habían conseguido la victoria o fracasaron.

Tu eres mi sol.    Escanor x Lector.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora