Los golpes en la puerta de la que ahora sería su habitación durante un tiempo indefinido, llaman su atención.
Todoroki se levanta de un salto de la cama, chocando y tirando la lámpara junto al resto de las cosas que tenía en su mesa de noche.
Era oficial. Estaba harto de su estúpida torpeza.
—Maldita sea, Camie. Mira lo que hice por tu culpa— señala el desastre que hizo, aunque sabe que no puede ver nada porque la habitación estaba completamente oscura.
Ella prende la luz y suelta una sonora carcajada.
—Yo no voy a pagar eso— señala el desastre la castaña.
—Claro que lo harás. Eso fue por tu causa.
—Yo no soy la persona que vino a invadir la casa de su amiga y para colmo trajo un bebé de paseo.
—Touché.
Camie suelta una risita y antes de irse camina con los ojos puestos en él y una extraña sensación de que estaba olvidando algo invade al bicolor.
Todoroki reacciona rápido y su vista busca a la pequeña. Se encontraba —nuevamente— durmiendo plácidamente. En cambio, él había despertado con el pie izquierdo. Quería ser esa pequeña. Por ahora la niña era un amor de bebé, se había levantado por la noche pero no lloro, pudo dormir un poco pero la preocupación seguía ahí. Perecía ser que la bebé suele tener hambre de seguido, por lo tanto, hoy después de la sesión de fotos que tenía con la banda iría a comprar todo lo que necesitase.
Le debía una grande a Camie, realmente era su salvadora. Habían acordado que la castaña se iría a vivir con su nuevo novio —no quiso preguntar qué pasó con la anterior chica, tenía miedo de que metiese la pata y la chica lo sacará a patadas de su departamento— así que Todoroki iba a estar viviendo ahí con la bebé hasta que la mamá venga en busca de su hija. Sentía algo de miedo por estar al cuidado de un bebé por primera vez en su vida, quería meterse tres tiros en la cabeza pero eso sonaba muy suicida de su parte.
Todoroki no sabía cómo mierda iba a hacer para estar con la banda, ir a la universidad, trabajar y cuidar a la pequeña sin morir en el intento. No podía abusar de la amabilidad de Camie, la estaba sacando de su propia casa y pedirle que también cuide de la niña era mucho.
Todo se estaba saliendo de sus manos, pero él podía con esto.
O eso quería creer.
El bicolor se puso sus zapatillas negras y salió al pasillo. Miró por última vez a la bebé que estaba durmiendo, bajó por las escaleras y caminó hasta el salón, donde se encontraba la castaña guardando sus cosas en una maleta azul. Cuando la chica lo miró él silbó.
—Quién fuera tu nuevo novio para quitarte esa blusa— bromeó el bicolor y ella sonrió.
—Solo vamos a comer.
—A comerse las bocas, no cualquiera te acepta así de rápido en su casa— bufa el chico.
—Esperaba que él me pidiese ir a vivir juntos primero— dramatizó la castaña.
—Nunca esperes nada de un hombre— volvió a bromear el bicolor parándose de brazos cruzados.
—¿Trabajas hoy? ¿Qué harás con la niña? Puedo cuidarla yo— Todoroki se sintió abrumado por tantas preguntas y negó con la cabeza.
—No te preocupes por eso— respondió— ya hiciste mucho por mí. Además, se supone que tengo una sesión de fotos hoy.
—Respóndeme— le ordenó.
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ZONA PROHIBIDA | todobaku
FanfictionBakugou Katsuki tiene miedo a que alguien le vuelva a romper el corazón. Todoroki Shoto tiene miedo a enamorarse. Ambos comparten una banda, un aula, nombres poco comunes, el mismo odio y un sarcasmo bastante hiriente. Y puede que ta...