Las piernas de Shoto dolían por la fuerza en la que se encontraba corriendo por todos los pasillos del colegio, odiaba que la UA sea tan grande como una base militar, gracias a ello estaba llegando diez minutos tarde a la clase de literatura, quien la daba su profesor Aizawa, el mismo de todos los años y el que lo conocía perfectamente para saber sobre su impuntualidad. Esto estaba yendo mal.
Respiro hondo cuando estuvo frente a la puerta del salón de clases y se preparó mentalmente para tocarla, así como también perder la dignidad, otra vez, excusándose con el hombre por su falta de responsabilidad. En menos de un minuto, ésta se abrió revelando a un hombre con sus vendas y más ojeras que ojos mirándolo con el ceño fruncido, soltó un pequeño bostezo y por su cara se notaba un poco irritado por su mala costumbre de llegar casi siempre tarde a su clase. El bicolor le dio una sonrisa tímida intentando ocultar la vergüenza que estaba sintiendo.
—Todoroki— pronunció firme, intentando intimidar con sus ojos al menor.— Así que dígame, ¿cuál es la excusa de hoy?
—Me quedé dormido— confiesa antes de poder evitarlo.
Shoto apretó su mandíbula y se golpeó mentalmente por la estupidez que había dicho, tal vez debía mentir y no decir la verdad.
—Bien— le sonrió con sorna— espero y para la próxima no se quede dormido.
Por un segundo el bicolor pensó que lo iba a dejar pasar, pero no fue así. Aizawa se metió de nuevo al salón y solamente le dedicó una agitación de manos por parte suya, mientras los alumnos de adentro miraban la escena boquiabiertos.
—Profesor...— intentó hablar.
Aunque en sus planes no estaba el escucharlo, por lo cuál solo lo interrumpió.
—Hasta la siguiente clase, Todoroki, y agradezca que dejare que le pasen los apuntes de hoy.
Sin más que decir y el bicolor sin poder defenderse, cerró la puerta. Shoto se quedó estático en su lugar, sin moverse o siquiera parpadear, estaba anonadado repasando lo antes sucedido. No podía hacerle esto, no lo había hecho. Pero que mierda dice, si lo había hecho ¡Oh, estupendo!
Volcando los ojos con molestia, bufó para girar sobre su propio eje y caminar por el pasillo para así arrastrar consigo su dignidad. Ésta era la primera vez que lo dejaba fuera del salón. Había llegado tarde unas cuantas ocasiones, unas cinco, seis o diez veces. Aunque pensándolo bien, casi siempre llegaba tarde, pero cumplía con sus tareas, siempre prestaba atención, a pesar de que su clase le diera sueño. Llegaba tarde a sus clases por el simple hecho de que le molestaba despertarse temprano, era amante de dormir hasta muy tarde, y eso le dificultaba oír el despertador.
Rendido, infló sus mejillas y se encaminó hasta la cancha de básquetbol, si no podía estar en la clase de literatura por lo menos podría practicar algunos pases. El aire removía sus cabellos bicolores tapando un poco sus ojos heterocromaticos, a lo lejos en las gradas donde la sombra caía ligeramente, un cuerpo se encontraba sentado a horcajadas dándole la espalda a la cancha. Shoto reconocería esa peluca verde en donde fuera, su curiosidad despertó y se encaminó vacilante hacia él, subió cuidadosamente cada grada, hasta llegar al pecoso.
—¿Qué haces aquí?— demandó estrepitosamente al aire libre.
Shoto meditó unos segundos su respuesta antes de contestarle y pudiese ser creíble.
—Solo quería pasar el tiempo.— dijo indiferente y se encogió de hombros.
Y fue lo más estúpido que podría haber dicho.
—¿No se supone que deberías estar en clase de literatura?— atacó el pecoso con una ceja alzada. En su tono de voz se pudo descifrar un poco de burla.

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ZONA PROHIBIDA | todobaku
FanfictionBakugou Katsuki tiene miedo a que alguien le vuelva a romper el corazón. Todoroki Shoto tiene miedo a enamorarse. Ambos comparten una banda, un aula, nombres poco comunes, el mismo odio y un sarcasmo bastante hiriente. Y puede que ta...