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—¡Vamos, Shoto!

—Que ya voy.— suspira pesadamente el bicolor, esquivando otro empujón.

Camie, una de sus mejores amigas, se gira para fulminarlo con la mirada cuando se detiene para dejar pasar a una pareja.

—¡Pero no dejes que pasen!

—¿Y qué quieres que haga? ¿Que los aparte?

—¡Empújalos!

—Si, claro, también puedo darles un puñetazo, si quieres.

—¡Venga, Shoto, si no te das prisa no encontraremos un buen sitio!

Llevaban así más de dos horas. Todoroki no podía creer que Camie lo haya convencido de hacer esto. Nunca había ido a un concierto, pero su mejor amiga del colegio, Momo Yaoyorozu, tocaba en la banda. Solamente la escuchaba tocar el teclado o piano cuando pasaba por su casa o en la sala de música, pero jamás se hubiera atrevido a venir a uno de sus conciertos.

Increíblemente, ya hay una enorme masa de gente cuando llegaron a la parte baja, en el foso. Camie se las arregla —con la ayuda de codazos y maldiciones— para que pudiesen pasar entre la masa de cuerpos sudorosos, algunos tatuados y perforados que los separan del escenario. Milagrosamente, llegaron a las vallas de hierro que los separa del escenario por unos metros. No es que haga mucho calor pero, con el esfuerzo, Todoroki se encontraba sudando. Que asco. Pensó.

Camie, en cambio, está entusiasmada. Se gira hacia el bicolor con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Es un sitio genial!— grita emocionada.

Shoto, por su parte, está intentando no morir aplastado contra la estúpida valla. Consigue apartar a una chica para colocarse junto a Camie. Sigue sudando. Odia sudar.

Demasiada gente. Demasiada humanidad para lo que le quedaba de vida.

—Más les vales que toquen bien.— murmuró, despeinando sus cabellos bicolores.— Me estoy muriendo de calor.

—¡Quítate la camiseta!

—Si, claro. Y, si quieres, también me sacó el pantalón.— le frunce el ceño.

—¡Y tíraselo a la cara a Kaminari!

—¿Quién demonios es Kaminari?

—¡El bajista! Madre mía, ¡No sabes ni cómo se llaman tus compañeros de clase!

—¡Y tú tampoco! ¡Sólo se que te gusta el baterista!

Camie le sonríe dulcemente, pero no puede responder porque las luces del escenario parpadean. Todoroki pone una mueca cuando se empiezan a escuchar gritos a su alrededor. Él está ocupado intentando que nadie le quite su lugar y deja de mirar lo que tiene delante. ¿Por qué solo lo empujaban a él y a Camie no? Cuando ve que ella pone muecas por los tacones, el bicolor agradece por siempre estar con sus converse viejas.

Sus pequeñas aliadas.

Se siente fuera de lugar con su jeans negro y roto, junto a su remera blanca. Todos los demás llevan camisetas con el eslogan del grupo.

Y él creía que se había puesto muy informal para un concierto... se sentía como si fuera el payaso plin plin entrando a un bar de carretera.

Entonces, un chico sale al escenario y todo el mundo empieza a gritar. Shoto se tapa los oídos con las manos, frustrado. Incluso él, que tiene el micrófono en la mano, tiene que gritar a través de el para que se le escuche. Pone mala cara cuando un chico lo intenta empujar de mala manera contra Camie para ocupar su lugar.

ZONA PROHIBIDA | todobakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora