CAPÍTULO 9

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NATHAN

Avani Whitmore Anderson, como explicarla en una sola palabra... Si, esa mujer no tenía una sola palabra para describirla.

Avani había entrado a la preparatoria McGregor en mi etapa de desarrollo, esa etapa donde te crees un dios y en verdad solamente eres estúpido en su máxima expresión. Desde que la vi la primera vez lo que más me llamó la atención fueron sus ojos, Aaron me había contado que tenía una prima con hermosos ojos violetas, pero nunca pensé que fueran tan eclipsables y hermosos.

Durante su primer año creo que comenzamos con el pie izquierdo, yo haciéndole burlas y ella sorpresivamente contestándomelas cuando la mayoría de las niñas únicamente se les enrojecían las mejillas. Con el paso de los años deje de molestarla, pero parece que ella quedó renuente a mí y me volví una de las personas dignas de sus hermosos insultos.

Fuimos creciendo y un grupo se fue armando de diferentes duos en los que terminamos congeniando entre todos, yo no estaba todo el día con ellos, pero siempre me incluían y me mantenían actualizado de todo.

Siempre fui un chico popular en la preparatoria, siempre me ofrecían lo mejor y las chicas se acercaban a mí con insinuaciones sexuales, no voy a mentir al decir que no acepte ninguna de ellas, pero ninguna era la que yo quería. En el último año de la secundaria por fin la encontré con la guardia baja y tuve una de las mejores noches de mi vida, aunque eso hiciera que literalmente Avani huyera de mí luego.

Pase por la etapa de molestia cuando vi que se acostaba con Ethan repetidas veces sin dejar de perder contacto de amigos, no es que sintiera celos, solo no entendía que tenía esa chica contra mi y porque me atraía tanto cuando ella era cien porciento renuente a mí.

En la universidad me concentre en ser el chico con mejores calificaciones de leyes y equilibrarlo con las fiestas, eran algo que me gustaban. Creo que por mi segundo año conocí a Julian, una chica rubia hermosa. Sin saber como todo evoluciono, medio año después me encontraba de novio con ella; éramos lo que se podía considerar felices, ella venía de una familia adinerada como la mía, pero me faltaba algo.

Julian era una chica con caprichos de papi, él le daba todo lo que ella pedía con tal de no enfadarla, por lo que la convirtió en alguien con más gusto en lo personal que en una persona humilde. Siempre debía llevarla a los mejores restaurantes y hacerle los mejores regalos, cuando insinuaba que podíamos hacer algo tranquilo se enojaba y todo perdía los estribos. Sinceramente, la relación no era del todo mala, sino no hubiera estado con ella hasta que me gradúe. Había buen sexo, charlas y momentos felices, pero con lo único que estábamos ambos de acuerdo era con el tema hijos; ella no quería una vida con niños que succionen su tiempo y figura, y yo estaba renuente a darle vida a alguien que podría tener mi sangre, y como había dicho mi papá en repetidas oportunidades: Darle a un niño o niña el peor padre de la historia.

Deje a Julian luego del viaje a Las Vegas. En la celebración por la graduación de Avani, no podía dejar de mirarla sin rememorar nuestra noche hacía unos cuantos años o quedarme mirándola mientras cenábamos, viendo como reía y lo simple que era, todo lo contrario a la chica con la que estaba.

De manera improvista y luego de una monumental pelea con Julian, me había subido a un avión para ir con mis amigos a Las Vegas y no me arrepentía para nada.

Esa noche con Avani había lo cambiado todo, tenía pocos recuerdos por la borrachera, pero nunca me había sentido tan a gusto y libre como esa noche, incluso Avani había parecido llevar bien las cosas. Recuerdo las risas mientras caminábamos por las calles, trozos de charlas sinceras, muchos, pero muchos momentos fogosos y sobre todo las fotos.

Antes de ti [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora