Capítulo 2. Ajustes

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He sido tonto, un tonto omega que estaba enamorado, aquel omega, al que lo hiciste sentir tan pequeño, que pensaba que le hacías un favor, estando a su lado, he sido un idiota en soportar tus malos tratos e infidelidades, pero ya no lo seré jamás, tu te darás cuenta, te dejaré sin nada, romperé cada una de las promesas que te hice, como tu rompiste las que me hiciste, te dejaré sin nada, tanto que desearas no haberme conocido, no es venganza, esposo mío, es un ajuste de cuentas.

Me he convertido en el omega que puedes presumir, aquel que no te causa vergüenza, dejé el chico regordete atrás, me quité los lentes de grueso armazón que te fastidiaban, pero no fue por las razones que crees, lo hice por mi mismo, no necesito tu aprobación, me di cuenta al final de nuestra historia, que nunca fue importante, te di más poder sobre mi, del que merecías, pero me di cuenta a tiempo, así que no, no soy rencoroso, solo pongo las cosas en su lugar.

Se que por tu mente pasará, que solo así, pude conseguir un alfa que me deseara, no sé me olvida todas las veces, en las que me hiciste sentir, tan poco atractivo, pero se que puedes pensar que, necesité hacer un cambio en mi, para que voltearan a verme, pero va a sorprenderte la siguiente revelación, conseguí a aquel alfa, que ahora tengo entre las piernas siendo el chico gordo, que tanto te avergonzaba tener de esposo, siendo aquel chico sin gracia, que tanto me hiciste creer, este mismo alfa que esta noche me marcará, me deseó a tal grado, que entendí, que las imperfecciones, los kilos de más, son solo peros, en el hombre equivocado.

El ama cada parte de mi cuerpo, con o sin kilos de más, logré seducirlo a tal grado de volverlo loco, siendo el omega que tu tanto ocultaste.

Pero no recordemos cosas tristes, mejor seamos realistas, el dolor que sentirás al no verme llegar esta noche, sabiendo que mi celo llegó, el ardor en tu alma que aparecerá al ver la caja del traje en la cama, la etiqueta de la ropa interior en el baño, y oler la fragancia del jabón, será apenas el comienzo, el comienzo de tu caída.

Debería ser un delito, lastimar la confianza de alguien que te ama, más que a sí mismo, debería ser castigado con pena capital, lastimar los sentimientos de los demás, apagar la luz de alguien que te ama, incondicionalmente, pero desgraciadamente no lo es.

Los alfas como tu, lastiman, te hacen una caricatura de lo que fuiste, para después seguir con su vida y pedirte perdón, sin recibir ningún castigo, así que como estoy plenamente consciente de ello, he tomado la justicia, en mis propias manos.

Los alfas como tu, piden disculpas, como omegas debemos sentirnos agradecidos, por que han vuelto, después de llenarse del aroma de alguien más, pero yo no seré como ellos.

Yo no voy a sentirme realizado, porque por fin cambies por mi, a mi el dolor, no me hará engancharme más a ti, no seré como aquellos omegas, que sienten que el amor les quema y les duele, pero que no sueltan la mano del que los hirió.

Si, lo sé, en algún momento de mi vida fui tonto e ingenuo, añoraba que llegaras y me dijeras que solo a mi me has amado, pero esa etapa ya terminó, mis neuronas volvieron a hacer sinapsis, mis ideas volvieron a conectarse, entendí que me habías lastimado demasiado, necesité cuidados intensivos, para poder sanar mi corazón, pero salí victorioso, porque entendí que no me mataste, que estaba más vivo que nunca y regresé dispuesto a hacerte llorar.

El ego de un alfa, es algo demasiado preciado, preparate para que lo pierdas, pero no será lo único que perderás, porque perderás, hasta ese auto rojo, donde has subido a cada uno de los omegas, con los que me engañaste.

Preparate mi adorado esposo, dicen que la intensidad con la que amas a alguien, va relacionado con la medida en la que llegas a odiar a esa persona, así que preparate, porque vas a sufrir demasiado.

Se que muchos me señalarán, dirán que soy igual que tu, que te pagué con la misma moneda, después se darán cuenta que tu y yo somos diferentes, siempre lo fuimos, creo que por eso este matrimonio llegó a su fin.

Siempre me hiciste sentir, como si no mereciera tu amor, te equivocas quien nunca me mereció fuiste tu, fui demasiado omega para un alfa tan mediocre como tu.

Hoy sabrás, el sabor del plato con tu propia medicina, lo voy a aderezar con una demanda de divorcio que he dejado sobre tu escritorio, y si te queda hambre, de postre, un aviso para que pagues el dinero que me has quitado para hacerte millonario.

Eres el alfa codiciado, aquel alfa que siempre creen que es un emprendedor innato, pero se les olvida y a ti mismo, que el dinero con el que levantaste ese emporio del que tanto presumes es mío, es mi herencia, pero no te preocupes, si se te ha olvidado, esta noche lo recordarás, y para tragarte el mal sabor de boca, de bebida tendrás, una demanda por malversación de fondos, porque esa empresa que dices fundaste, tiene varios gastos inconsistentes, sufres de memoria selectiva querido, porque también olvidaste que yo soy el accionista mayoritario, y que tu, eras un simple representante.

Pero valoro mucho que hayas hecho crecer mi dinero, de premio quedate con el traje que te regalé el año pasado, es lo mínimo que mereces, si reclamas más, pongámonos a mano, me saldrás debiendo más, e incluso tu ropa, quedará en mis manos.

A tus ojos puedo ser vengativo, pero conoce mi historia, conoce los pedazos del omega enamorado Yuuri Katsuki, que creyó que tenía el matrimonio perfecto, que estaba tan cegado, que incluso se olvidó de si mismo, en el trayecto, puede que llores conmigo, o incluso quieras golpearme y hacerme reaccionar, pero no te preocupes, disfrutarás al final, porque tu también sentirás, que Emil Nekola, merece un castigo.

Un Corazón En Pausa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora