Capítulo 21. Seguro

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Aquella empresa que hace varios meses no veía, se veía incluso más imponente, respiré profundo, simplemente les dije adiós a mis acompañantes y cómplices.

Llego a la puerta de cristal, de la gran empresa de mi esposo, todos me saludan, se inclinan amables, no necesito sus respetos, pronto seré su ex esposo.

Llego con la secretaria de Emil, me mira con sorpresa, como siempre aquella mirada acusadora, me mira de arriba a abajo, quizá a sus ojos solo soy un tonto, tratando de aparentar valentía, quizá lo sea, pero no voy a demostrarlo, sonríe apenada, mientras sus compañeras hacen lo mismo, se creen más que yo, me han dado miradas acudadoras y llenas de desprecio desde hace mucho, es momento de que sepan que deben respetarme, camino seguro, me acerco a ella - Señor... Buenos días... Es una sorpresa tenerlo aquí... - sonríe con molestia, se que me detestas, y no se porque, quizá es porque mi esposo, nunca me dio mi lugar y eres la típica persona, que se siente grande amedrentando a los demás, pero si el no me hizo respetar yo lo haré, no te preocupes, todos esos sentimientos negativos que tienes frente a mi, son recíprocos.

- Buenos días... Sofia... Tan amable como siempre... Dime... Cuál es la oficina de la señorita Mila Babicheva?.

- Ella no se encuentra - habla con su voz temblorosa, pero aún así sostiene ese mirada, que detesto - fue a un viaje de negocios - aun recuerdo cuando ella llegó, mi esposo la regañaba constantemente, varias veces la defendí de sus regaños, creo que olvidó aquello y su lealtad cambió, afortunadamente me he asegurado de preguntarle al encargado del estacionamiento si la vio arribar.

- Qué raro... Me acaban de decir que ya llegó y su auto está en el estacionamiento.

- Señor... Ella no recibe visitas... Ella...

- Seré claro... Mi padre también es accionista de la empresa... Si no me lo dices tendrás problemas... No te estoy pidiendo gran cosa... Solo dime, cuál es su oficina?.

- El señor Emil sabe que esta usted aquí?.

- Porqué tendría que avisarle?, vas a decirme o le pregunto a alguien más?, te recuerdo que yo también tengo capital en esta empresa y que merezco tu respeto.

- Pero señor...

- Mírame Sofia, ahora si estoy acorde para entrar a la oficina de la señorita Mila?, o caso olvidaste la manera en la que me hablaste antes?.

- No fue mi intención...

- No es necesario que ni tu, ni tus compañeras hablen, con la mirada que me dedican es más que suficiente, así que seré breve, dime donde esta la oficina de Mila, es una orden.

- La segunda puerta a la izquierda... Pasando el pasillo.

- Gracias Sofia... Me alegra que seas razonable... Por cierto... Si quieres llamar a mi esposo hazlo... Me vendría bien su presencia...

Toqué aquella puerta, un adelante me hizo abrir, una mujer segura de si tecleaba varias cosas en su computadora, palidecio al verme - Hola buen día Mila...

-Yuuri... Qué haces aquí?....

- Seré breve... Vine a darte las gracias por los regalos que me has mandado a mi casa, incluso por ese hermoso abrigo por mi cumpleaños... Ya te acostabas con mi esposo cuando lo compraste?!.

- De que hablas?... No te entiendo...

- Claro que lo entiendes... Eres la amante de mi marido desde hace mucho, deja de fingir quieres??.

- No es así...

- Tengo pruebas para ello, no hablo por hablar, pero no te preocupes quieres quedarte con mi esposo, quédate con el, te lo regalo, pero te lo quedaras sin nada, sin un peso dividido a la mitad, como yo lo conocí.

- Espera... Espera... Estas confundido... - varios de los empleados estaban baboseando, se amontonaban ansiosos por oír la discusión.

- No soy ningún loco, se de lo que hablo, pero no te preocupes no vengo a hablar de tu relación con mi esposo, si no de algo más importante, solo quería ser un poco dramático, seré breve, tienes 20 minutos para presentar tu renuncia y dejar esta oficina, ese poder que tienes, que te dio mi esposo, es solo un papel sin valor alguno, tu no tienes ningún poder aquí, así que largo.

- Soy accionista, no puedes correrme!!.

- Qué seas accionista no te da derecho a tener una oficina aquí, ni para poder manejar el capital de esta empresa, solo porque te acuestas con mi esposo, me pregunto si los demás accionistas, estarán de acuerdo con tu trato preferencial, me supongo que no, así que tienes 20 minutos, o te largas... O te saco a patadas...

- Tu no puedes sacarme de aquí!!, sin la autorización de Emil.

- Entonces que esperas para llamarlo?, si utiliza tu piso pelvico, es momento de que te defienda, anda llamale.

- Voy a hacerlo...

- Claro, claro, mientras lo haces, esperaré aquí, pero de que te vas hoy, te vas - le dije, me senté en aquel sillón beige que tenía en su oficina, esperaba a que el llegara.

Aquel aroma ya era conocido para mí, el murmullo de los demás empleados no pasaba desapercibido, ni tampoco aquellas pisadas fuertes de aquel alfa, que llegaba ansioso, a esa oficina, frente a mi, aquel hombre, mi aun esposo.

Me miró atento, como si pudiera intimidarme con su mirada, me levanté seguro frente a él - oh cariño, me da tanto gusto verte, vine a decirle a Mila que se vaya, y no se quiere ir, así que puedes sacarla tu? - me acerqué a el, incluso, toqué aquel traje caro negro, que vestía, su mirada era indescifrable.

- Te fuiste desde hace meses, y ahora vienes a armar un escándalo a mi empresa? - me hablaba seguro, con su voz grave.

- No, amor... Mi empresa, no es tuya, no te equivoques, es mía, tu eres solo un mero representante, y tu lo sabes, estoy seguro que mi padre habló contigo, así que vamos, se razonable o se va ella, o se va, no hay más opciones.

- No se hará lo que tu dices, deja tus berrinches.

- Ok, ok, que no se vaya, pero no habrá reconciliación entre tu y yo, se que me has buscado con insistencia, demasiado tarde diría yo, pero seré razonable, si tu lo haces conmigo, tiene 20 minutos para irse, si no se va, estaré feliz de firmar el divorcio, pero de una vez te lo digo, tu te quedaras sin nada, que no se te olvide que hasta la ropa interior que llevas puesta, son con mi dinero - salí hacia el pasillo, miré hacia Sofia - por favor, traeme un poco de café, esperaré paciente a que la señorita Mila, recoga sus cosas de la oficina.

Un Corazón En Pausa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora