Capítulo 27. Vino caro

433 52 9
                                    

Desayunabamos, Emil estaba en completo silencio, azotaba los cubiertos, haciendo ver su enojo -  y cuándo verás a tu amante?, el sabe de mi existencia, cómo yo se de la suya?, no te hablo solo por hablar, se quien es, y como te lo he dicho, ese estúpido, no se quedará contigo.

No podía ser verdad, el no podía saber, cual era el nombre de mi amante, no tenía sentido, respiré profundo, le sonreí - ves muchas novelas amor.

El se acercó a mí cuello, el calor de su respiración, me causaba náuseas, se acomodó aquel traje caro, que traía puesto, y me sonrió con malicia, no pensé que me fuera hacer nada, grave error.

Comenzó su día, con varias juntas de negocios, canceló una de ellas al finalizar el día, y fue a aquella empresa financiera donde Viktor aguardaba, invitándolo a cenar, el platinado y el, nunca habían sido grandes amigos, pero desde que supo que me había ayudado, tomó sus atenciones como si fueran una manera de limpiar su imagen.

Fueron a un restaurant elegante, pidiendo varios platos fuertes y un par de botellas de vino caro, no lo sabía, pero Emil era un hombre bastante inteligente, me citó haciendome creer, que quería disculparse, grande fue mi sorpresa al llegar a la mesa, y verlo con Viktor, se acercó a mi, en cuanto estuve a su lado, dandome un beso en la boca, acariciando mi cara - amor, he invitado a tu amigo a cenar, no te parece eso grandioso? - me decía, asentí sintiendome incómodo.

La actitud de Emil era tosca, no perdía oportunidad de pasarme su brazo, oler mi cuello, o tocarme la pierna, frente a él, analizaba mi lenguaje corporal, ahora lo entendía, para el Viktor, estaba en la mira, el sospechaba que aquel ruso era mi amante, no se equivocaba, pero no era el plan, ponerlo sobre aviso.

Christophe tenía la demanda hecha, solo necesitaba esperar un poco más, para juntar aún mas pruebas, así que, aceptaba cada una de las caricias que el me daba, aquel ojiazul, fingía y respondía, bien a cada una de las insinuaciones de mi aun esposo - sabes Viktor?, te debo tanto, has ayudado a Yuuri en sus peores momentos, apoyaste a mi omega, sin ti, el y yo no seríamos lo que somos.

- No tienes nada de que agradecer, es lo mínimo que puedo hacer - la incomodidad de Viktor era mitigada con un par de copas más.

- No... Al contrario, Yuuri y yo estamos en un momento maravilloso, donde nos demostramos amor, todas y cada una de las noches, sabes lo que es eso?, deberías conseguirte un omega pronto Viktor, eres atractivo, un gran alfa, encontrarás un buen partido pronto, o no cariño?.

- Creo que tomaste demasiado, estas incomodandolo - trataba de calmarlo, sabía que si negaba todo frente a él, me delataria, Emil reía.

- Claro, claro... Debe ser incómodo para el, ver a una pareja que se ama, siendo el, un hombre soltero.

- Nada de eso Emil, es de admirar el amor que se tienen, si me disculpan, necesito ir al baño - aquel ruso se levantó, quise correr tras de él, pero mi aun esposo, se reía divertido.

- No se que pretendes en hacer todo esto, pero no crees que es demasiado Emil?.

- Te da pena que sepa, que nos amamos?, quieres aclararle que no tenemos sexo desde que regresaste?, tienes una necesidad de aclarar las cosas, cierto?, porque ambos sabemos que el, es tu amante, touche amore mío - me quedé quieto, negué seguro de mi mismo.

- Tu lo dijiste, el es demasiado atractivo para mí, y ahora tienes celos de él?, por Dios!!, acabemos con esto...

- Besame Yuuri, dime que aun, sigues siendo mio - asentí, me acerque a él, dándole un beso lento, que el volvió violento, Viktor estaba frente a nosotros, mirando aquel espectáculo.

Desconocía a Emil, el nunca me había hecho una escena de esa magnitud, entendía su plan, estaba marcando territorio, lo ayudé a subir a la habitación que alguna vez compartimos, el me sujetó de la mano, comenzó a llorar como un niño - se que soy estúpido, se que... Te hice pensar que no te amaba, que estaba... Arto de ti... Pero yo... Después de todo... No soportaría... Verte con alguien mas... - acaricié su cabeza, el se quedó profundamente dormido, suspiré, esa declaración ya no me servia.

Busqué el número de Viktor, marqué varias veces sin recibir contestación, hasta pasada la 1 de la mañana, el tomó mi llamada - Si? - su voz me causaba pesar.

- Viktor... Yo... Lamento lo que pasó.

- Verte ser besado por tu esposo, mirar como te tocaba y tu no hacías nada, no era la clase de idea que tenía en mente.

- El sospecha de los dos, tenía que ser decidido, negarlo, sería echar por la borda, lo que hemos logrado, incluso... Vernos... Debe esperar por un tiempo... Tu sabes que...

- Vaya... Aparte de mirarte besarlo como si nada, ahora vas a decirme que debemos dejar de vernos?, tú no entiendes lo que me estás pidiendo.

- Dijiste que me ibas a esperar, que me comprendias, me has ayudado en todo este proceso, así que por favor... Solo espera un poco más...

- Tengo miedo Yuuri, el ha sido tu esposo por tantos años, soportaste todo por el, te vi destrozado, te vi reconstruyendote, fui parte de eso, y ahora... Ahora el puede recuperarte si lo quiere...

- No es así...

- Lo besaste por tu venganza, para no verte descubierto, aun frente de mi, que harás después?, acostarte con el?, no Yuuri, no estaré allí, para verlo, prometí ayudarte, y pienso cumplirlo hasta el final...

- Espera... Espera... Qué me estas diciendo?.

- Terminemos con esto... Acaba con tu venganza, pero... Dejemos esto por la paz..

- Estas terminando conmigo?.

- No puedo terminar algo que nunca empezó, nunca tuvimos nombre, y lo sabes, se que para ti soy egoísta, pero... Yo te quiero para mi, quiero salir sin escondernos, quiero tener citas, presumir cuando camines de mi mano, diablos, siempre lo supe, fijarme en ti, no fue una buena idea..

- Solo será un tiempo, no me hagas sentir que no te quiero... Cuando de verdad lo hago.

- Si me amas, deja tu venganza, quédate a mi lado.

- Es el dinero de mi padre... Yo no puedo hacerlo.

- Esta bien, te ayudaré, pero... Dejemos esto, quieres?.

- Pero... Espera...

- Voy a colgar, tengo que dormir, buenas noches - el colgó la llamada, aquel pitido constante se escuchó, comencé a llorar, después de todo, Emil había logrado que me dejara.

Un Corazón En Pausa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora