Capítulo 3. Ausencia

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Era un poco ingenuo, un omega sumiso que amaba demasiado, pero si pudiera iniciar la historia de mi declive, sin duda iniciaría, aquella noche.

El viento soplaba, el sonido de la madera del cobertizo crujía, cada vez que el viento soplaba, miraba el reloj, eran las 3 de la mañana, y el no había vuelto aún, siendo la tercera noche en ese mes que sentía su ausencia en mi cama, me di cuenta que algo estaba pasando... Y que definitivamente lo estaba perdiendo... Mis lágrimas caían en cascada, se escuchaban los ruidos en el piso superior, un cascabel sonaba haciendo latir mi corazón, unos ojos azules brillaban en la oscuridad por cuenta propia, y un maullido me hacía notar su presencia.

Se acercaba a mí acompañándome en mi soledad, recargaba su cabeza, enrollaba su cola en mis piernas, la vibración en su garganta me llenaba de tranquilidad, su ronroneo me hacía saber que aún hay alguien a quien le importo, aun hay alguien que me acompaña en esta casa llena de recuerdos, llena de soledad.

Las lágrimas caían silenciosas, el viento sopla, sopla, no deja de soplar, moviendo mi corazón de un lado a otro, haciendo la noche aún más pesada, aún más eterna.

Un apagón masivo llegaba a mi, la única lámpara que acompañaba mi espera, me abandonaba, se apaga como la ilusión de que el llegue a mi, cargo a coco, me da su amor sin medida, lo abrazo fuerte - verdad, que el llegara?, verdad que no me dejara dormir solo? - le preguntaba, como si pudiera contestarme.

Me maúllaba en respuesta, estaba solo, la casa era grande, un sin fin de habitaciones que no dan tranquilidad, habitaciones vacías, habitaciones que solo son un lugar frío y solitario, un lugar donde no está.

La voz de la ama de llaves me hizo saltar - Joven Yuuri... Que hace despierto tan tarde?, se siente mal? - Lulú, la mujer tierna regordeta, con cabellos canosos, sonrisa amable, la nana de mi esposo y mi compañera de soledad.

- Me ha asustado a muerte...

- Discúlpeme de verdad - me miraba con dolor y ternura - otra vez no ha llegado a dormir? - niego, seque las lágrimas que caen sin permiso - No, no, no... No llore...

- Lo estoy perdiendo... Y no puedo hacer nada... Va a dejarme... Voy a perderlo para siempre...

- Debe tener mucho trabajo en la oficina... Debe ser eso... No llore por favor.

- Su trabajo le deja otro aroma en su ropa... El trabajo ha dejado manchas de labial en su camisa... El trabajo le da más de lo que un día pude darle - me derrumbe, ella me abraza fuertemente, el aire sopla, no deja de hacerlo, como el tampoco deja sus andanzas, como el tampoco la deja a ella.

Me recosté en mi cama, justo a las 6 de la mañana, justo en el momento exacto en el que la luz del nuevo día, lastima mis ojos, el otro lado de mi cama sigue vacío, miro el anillo de matrimonio en mi mano, miro las fotos de nuestra boda en mi buro, incluso trato de oler su esencia en su almohada, dandome cuenta de lo solitario que es amanecer sin él.

Me levanto cuando han dado las 8 de la mañana, mi cabeza duele después de pensar y pensar repetidas veces, tratando de encontrar los motivos que le han hecho no llegar a casa, ni un mensaje, ni una llamada, el solo me ha dado silencio, me miro al espejo, quizá mis kilos de más, o quizá la falta de arreglo personal lo han hecho alejarse, estoy solo, culpandome por no ser suficiente, culpandome por la infidelidad de mi esposo, siendo un tonto que busca justificar con sus propios errores, el engaño y la traición de la persona que he amado, soy un ser lamentable, que a sus 32 años está solo, un ser lamentable que no se reconoce a sí mismo, un ser que le dio los mejores años de su vida a un hombre que lo ha sustituido por una mujer hermosa, de cuerpo escultural, con aroma a frambuesas, soy un omega que ha pasado noches en vela, esperando que el mismo hombre que lo hace no poder dormir, sea el mismo que viene a rescatarlo.

No tengo el mismo cuerpo que tenía cuando me casé con el, quizá no he sido lo suficientemente arriesgado para que el siga sintiendo deseo hacia mi, no soy el mismo adolescente que le dio su primer beso, no tengo el cuerpo tonificado, ni tampoco tengo el pudor que tiene el mismo chico virgen, que le entregó sus primeras veces.

Soy solo el resultado de 12 años de matrimonio, soy el resultado de una relación rota, soy un espejismo, un mueble más en una casa enorme, los pasos en la escalera me hacen despertar de mis pensamientos, lo oigo entrar, y mover los cajones de la comoda con desesperación - Yuuri, estas despierto tan temprano? - su voz duele, su cinismo también, no he dormido, no he podido cerrar los ojos torturandome, con los pensamientos llenos de el y de su traición.

- Si... Dormí más temprano... - debería decirle que me ha lastimado, que la noche fue demasiado larga esperando, pero no tengo el valor de ello - porqué no llegaste?.

- Tengo mucho trabajo en la oficina... Muchos asuntos que arreglar... Dónde esta mi camisa azul?...

- Esta en el ropero el último gancho....

- Oh... Ya esta planchada?... Como siempre... Eres tan diligente... - me da un beso, corre a bañarse, aun la esencia de alguien más pica mi nariz... Un aroma muy distinto... Un aroma dulce... Un ligero rastro de su nueva conquista.

Me siento en la orilla de la cama, mi corazón duele, mi voluntad también, duele, quema, cuándo fue la última vez que me dijo que me amaba?, cuándo fue la última vez que me dio un detalle?, cuándo fue el último día en que hicimos el amor?.

Sale corriendo, seca su cabello con rapidez, saco la secadora - te ayudo... - el obedece, huele a jabón, mi nariz dejó de picar, pero mi corazón no deja de doler, paso mis dedos en medio de los cabellos rubios de mi alfa, paso el aire caliente, y miro sin querer una marca en su cuello, una marca de un beso hecho con pasión, y me detengo, me quedo estático.

- Con eso esta bien... Me voy - me da un beso, me quedo quieto mientras lo escucho salir apresurado, el era Emil Nekola, mi esposo, y el.. Me estaba siendo infiel.

No aprendemos en cabeza ajena, a veces necesitamos un golpe que nos haga soltar, a quien nos hace daño, aun no llegaba el mío.

Un Corazón En Pausa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora