Capítulo 30. Un Alfa En Celo

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Rompió aquel traje negro, lo hizo pedazos, no dejó ni un minuto para poder prepararme, estaba ansioso por mi y yo por el, la cálida sensación de su piel en mis dedos me hace sentir vivo, su pesado cuerpo sobre mi, la manera en que llena mi interior, el sonido de su cadera chocando con la mía, llegando a la parte mas profunda de mi ser, mis piernas descansan en sus brazos, se impulsa con más fuerza haciendome gritar, mi mente esta en blanco, he perdido todo rastro de decencia, esa decencia que trate de mantener desesperadamente durante estos años.

O quizá es una decencia que Emil, me obligó a llevar, pero ahora todo eso no importa, porque estoy volviéndome loco con su presencia, con esa manera de hacerme un desastre, huele mi cuello, pasa su lengua en el, logrando que mi piel, se erize.

Se mueve certeramente, me hace llorar y gemir al sentir como sus movimientos queman mi interior - no te detengas, dame mas duro - jamás pensé decir esto a alguien, ese tipo de vocabulario estaba arraigado solo para mis más ocultas fantasias, pero hoy he perdido toda clase de atadura con la moral, doy un grito sordo, sintiendo el vaiven cada vez mas profundo.

He conocido en sus cálidos brazos, una clase de placer que desconocía, conocí el amor también, ladeo mi cuello, ya nada importa, si he de llevar una marca en mi nuca, quiero que sea suya y de nadie más.

Sus movimientos son cada vez más intensos, sus ojos azules me miran como si fuera su todo, me hace sentir deseado, me ha vuelto loco, sus feromonas me cubren por completo, logrando que mi celo, sea aún más violento, su cadera no se detiene.

Quema, duele, arde, se siente tan bien, mis brazos rodean su cuello, buscando sus labios desesperadamente, quiero que incluso profane mi boca, llega a mi un deseo mas allá de lo racional, algo que a mi edad no había experimentando, cada vez que el golpea mis adentros me hace gemir gustoso - así te gusta? - pregunta mientras me embiste más duro y profundo, su voz es más grave, es más ronca, está preso de sus instintos, cómo yo de los míos.

- Si... si... - su aliento en mi nuca se siente fascinante, hago a un lado mi cuello una vez más, dejando que su lengua recorra mi piel, mordisquea sin consideración, toma mis brazos para subirlos arriba de mi cabeza, es una bestia contenida en un hombre de negocios que le gustaba lucir pulcro y recatado, con un traje elegante, está haciendo un desastre en mi, mis adentros se amoldan a el, llega tan profundo donde nadie llegó.

Las vibraciones de su miembro, se hacen cada vez mas agudas, el cosquilleo de mi vientre, esa tensión contenida, voy a llegar a mi orgasmo, aprieto con fuerza mi boca, sigo gimiendo, pero el me hace guardar silencio, besa mis labios con hambre, hambre de mi, una, dos, tres embestidas más y me dejo venir en su abdomen, el sonríe de medio lado, sigue embistiendo siento que voy a derretirme, el ardor me confirma que va a anudarme - siii.... - lo digo extasiado, sintiendo como se expande en mi, un dolor agudo, pero delicioso, abrió camino, para entrar en mi vida, y ahora sin duda, dejará una marca permanente, gime en mi oido, se que se siente bien dentro de mi, nuestras respiraciones son erraticas, se deja caer en mi pecho, esperando que su nudo baje, jamás había sentido tanta tensión sexual, que terminó siendo una explosión descargada en la cama de aquella habitación, me da un último beso antes de salir de mi, me siento vacío, quiero seguir siendo un perfecto desastre no importa perder la decencia.

El se gira y se queda dormido, yo con el, nuestro encuentro es intenso, tal intenso, que me he quedado sin energías.

Duermo profundo, pero un ardor en mis adentros, junto con la sensación del agua, cayendo en mi piel, me hace abrir los ojos.

Estoy bajo la regadera con el, entra en mi sin reparo, debí haber perdido la conciencia, más de una vez en sus brazos, antes de despertar.

El agua tibia cae en mi piel, el sonido de la puerta crujiendo, me hace sentir aún más ansioso, el agua me deja ver al alfa con esa tonalidad azulada en sus ojos, los cuales se han vuelto mas electrizantes, sin duda son un mar violento, su tórax baja y sube, el calor ha regresado a su ser.

Me toma el rostro con una mano, me besa desesperado, me dejo ser, sin contemplaciones, me recarga de nuevo, en el frio mosaico, me sujeto de su espalda enredando mis piernas en su cadera.

El sonido de su piel mojada con la mía eleva el ambiente, es aun mas erótico de lo que pensé, me arrincona en la fría pared, varias veces, me sostengo enterrando mis uñas en su espalda, estoy loco, totalmente loco.

Me carga hasta la cama, muerde sus labios haciéndose sangrar, su sangre baja por la comisura de sus labios, debe estar desesperado por marcarme, como yo lo estoy, porque lo haga.

Lo miro a los ojos, tratando de que me escuche - solo marcame, sin duda, tu eres el único que puede hacerlo - estaba firmando mi sentencia, logré que se excitara más, y que terminara anudando en mi, para luego morder mi nuca sin contemplación.

Nuestros celos terminaron, varios días después, aquella sensación de tensión, en mi abdomen, me despertó, el dormía a mi lado, la luz del sol entraba por la ventana, mi estómago rugia de hambre, el abrió los ojos, me sonrió al instante - Buenos días Yuuri - su voz era aun más, relajante para mí, mi corazón parecía latir acorde al suyo.

Una sensación de calor naciendo en mi pecho, su aroma siendo aún más fuerte que antes, nuestra unión era real, estaba enlazado a el, sin vuelta atrás.

Me dio un beso en la frente, me acomodé en su pecho feliz, recargando energías para lo que se avecinaba.

Un Corazón En Pausa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora