Hipo pov

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Hipo corrió por el pasillo, maldiciéndose a sí mismo mientras avanzaba. ¡Casi vuela su tapadera frente a Astrid! Dioses, ella lo mataría si se enterara de que anda ayudando a dragones indefensos. ¡Que los entrena y los monte! Entonces probablemente volvería a Berk y se lo diría a su padre. No podía decidir qué era peor, su padre pensando que llevaba cinco años muerto o su padre descubriendo que está del lado del "enemigo".

Llegó a la entrada de la arena y tuvo que tomar un descanso. Levantó su camisa, su sangre hizo que la camisa se le pegara, haciendo que fuera doloroso alejarla de la herida. Se había lastimado cuando los desterrados lo capturaron, alguien lo cortó con una espada en el costado izquierdo. Seguía sangrando mucho. Había algunos suministros de primeros auxilios en el arnés de Chimuelo, si pudiera llegar a Chimuelo podría vendarse. Nadie tenía que saber que está herido. Afortunadamente, la camisa roja ocultaba la mayoría de las manchas de sangre y Astrid no pareció darse cuenta.

Hipo gimió solo de pensar en ella. ¿Por qué tenía que encontrarse con ella aquí de todos los lugares? Normalmente, habría recogido sus cosas y se habría marchado volando en Chimuelo. Y con Alvin y sus mejores guerreros lejos, escapar fue mucho más fácil. ¡Estos chicos ni siquiera le quitaron la pierna! Aficionados. Ahora tenía que sacar a Chimuelo de aquí antes de que Astrid pudiera verlos juntos. Sería mejor enviarlo de regreso al Santuario del Dragón con una nota para que los demás no se preocupen por él. A Chimuelo no le gustará estar solo durante el tiempo que se quede en Berk, pero no puede llevarse a Chimuelo de regreso a Berk en este momento. Sobre todo si conocen la cala. Barba de Odín, ¡esto es un desastre!

Hipo ya se había dirigido a la arena y abrió la trampilla del techo mientras pensaba. Tiró de la palanca que abrió todas las puertas dejando escapar a los dragones. Algunos de los dragones volaron inmediatamente, otros se mostraron más escépticos ante esta oportunidad e Hipo no podía culparlos. Casi no confiaba en el extraño en la celda junto a él pensando que era una trampa que habían tendido los Marginados.

-¿Qué está haciendo ella aquí?- Hipo se detuvo por un segundo mientras ayudaba a un Hobglotón asustado a salir de su jaula. Golpeó su mano tratando de llamar su atención de nuevo. Hipo lo guia mientras todavía se pregunta cómo terminó Astrid en la Isla de los Marginados. Ella había dicho que fue envenenada con flechas de dardo venenoso, pero ¿por qué ellos irían tras Astrid en primer lugar? Su familia no era rica ni de alto rango. Seguro, probablemente ella se abrió camino en la escala como una hábil guerrera, pero eso no explica por qué la secuestraron.

-Tendré que preguntarle sobre eso- Murmuró para sí mismo mientras caminaba hacia la última jaula. Efectivamente, Chimuelo esta allí, atado para que no pudiera liberarse como lo había hecho muchas veces antes.

-¡Oye amigo!- Hipo dijo, apresurándose a desatar a su amigo. Chimuelo no se quedaba quieto, tratando de oler y lamer a Hipo mientras intentaba quitarse las últimas cadenas, haciéndolo más difícil de lo necesario.

-¡Whoa Chimuelo! ¡Cálmate! ¡Lo sé, es bueno verte también!- Hipo finalmente consiguió soltar la última cadena y Chimuelo usó su libertad para sujetar a Hipo mientras lo olfateaba. Por supuesto, solo sujetarlo hizo que Hipo gritara de dolor. Chimuelo retrocedió, dando espacio a su jinete mientras aún trataba de encontrar la causa del problema.

-Estoy bien, amigo. Solo un pequeño corte, no hay nada de qué preocuparse- Hipo se sentó sosteniendo su herida. Chimuelo le dio una mirada que claramente decía: "No te creo"

-Mira, me encontré con... una vieja amiga de Berk. Necesito ayudarla a escapar pero ella no puede saber sobre ti, ¿de acuerdo?- Hipo metió la mano en el arnés de Chimuelo y encontró su cuaderno y carbón -Voy a necesitar que vueles de regreso al Santuario por tu cuenta y le des esta nota a mamá o a Eret-

Un camino diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora