Estableciendo la reunion

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Afuera, en el océano oscuro y turbio, un barco se balanceaba. Se escucharon objetos rompiéndose y gritos desde la sala de capitán. La tripulación a bordo se ocupaba de sus asuntos, encogiéndose de miedo ante cada ruido, cada maldición y cada choque proveniente de esa habitación. Nadie se atrevió a entrar o incluso acercarse a la puerta por miedo a su líder abominable.

Dentro, una silla se estrelló contra la pared.

-¡MALDITO ESOS HOOLIGANS!- Una pila de libros fue arrojada a continuación -¡MALDITO ESE ESTOICO! ¡HUYENDO DE UNA PELEA!-

El hombre gigante y oscuro golpeó con el puño el escritorio ya roto, astillando la madera aún más. Su ira, el pensamiento aún ardiendo, disminuyó por toda la destrucción que causo.

-Solo una pelea- Murmuró -Una pelea más y acabaré con él. No puede evitarme para siempre. Derribaré todo lo que ama, mataré a todo Berk justo en frente de él antes de quitarle la vida-

Un golpe vacilante vino de la puerta. El hombre se levantó en toda su altura y gritó una advertencia.

-Será mejor que esto sea algo bueno, molestándome así- Dio un pisotón hacia la puerta y la abrió, haciendo que varias personas del otro lado retrocedieran de miedo.

-Alvin, señor- Uno de los tripulantes tartamudeó -Hay alguien que quiere verte-

El tripulante señaló a un hombre flaco vestido con una extraña ropa de tela. Por parte del extraño, parecía tranquilo bajo la mirada amenazadora de Alvin. Se adelantó, asintiendo con la cabeza a modo de saludo.

-Hola Alvin el Traicionero- Dijo, sonando como uno de esos ingleses débiles -He estado tratando de comunicarme con usted durante mucho tiempo. Verá, mi empleador cree que ustedes dos tienen intereses similares-

"Ah" Pensó Alvin "Es el chico de los recados de alguien"

-¿Y qué intereses pueden ser esos?- Alvin gruñó.

-Cierto jinete de dragón que ha estado causándole problemas, tanto para usted como para nosotros-

Alvin pensó por un momento -¿Eso es todo? Hay muchos otros que lo odian con los que podría unirme. Vas a necesitar más que eso-

-Ambos tienen interés en controlar dragones. Pero, a diferencia de ti, mi empleador sabe cómo hacerlo- El hombre miró a Alvin, con una sonrisa escondida en sus ojos –Y el estaría más que dispuesto a compartir, no solo su conocimiento, sino también su ejército de dragones-

-¿Quién eres tú y este empleador tuyo?- preguntó Alvin, despertado su interés.

-Soy Johann. Un simple comerciante que ha viajado por muchos lugares. Incluso al salvaje oeste, donde me encontré con el hombre que creo que gobernará el mundo- Hizo una pausa para lograr un efecto dramático -Drago Bludvist-

El nombre sonaba familiar, pero Alvin no podía ubicarlo. Johann continuó.

-A Drago le interesa reunirse con usted. Tal vez ambos podrían ayudarse mutuamente con sus objetivos. Principalmente para deshacerse de ese fenómeno amante de los dragones y apoderarse del archipiélago-

Alvin miró alrededor del barco. Ya estaba lleno de sus guerreros más fuertes que estaban listos para una pelea en caso de que esto fuera una trampa.

-¿Dónde nos encontraremos con este Drago Bludvist?-

-No ellos. Sólo tú- Alvin le gruñó a Johann, quien tuvo la decencia de retroceder -Voy a tener que sacarte a escondidas del archipiélago. De lo contrario, esos jinetes de dragones intentarían detenernos. Se han interpuesto en el camino de esta reunión durante un año. Esto tiene que pasar desapercibido-

Un camino diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora