Mi cabello seguía igual.
Mañana regresaremos a Hogwarts,
Las cartas llegaron hace dos días, Ron y Hermione fueron seleccionados como perfectos.
Toda la familia Weasley estaba feliz, pero había notado que Harry se había puesto celoso.
Ayer hable con él, y me dijo que si lo estaba pero en el sentido de que últimamente élestaba quedando de lado le di ánimos y le dije que siempre que quisiera el podría hablar conmigo.
Ayer fueron al callejón Diagon.
Yo decidí no ir estaba realmente abatida, estaba confundida.
Y eso afectaba gravemente el poder controlar mi metamorfomagia.
Aveces creemos saber de donde venimos, creemos que nuestro centro es la que conocemos.
Pero que equivocación cuando de golpe caes en cuenta que ni siquiera perteneces en lo que crees firmemente.
Que el sentirte parte de la familia cambia completamente, cuando te das cuenta no todo es lo que parece.
Y no es por que ellos no me quisieron o por saber que no somos familia directa, por que somos familia por desicion.
Si no la desicion de no decirme nada, tarde o temprano la verdad sale a la luz.
Y el que ellos no confiaran en mi dolía.
Decir la verdad a tiempo evita muchos problemas y no los culpo por ocultarlo pero duele.
Después de hablar con mi tío, había pensado mucho en buscar alguna pista sobre mis padres, para equilibrar mi núcleo.
De acuerdo a lo que leí en un libro que me presto Sirius, decía que mi núcleo se vio inestabilizado.
El encontrar o saber algo de ellos, estabilizaria debido a que la información rompió los pilares que me sostenían, los que me mantenían en pie.Dumbledore nos había informado que debido a la intromisión del ministerio, aquellos que no dieran clases tendrían que mantenerse en cubierto.
Nos encontrábamos en la estación, escoltando a los Weasley, Harry y Hermione.
Yo iría en el tren, en los pasillos externos, que no eran visibles, vigilando al igual que algunos miembros de la orden.
Entre ellos Alice, Jasper y Edward.
Era mediodía, y estoy rondando los pasillos ocultos para ver que yodo este bien, en eso escuchó como se cierra la puerta.
Volteó y veo a los 3 hermanos Cullen, sigo con lo mío, pero me empiezo a sentir una profunda calma, sigo caminando
-Bella espera, ¿te encuentras bien?- me pregunta Alice
Volteó a verla, muestro una sonrisa triste
-realmente no lo se- sigo caminando, la calma es sustituida por una pequeña alegría y es cuando me doy cuenta que Jasper está cambiando mis emociones
Sonrió de medio lado y continuo caminando hasta una ventana.
Me quedo parado observando el paisaje
-¿podemos saber que sucede?- pregunta con cautela Edward
Lo pienso, ellos están utilizando a Jasper para que podamos hablar, que es muy bajo pero en estos momentos me siento bien.
-no es algo que se yo quiera ir contándole a los de la orden-
-Bella.... por favor.....- Alice ya se encontraba a mi lado
-Se que estuvo mal pero no eres la única que sufrió, todos estábamos arrepentidos y cuando Edward regreso tu ya no estabas, no había ni rastro de ti, dos años sin saber de ti-
-los mismos que yo no supe nada de ustedes, pero olvidalo eso ya no importa-
Alice me abrazo, y yo no se lo impido, después de unos segundos yo le regreso el abrazo, y empiezo a llorar.
Después de unos minutos nos separamos y me doy cuenta que sólo estamos ella y yo.
Limpio mis lágrimas y sigo observando el paisaje.
Y empiezo a contarle lo que pasó y algunas aventuras.
-¡¡¡cuando Edward se entere le dará u infarto!!!- dice exaltada
-Pero el no lo hará, por que a la que se lo con te es a ti y el no tiene nada que ver aquí ¿verdad?-
-Bella él realmente......-
-Alice no.... él tomo una decisión, nosotros terminamos y lo comprendo, pero ahora solos somos compañeros en la orden y nada más- digo más para mi que para ella.
trata de decir algo pero arrepiente y se mantiene callada.
-ven vamos a continuar revisando que todo este bien-
Y así nos la pasamos, hablando de cosas sin sentido por todo el tren.Me sentía mejor el hablar con ella, el poder volver a tenerla cerca, se que ella no tiene la culpa del todo, pero debió oponerse a la petición de Edward.
Aunque ella también se sentía culpable como Jasper, pero yo no los culpaba, fue un accidente, y se que fue Edward el que tomó esa decisión.Al llegar, bajamos por la parte delantera del tren.
Y tomamos los carruajes, siendo los primeros en llegar.
Los demás miembros se fueron a los que serían sus puestos.
Al entrar al comedor fui directamente a la mesa de profesores.
En medio de la mesa se encontraba Dumbledore tenía la cabeza inclinada hacia la mujer que estaba sentada a su lado, que le decía algo al oído. era rechoncha y bajita, tenía el cabello pardusco, corto y rizado. Se había puesto una espantosa diadema de color rosa que hacía juego con la esponjosa chaqueta de punto del mismo tono que llevaba sobre la túnica. Entonces la mujer giró un poco la cabeza para beber un sorbo de su copa, entonces vi un pálido rostro que recordaba al de un sapo y dos ojos saltones y con bolsas.Ay Dios pero que estoy pensando.
unos segundos más tarde se abrieron las puertas del Gran Comedor. Por ellas entró una larga fila de alumnos de primero, con pinta de asustados, guiados por la profesora McGonagall, que llevaba en las manos un taburete sobre el que reposaba un viejo sombrero de mago, muy remendado y zurcido, con una ancha rasgadura cerca del raído borde.
Los murmullos que llenaban el Gran Comedor fueron apagándose. Los de primer año se pusieron en fila delante de la mesa de los profesores, de cara al resto de los alumnos, y la profesora McGonagall dejó con cuidado el taburete delante de ellos y luego se apartó.
La selección paso sin contratiempos.
La ceremonia era, al menos en aquel instante, como se suponía que debía ser: el director del colegio se levantaba para saludarlos a todos antes del banquete de bienvenida.
-A los nuevos - dijo Dumbledore con voz sonora, los brazos abiertos y extendidos y una radiante sonrisa en los labios
-os digo: ¡bienvenidos! Y a los que no sois nuevos os repito: ¡bienvenidos otra vez!
En toda reunión hay un momento adecuado para los discursos, y como éste no lo es, ¡al ataque!-
Enfrente de mi aparecieron un sin fin de platillos. Después de cenar el director se levantó.
-Bueno, ahora que estamos digiriendo otro magnífico banquete, os pido un instante de atención para los habituales avisos de principio de curso- anunció Dumbledore.
-Los de primer año deben saber que los alumnos tienen prohibido entrar en los bosques de los terrenos del castillo, y algunos de nuestros antiguos alumnos también deberían recordarlo.
»El señor Filch, el conserje, me ha pedido, y según dice ya van cuatrocientas sesenta y dos veces, que os recuerde a todos que no está permitido hacer magia en los pasillos entre clase y clase, así como unas cuantas cosas más que podéis revisar en la larga lista que hay colgada en la puerta de su despacho.
»Este año hay algunos cambios en el profesorado. Estamos muy contentos de dar la bienvenida a la profesora Marie Lupin quien se encargará de las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas; también nos complace enormemente presentaros a la profesora Umbridge, la nueva responsable de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Todos aplaudieron efusivamente al escuchar mi nombre, pero con la nueva profesora de defensa sólo aplaudieron más por educación.
Después el director siguió diciendo:
-Las pruebas para los equipos de quidditch de cada casa tendrán lugar en...
Se interrumpió e interrogó con la mirada a la profesora Umbridge. Como no era mucho más alta de pie que sentada, se produjo un momento de confusión ya que nadie entendía por qué Dumbledore había dejado de hablar; pero entonces la profesora Umbridge se aclaró la garganta, «Ejem, ejem», y los alumnos se dieron cuenta de que se había levantado y de que pretendía pronunciar un discurso.
Dumbledore sólo vaciló unos segundos; luego se sentó con elegancia y miró con interés a la profesora Umbridge, como si lo que más deseara fuera oírla hablar. Otros miembros del profesorado no fueron tan hábiles disimulando su sorpresa.
-Gracias, señor director- empezó la profesora Umbridge con una sonrisa tonta
-por esas amables palabras de bienvenida.- volvió a carraspear («Ejem, ejem») y continuó su discurso.
-¡Bueno, en primer lugar quiero decir que me alegro de haber vuelto a Hogwarts! -Sonrió, enseñando unos dientes muy puntiagudo.
-¡Y de ver tantas caritas felices que me miran!-
echó un vistazo a mi alrededor. Ninguna de las caras que vi tenía el aspecto de sentirse feliz.
Y siguió con un discurso para nada interesante así como también dejó en claro que si éramos amigos de ella lo éramos del ministro.
Tonterías, malditos entrometidos, manipuladores.
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Mi vida mágica
FanfictionDespués de que Edward la dejara y que pensara que él solo estaba con ella para no aburrirse, Bella recibe una carta por parte del director de su antiguo colegio, que le había ayudado a llegar a Forks, afreciendole ser maestra. personajes de Crepúsc...