12> 24 de Abril

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No es que la historia del nacimiento de mi primer hijo fuera única o inigualable, pero si llamativa.

Celebrabamos el cumpleaños 7 de Havana, desde temprano fuimos a la pastelería y pedimos uno especial para perros. Eran alrededor de las 11 de la mañana, cuando encendimos las velas del pequeño pastel color amarillo. Havana no se iba de al lado de Dianne, la miraba con preocupación y temor, no entendíamos el porqué, hasta que cantamos las mañanitas.

Dianne/Payton: Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti...

Payton: Feliz cumpleaños Havana...

Dianne: Felliz c-umple-años... -sosteniéndose de la mesa-

Payton: ¿Linda...? -tomando su brazo-

Volteó a verme con los ojos más abiertos y soltó con miedo.

Dianne: Se rompió la fuente

Havana ladró.

La miré con preocupación y luego sus piernas efectivamente, estaba escurriendo agua.

Payton: A-ay mamá -tartamudee-

Corrí a la habitación y tomé la maleta, Havana seguía ladrando, tomé el teléfono y llamé a Daniel.

Un tono... dos tonos

Daniel: ¿Hola?

Payton: ¡Código rojo! repito... ¡CÓDIGO ROJO!

Esperé unos segundos y colgué, bajé a máxima velocidad y regresé al comedor.

Payton: Ya avisé, es hora de irnos ¡ahora!

Asintió con preocupación y estiró sus brazos a mi. La llevé hasta el auto y regresé a la casa.

Payton: Cuida la casa, ¿si?... Ella estará bien -hablando con Havana- volveremos antes de lo que te imaginas -acaricié su cabeza y salí de nuevo-

Subí al auto y lo encendí, salí a velocidad y conduje al hospital. Es muy temprano y no hay tráfico, será más rápido.

Al llegar frente a las puertas, detuve el auto y salí, rodee el auto y abrí la puerta donde estaba ella, tomó mi brazo y salió con cuidado. Salieron enfermeros con una silla de ruedas y la sentaron, la llevaron rápido a la recepción y yo corrí tras ellos.

Enfermera: Nombre -pidió-

Payton: Payton Moormeier y Dianne Flinch

Anotó en una libreta y tomó el teléfono, unos segundos después me miró y se levantó.

Enfermera: El doctor Johnson ya está en la sala, lo verán allá

Payton: Muchas gracias -apreté su brazo con amabilidad-

Me acerqué a Dianne, quien la estaban revisando y preguntando algunas cosas, me dieron una bata y un cubrebocas. Llegó una camilla y la subieron, tomé su mano y me sonrió aún en pánico.

Payton: Está bien, está muy bien -aseguré-

Las puertas principales se abrieron con fuerza y me alivié al ver al par de maridos entrando con locura, nos vieron a lo lejos y corrieron a nosotros.

𝙞𝙛 𝙮𝙤𝙪 𝙨𝙩𝙖𝙮® | 𝐏.𝐌 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora